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Dios es inmigrante

Caralvá

Aquellas palabras del pasado, parecen visualizar el futuro de una nueva nación, “yo soy el señor, Tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud” Deuteronomios: Cap 5 :6, estas frases connotan a un pueblo inmigrante y una condición de esclavitud, de la cual huyen.
Aquellas palabras del pasado cobran una actualidad extraordinaria con otro tipo de esclavitud y otra huida de millones de seres desamparados en sus propios países de origen, los cuales escuchan de nuevo la voz de Dios.
Existe además el contexto de un pueblo y un Dios, no es posible que Dios exista sin un pueblo, siempre necesita de un referente que haga suyos los principios divinos, en este caso un pueblo esclavo.
Así los emigrantes son el pueblo de Dios en este siglo.
Parece que la historia se repite ¿acaso millones de seres humanos que huyen de la esclavitud económica, social, política, de la opresión de las mujeres condenadas a inferioridad de oportunidades en sus suelos natales, no encarnan en este presente las palabras de Dios? ¿Podríamos negarles el haber escuchado aquellas palabras?.
Ahora son millones de mexicanos, salvadoreños, hondureños, dominicanos y el resto del mundo, que en su conjunto son otro pueblo como aquel pueblo emigrante, que huyó de Egipto, hace miles de años. El pasado cobra actualidad en el presente y nuestro futuro. Si algo sabemos con certeza categórica en los próximos años es que la inmigración continuará por miles de años, como ha sido en el pasado y cada uno de esos seres lleva en su interior el sentimiento de liberación de muchas esclavitudes. Acá se connota la ausencia de leyes de un gobierno mundial, porque esto acontece en todos los puntos cardinales.
No existe mejor mención del Dios emigrante, cuando aquella familia con un recién nacido abandona su pueblo y se refugia en otro, para salvar al vida de un pequeño que aún ahora, continua siendo la palabra de Dios…
La condición de opción de inmigrar de millones de seres humanos hacia Estados Unidos es un privilegio inmenso para esta poderosa nación, acá no es la labor de un “buen samaritano porque tiene dinero”, es antes que la política del buen samaritano, la expresión de Dios encarnada en ellos.
Así hablan las escrituras de una historia maravillosa y de un pueblo liberado.
Para Estados Unidos de América, gobernar sobre los emigrantes es el mejor negocio en todos los tiempos, son 11 millones de seres humanos “gobernados” que aceptarán las reglas del juego legal, en su nueva nación.
Como dijo el ex presidente de Argentina Carlos Feligrini: “gobernar es poblar”, las nuevas poblaciones gobernadas, son el mejor instrumento para elevar las economías y las calidades de vida, que de otra forma nunca tendrían la menor oportunidad de liberarse.
El drama de la inmigración nos recuerda su reverso, las naciones que expulsan a millones de personas; existen miles de causas y otros tantos discurso, pero una argumento es innegable: el fracaso de los Estados Nacionales para proporcionar a sus ciudadanos las condiciones que Estados Unidos ofrece, aún en condiciones de ilegalidad y temporalidad, así entonces como en tiempo ancestrales, se prefiere cualquier cosa al infortunio de una vida de incertidumbre y la esclavitud de la pobreza.
Dios es inmigrante porque acompaña la esperanza y la liberación de la esclavitud.

http://
www.diariocolatino.com/opiniones/detalles.asp?NewsID=2610

Comentarios

  • Los israelitas no eran inmigrantes, puesto que ni su objetivo era integrarse a las sociedades canaanitas de la época, ni era ésto feasible en ése momento histórico.

    Mirá lo que los israelitas le hicieron a Jericó: "Después mataron a filo de espada a hombres, mujeres, jóvenes y viejos, y aun a los bueyes, las ovejas y los asnos. Todo lo destruyeron por completo." -Josué 6:21

    Los israelitas eran invasores a fuego y espada, no inmigrantes.

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