César Ramírez
@caralvasalvador
Las discusiones sobre el Gasto Público indican la asignación de recursos financieros para el logro de objetivos sociales y están asociados a los avances económicos. Diversas tesis políticas se discuten cada año por la aprobación de este proyecto, como podemos observar la mayoría de partidos políticos aprobó las partidas para el año 2015. Un presupuesto es una visión de futuro nacional, nos orienta sobre las próximas ejecuciones de infraestructura, educación, salud, seguridad, fiscalía, etc., en esencia es un mensaje a los diversos actores nacionales. No obstante “los profetas del infortunio” votaron en contra de la aprobación de este proyecto y además claman que ese presupuesto “está desfinanciado y el próximo año habrán más deudas e impuestos”; es muy sintomático que éstos profetas son los mismos que no quieren pagar impuestos, ni apoyar empréstitos, ni siquiera promover una visión de unidad nacional para asegurar la seguridad pública, educación, salud y se mofan de los esfuerzos por salir delante de las grandes poblaciones.
En el fondo defienden a toda costa el retorno a “su estado oligárquico”, por ello proclaman: “vamos a recuperar a El Salvador”, para retornar a los antiguos privilegios del pasado, donde se perdonaban las deudas, cometían peculado, tenían “información privilegiada” en licitaciones públicas etc. El presupuesto general del gobierno es un mensaje a los diferentes sectores nacionales sobre sus prioridades y objetivos estratégicos para elevar el bienestar nacional y la deuda social que nos corresponde. Como es conocida la deuda financiera nacional es una herencia negativa de muchos gobiernos anteriores como los del expresidente Flores o la administración Saca, al igual que el impuesto al Valor Agregado (IVA) inaugurado y promocionado por la administración de Francisco Flores., etc., el impuesto del IVA por declaraciones del titular del Ministerio de Hacienda no se elevará, entonces: ¿quién promueve estos infundios?, ¿acaso no es un discurso político trasnochado y la carta del miedo del pasado antes de cada elección?. Un presupuesto nacional significa la magnitud y distribución del gasto por las políticas en beneficio de los grandes sectores populares, a los cuales se les retorna en: uniformes escolares, un tiempo de comida, educación básica, fertilizantes etc. Todos temas referentes de antiguos despojos a los sectores más desprotegidos, incluso tildados de medidas populistas y demagógicas, cuando es la mínima condición básica para los niños y niñas que durante muchos años acudieron a las escuelas descalzos y sin alimentos; mientras en tiempos de los gobiernos conservadores, los fertilizantes donados por naciones amigas, sirvieron para enriquecer a las mismas familias oligárquicas que ahora combaten las prestaciones sociales recién iniciadas por los gobiernos del cambio.
Como toda nación, el presupuesto nacional es una realidad que pretende consolidar la disciplina fiscal, avanzar hacia el crecimiento, procurar la estabilidad de precios, controlar la erogación de fondos públicos, incrementar la infraestructura social y económica, priorizando el gasto social para promover a los sectores más afectados por el neoliberalismo. Al elevar la productividad la nación ingresa a competir con el área centroamericana, es una invitación a sumar esfuerzos con los sectores privados, quienes están llamados a integrarse en la inversión con la creación de nuevas fuentes de trabajo, en una palabra a construir Patria. www.cesarramirezcaralva.com