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Desarrollo social: premisa de la democracia

“El diablo ofrece apoyo. Toda ayuda se agradece” Caralvá A propósito la democracia también es un arreglo político de los ciudadanos, es un contrato social y no es casual que nos acerquemos a las reglas y formas normativas que ella implica. Este acuerdo surge por el sometimiento a las reglas del juego a la mayoría, sin represiones a las minorías. Evidentemente superamos el estado de la barbarie. Pero esto no es suficiente, necesitamos reformas y modernización del Estado. El Estado debe ser parte activa de la promoción ciudadana, debemos reconocer que algunas reformas del pasado funcionaron con beneficios a grandes poblaciones, pero ya no son aplicables en estos momentos. Aquellos elementos del Estado paternalista y asistencial deberían estar completamente superados. Necesitamos una economía sana y competitiva, lo mismo que una clase política con esas condiciones. Como ciudadano me pregunto sobre los límites de la responsabilidad del Estado ¿Por qué no se argumenta sobre el endeudamiento y su relación con el gasto inflacionario? ¿El déficit presupuestal y la gestión gubernamental? estas son las demandas más sensibles de la población. Me pregunto sobre la demanda social en salud, educación, vivienda y servicios, para constituir el bienestar de la familia y las poblaciones, elementos que contribuyen al desarrollo y al empleo ¿en que momento se encuentran?. Si bien el paso del TLC abre una nueva concepción de competitividad, los resultados son de largo plazo, los veremos en los próximos 20 años. Una condición general es que la competitividad no solo es comercial, los niveles de crecimiento político también deben ser visibles para la población. De ahí que la demanda de libertades debe concluir en el pluralismo, la defensa del disenso y las divergencias. Nuestra sociedad reclama del presente gobierno la continuidad de proyectos, no solo en los momentos de crisis. Las libertades siempre son un buen parámetro de muchos acontecimientos, entre ellos la administración de justicia, en estos tiempos nos sentimos bastante reprimidos más por la administración de justicia que por la ausencia de esta, si no pueden aplicar la justicia como se debe, entonces ¿qué esperan para reformar las leyes correspondientes?. El desarrollo social contribuye a ampliar el horizonte democrático, porque aumenta la productividad, las libertades y la concepción democrática. Pero el reverso de esta moneda es justamente casi una fotografía de nuestra realidad; una sociedad ahogada en la pobreza, desempleada, con altos niveles de corrupción es fácilmente manipulable, este manejo del discurso de la pobreza nos conduce al populismo, al liderazgo mesiánico y al clientelismo electoral, con severos peligros para la democracia en general. El Estado debe ayudar a las municipalidades, con recursos económicos sin distinciones políticas. Cuando cualquier municipalidad tiene problemas, la función estatal es ayudarle, el alcalde o alcaldesa está más cerca de los ciudadanos que los diputados y los gobernantes, por esta razón el mejor termómetro del bienestar social son las municipalidades, no pensemos que seremos una nación desarrollada si ni siquiera podemos resolver el problema de la basura. De ahí que el municipio debería ser el eje central del desarrollo nacional, este podría ser el mejor termómetro del desarrollo y el progreso. Acá nos encontramos con las realidades vecinales, no es posible que el mercado económico resuelva todos los problemas del bienestar social, de ser así, los municipios, muchas poblaciones y otras tantas regiones, no lograrían nunca la prosperidad deseada. Si el desarrollo social pasa por los municipios, esa es la mejor premisa de la democracia. http://www.diariocolatino.com/opiniones/detalles.asp?NewsID=2732

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