Ok

By continuing your visit to this site, you accept the use of cookies. These ensure the smooth running of our services. Learn more.

seguridad nacional

  • La seguridad Nacional en 2016

     

    César Ramírez

    @caralvasalvador

     

    La unidad de las fuerzas políticas es la clave para el funcionamiento de los nuevos proyectos en el tema de la Seguridad Nacional.  Con optimismo recibimos el anuncio de la “implementación de las medidas urgentes de carácter extraordinario” por el ciudadano presidente Salvador Sánchez Cerén, las cuales contemplan acciones contra individuos transgresores de las leyes nacionales.

    La importancia de este evento reside en un acuerdo político, puesto que el Estado no puede impulsar “solo” sus proyectos,  si no cuenta con el respaldo de la sociedad civil, las instituciones jurídicas, religiosas, población en general, como elemento dinamizador que acate las medidas y construya junto a sus gobernantes un bloque sólido contra la delincuencia, todos perderemos; de tal forma que barrio por barrio, colonia por colonia, cantón por cantón debemos apoyar a la autoridad constitucional.

    El daño provocado por los grupos del crimen organizado es terrible, su calificación de terroristas cumple con todos los parámetros internacionales, por lo tanto se necesitan acciones drásticas, la nación no puede coexistir con grupos que solo tienen por objetivo destruir a la familia salvadoreña, extorsionar a la sociedad, asesinar a los trabajadores, cometer horrorosos actos contra mujeres, niños o ancianos, sus acciones conmueven a la humanidad por el dolor que provocan, ante estos hechos  la sociedad no puede dejar de actuar de acuerdo a las leyes nacionales e internacionales, de esta manera corresponde a los gobernantes accionar y a la ciudadanía en general contribuir significativamente con este proyecto.

    Es conocido que el parámetro para el éxito del proyecto es la aprobación de los fondos para la seguridad, así como para el funcionamiento del Estado, lo cual se convertirá en la verdadera prueba de unidad en este crucial período en la vida de la República.

    Otro elemento que debe demostrar su condición impecable es la Fiscalía General de la República, es notable la deuda fiscal en la persecución del delito, no en pocos casos las acusaciones son débilmente sustentadas y con la venia de muchos jueces los delincuentes son absueltos de manera tan  insultante que la ciudadanía ha dejado de creer en la justicia salvadoreña; precisamente en estos momentos con el escándalo de “Los Papeles de Panamá” el delito se constituye en El Salvador puesto que en Panamá es lícito crear una entidad anónima, a partir de $1,000… para muestra la denuncia presentada por el Ministro de Obras Públicas hace varios meses sobre corrupción, así como otros casos, no se conoce nada.

    Todo tiene un costo, el precio de la Seguridad Nacional pasa por la aprobación de los préstamos en bonos para el Estado, además toda la acción que implique contribuir financieramente a las instituciones involucradas: Policía Nacional, Ejército, FGR, etc., en una palabra la sostenibilidad de largo plazo, con el concepto de “racionalidad política” que implica cuatro o cinco años bajo cualquier administración gubernamental, puesto que es un error confundir seguridad nacional con ideología.

    Se trata de salvar vidas, se trata responder a la delincuencia, en este aspecto algunas empresas privadas deben comprender que la vida de los trabajadores es más importante que sus ganancias dinerarias, la unidad de las fuerzas políticas y sociales en este momento debe imponerse para salvar a la nación de la agresión del crimen organizado.

    www.cesarramirezcaralva.com

     

  • La paz: extensión aglutinante

    medium_10ENE007_DSC04100.JPG



    Caralvá

    Reflexiono desde mi lugar en la llanura, en la condición más humilde posible, casi como testigo-participante de estos grandes acontecimientos sociales.
    La paz es tan cotidiana, que naturalmente nos parece la mascota de la casa, tan próxima y popular en el vecindario, que todo el mundo conoce su nombre.
    Pero durante muchos años solo existió una mente guerrera en miles de personas. Acá se clamaba sangre, se vitoreaba pública o privadamente cada baja enemiga, no eran suficientes pueblos enteros, ni secuestros, ni exilios, la muerte fue tan usual, que llegamos a ver los cadáveres en cada paraje o cañada del mapa, era tal la crueldad que tanto los prisioneros como los cadáveres fueron vejados sin el mínimo respeto, existieron conceptos de guerra impuestos, porque acá no se respectó a nadie: niños, mujeres o ancianos, fueron pasados por las armas, también comprendimos que nuestro fin era solo cuestión tiempo. (Des)afortunadamente para los que pedían nuestra muerte a gritos, eso no sucedió. Ahora los rosales florecen ante los muros de concreto y nos recuerdan a personas inolvidables.
    Atentamente he escuchado y leído: declaraciones, manifiestos, documentos, entrevistas etc, toda la fiesta mediática de personajes históricos los cuales encarnaron las más fieras posiciones, enhorabuena nos ayudan con la catarsis social, es necesario para nación construir una historia común y un día memorial.
    Es preciso comprender que la paz se construye por un tejido entre los ciudadanos, con argumentos de confianza, trabajo, inversión local e internacional, los signos no son alentadores en estos 15 años, muchos cambios aún son esperados por las multitudes, porque una nación en paz debe generar empleos dignos.
    En mi calidad de ciudadano, deseo escuchar de la clase política algunas pequeñas renuncias a elementos claves que generan desconfianza, como dividir el mundo en dos polos, el calificar a las personas en comunistas o anticomunistas, a las tendencias en izquierda o derecha, a las poblaciones que pertenecen al partido o son de “otro partido”, a la Historia como nuestra y la otra.. etc. Porque en el fondo lo que se predica es la supremacía de valores (unilaterales) como: justicia, libertad o la dignidad de la persona por encima de cualquier concepto de paz, entonces implícitamente se está proclamando una falsa “seguridad nacional” que provocará la guerra, será otra guerra, pero igual generará viudas, huérfanos, exilios y muchos asesinatos..
    Es necesario comprender que este capitalismo subdesarrollado necesita reformas, pactos sociales, cumplimiento de acuerdos internacionales, respeto a los derechos humanos, etc, una visión pragmática hacia el futuro, porque el riesgo es un feroz populismo (izquierda o derecha) que abolirá cualquier logro de la iniciativa privada o institucional a nombre del bienestar popular.
    El respeto a la institucionalidad será la base fundamental de la paz social, de manera que sea impronunciable invocar la “seguridad nacional”, para destruir el estado democrático, tanto en las formas de alternabilidad política como en las reformas que propicien cambios en la estructura económica que genera pobreza.
    Ya escribió John Stuart Mill: “aquél que sólo conoce su versión, conoce poco el tema”, de manera que el descubrimiento del “nosotros nación” sea la síntesis de proyectos más ambiciosos, no solo limitados a criterios ideológicos o partidarios.
    La extensión hacia los demás es urgente, es un valor aglutinante ante los nuevos desafíos de la seguridad ciudadana, como el terrorismo y las bandas del narcotráfico.
    http://www.diariocolatino.com/opiniones/detalles.asp?NewsID=3275