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acuerdo político

  • Coerción política: bloqueo económico contra el Estado

     

    César Ramírez

    @caralvasalvador

     

    Coerción (política) “es la acción mediante la cual se impone un castigo o pena (legal o ilegal) con el objetivo de condicionar el comportamiento de los individuos” según el ensayo de Douglas Rushkoff –Wikipedia-, he agregado el apellido política puesto que en nuestra realidad de los últimos tiempos, vivimos esa incertidumbre.

     

    Las discusiones infinitas sobre temas presupuestarios, pensiones, proyectos locales de gobiernos municipales, escalafón, etc. se pueden resolver con racionalidad política, que en pocas palabras significa la unión de las fuerzas políticas ante los desafíos que la nación enfrentará en los siguientes años, bajo la administración de cualquier institución política; por ejemplo muy pronto sucederá la crisis del agua, las pensiones (si no existe reforma), seguridad nacional, declaración de impago, violencia contra la clase política por fuerzas irregulares etc., en la nación la racionalidad no ha existido nunca, todo se hereda al siguiente gobierno, incluso “deudas ocultas”, esos famosos candados que son compromisos de largo plazo que se deben pagar e impiden nuevos proyectos.

     

    El bloqueo económico “de los grupos opositores” es una forma de violencia contra el pueblo, un mecanismo que tiene como único fin: “objetivos políticos electorales”, se trata de profundizar la ingobernabilidad para modificar el comportamiento de los trabajadores, los asalariados, la clase media, las instituciones religiosas etc. orienta las acciones que conducen a desordenes públicos concluyendo en negociaciones impuestas, es un mecanismo perverso que provoca mucho mal a la nación, divide a las familias, induce a la ilegalidad por acciones de hecho y no de derecho, es una demostración de fuerza y coerción.

     

    Si la política es la culminación del derecho, acá con el bloqueo económico se destruyen los derechos al bienestar social y a la estabilidad de los trabajadores.

     

    Debemos recordar que la mejor acción de “la política es hacer el bien”, como elemento natural del derecho. En este instante de 2016 y los siguientes tres años ¿la política será para hacer el bien? O solo es un teatro siniestro para cumplir sus objetivos perversos.

     

    No obstante existe la posibilidad que el diálogo de los partidos políticos se convierta en un instrumento para solucionar la actual crisis, así como anotó el economista español Enrique Fuentes Quintana: “los pactos son una ocasión de convergencia entre crisis general y oportunidades democráticas” estos pactos son el clamor popular, los cuales legitiman a la clase política no la devalúan. Aún es posible exorcizar el impago del Estado, la clase política debe disminuir las tensiones en diversos sectores, promoviendo los derechos ciudadanos, puesto que los bloqueos a las calles, las acciones violentas, negar la salud al pueblo etc. no benefician a nadie, aún es posible desactivar la bomba social que generará el desacuerdo fiscal, será un buen momento para demostrar que lo importante es la nación, no el apetito del poder y sus beneficios particulares.

    www.cesarramirezcaralva.com

  • Acuerdo Patriótico

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    Acuerdo Patriótico

    Caralvá

    Nada une más a la nación como la tragedia sucedida en Guatemala, de los diputados salvadoreños miembros del partido ARENA. Las siniestras circunstancias, propias de la categoría de los peores criminales, nos llevan a condenar enérgicamente tan cruel suceso. Desde hace mucho hemos anotado sistemáticamente, la necesidad de ponderar el carácter nacional sobre los puntos de vista partidarios, porque al final esta visión limitada de partidos impide ver a los enemigos comunes. Estos enemigos comunes a la nación son el narcotráfico, las bandas del crimen organizado, los grupos antisistema, los terroristas, que para fines prácticos son los que se oponen al avance de la democracia.
    El asesinato de los miembros del partido ARENA, nos refiere a un enemigo de la nación que pretende descarrilar el tren de la paz social, porque no puede existir objetivo peor para un pueblo que iniciar una nueva guerra política y exterminio de opositores.
    De nuestra historia reciente tenemos una amarga experiencia de historias y tragedias, no es el momento de repetir acusaciones y contra-acusaciones que generan el nocivo hábito de la desconfianza, con el lenguaje de guerra: amigo-enemigo, como forma básica de una escalada de violencia que no terminará nunca.
    La convergencia política hacia objetivos nacionales debe concluir en un Acuerdo Patriótico, por encima de los intereses partidarios.
    Durante estos 15 años de paz social al menos existen avances positivos, avances que tienen el visible predominio de consenso y decisivos triunfos sobre conflictos sociales, uno de ellos es el sistema electoral, otro el sistema parlamentario y finalmente el modelo presidencial que da muestra de buena salud.
    Antes de estos 15 años solo se pensaba que para solucionar los conflictos era necesaria la aniquilación del adversario, que era el camino de la fuerza y esta era la única vía, pero esto ha cambiado, porque en la práctica, a pesar de todo, existe una alianza real a favor de la democracia de todos los partidos políticos.
    Un acuerdo patriótico es necesario. Un Acuerdo Patriótico que una a las dos principales fuerzas nacionales con el objetivo de la paz en momentos tan críticos, no solo hace visible el bien que puede hacerle a los partidos, sino el enorme beneficio para la nación en circunstancias tan dramáticas.
    Existen señales de tempestades en el horizonte, señales de confrontación y el surgimiento de acusaciones sin fundamento lanzadas al viento, pero debemos llamar a la prudencia como mejor consejera, porque no es posible entonar cantos de guerra, sin presumir que los autores de este horrendo crimen están al margen de la democracia, al margen de la legalidad, sus intereses no son un Acuerdo Patriótico, ni una Convergencia Patriótica a favor de la paz, ellos desean que mañana se levanten las armas como hace 30 años y se incendie la nación para que su accionar se oculte en la miseria humana de una guerra civil.
    La búsqueda de la unidad nacional es la mejor respuesta ante la barbarie. Estos son momentos de luto nacional, porque los miembros de ARENA han sido víctimas de sicarios apatridas, que carecen de honor y el asesinato nos hace reflexionar que la paz en momentos como este requiere de una gran valentía, porque en lugar de acentuar las diferencias, es necesaria la unidad contra todo grupo antisistema, todo grupo terrorista empeñado en destruir a la nación. Condenar este asesinato es construir patria, lograr un acuerdo patriótico por la paz debe ser nuestro futuro junto a las fuerzas democráticas.