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  • Recesión: desafío para los gobernantes

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    Caralvá

    La presente crisis del capitalismo es una prueba crucial para los gobernantes. No valdrán campañas publicitarias del color que deseen, si la población tiene la firme percepción que sus empleos están agotados, que el dinero es insuficiente y todo es debido a la ineficaz administración de los gobernantes de turno, la percepción ciudadana será categórica… rechazarán cualquier intento mediático disuasivo que impulse una buena imagen oficial.
    Por todos lados están encendidas alarmas de la “desaceleración económica”, datos como pérdida de confianza de los consumidores en EEUU, baja en las acciones del Dow Jones, baja en la composición de ganancias, recorte de calificaciones del Bank of America, temor en las empresas de financiamiento, caída de las constructoras de vivienda, baja en acciones de JPMorgan… etc.. y el resto del mundo anunciando medidas para contrarrestar estos argumentos.
    Solo en algunos puntos marginales y con lupa, podemos encontrar referencias para amortiguar el impacto sobre los trabajadores, quienes a fin de cuentas sin ser mencionados, pagarán la crisis del capitalismo.
    Los expertos enfocados en finanzas “olvidan” que los hispanos en Estados Unidos serán despojados de sus viviendas, debido a créditos otorgados irresponsablemente por corredores de bienes, quienes no informaron oportunamente sobre los riesgos de “sobrepasar el límite de pago” a los trabajadores que adquirían sus hogares.
    En nuestra nación, el alto costo de los hidrocarburos, la importación de harinas y todas las materias primas importadas necesarias para la producción local, más la disminución del envío de remesas y el desempleo en EEUU, nos plantea un excepcional caso para los gobernantes y la clase política con un solo objetivo: un Pacto Social Amplio, porque esta crisis no durará un mes, ni dos, algunos consideran que se prolongará entre 24 y 36 meses o más, así hablamos del tiempo de una nueva administración gubernamental, de modo que deberíamos adelantar etapas y convertir esta plataforma de crisis, en un ejemplo de Pacto Social evitando la tragedia que amenaza a la nación.
    Un gobierno previsor tratará de amortiguar el impacto económico en los asalariados, en los siguientes aspectos: 1 estabilidad laboral; 2 política nacional (no partidaria) de los precios de los hidrocarburos; 3 gobernar para todos, no para un partido en el tema de los impuestos; 4 Impulsar un diálogo nacional sobre temas estratégicos como la seguridad, el narcotráfico, la corrupción y la administración de justicia; 5 La crisis no puede ser tema de campaña política, puesto que será una herencia negativa para cualquiera.
    De seguro dirán que esto es utopía, porque sucederá irremediablemente, si esa es la situación: ¿por qué deben pagar los trabajadores irremediablemente la crisis del capital? Cuando no se les preguntó sobre la mala administración pública de los bienes de la nación.

  • Los trabajadores no deben pagar la crisis del capitalismo

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    Caralvá

    En la historia del comercio mundial el capitalismo a lo largo de su historia ha poseído varios corazones, en el siglo XIX Europa tenía el mayor desarrollo mercantil, producto de la manufactura y sus avances científicos, el modelo bancario se había iniciado mucho antes en ese continente, en esta época Estados Unidos aún estaba subdesarrollado, nosotros apenas teníamos producción coloniales, cuando en Europa surgen las iniciales acumulaciones bancarias, nosotros ni siquiera éramos nación, eso da la idea de nuestra diferencia capitalista, pero esta distancia ha cambiado 2 siglos después.

    Cuando hablan de crisis del capitalismo, lo cual sucede cíclicamente, algunos autores lo consideraban la premonición del fin del sistema, pero la historia demuestra que eso no sucede, por el contrario, acontece una renovación de los enfoques históricos.

    Estas crisis y posteriores florecimientos, se deben al avance de una nación o un grupo de naciones sobre otras, con estos avances simplemente eliminan la etapa anterior del capitalismo.

    Un ejemplo de ello es la producción de colorantes sintéticos, que fueron producidos en Holanda, este acontecimiento hizo florecer aquella nación, pero arruinó toda la producción orgánica de América Latina, tanto México como Centroamérica dejaron de competir con sus productos de añil y la grana cochinillas, estos últimos insectos conocidos desde la época precolombina.

    De esa forma cada etapa superior del capital fue eliminando las previas en sucesión constante: trueque, precapitalismo, artesanía, manufactura, industria, finanzas, tecnología, informática, etc. con múltiples expresiones para cada etapa.

    En estos días, para algunos existe un “desacople” puesto que el motor del capitalismo: Estados Unidos, ve surgir dos poderosas turbinas: India y China.

    De esta forma la pérdida de fuerza en Estados Unidos, produce un estancamiento de su área de influencia, todo originado por los créditos de alto riesgo y los mercados de la vivienda, que al tratar de diluir el riesgo hacia mercados globales multiplicaron el problema.

    En general, una recesión es una actividad económica lenta, que dura varios meses, eso en otras palabras es reducción de oferta de productos y empleos, además los precios de todos los productos tendrán alzas, mientras el dólar caerá.

    Los expertos señalan que al menos los siguientes 9 meses (septiembre 2008) serán de contracción para la economía de Estados Unidos, esta contracción económica podrá ser observada en el atraso de obtención de fondos financieros para sectores específicos: empleos y ventas.

    Los elementos que agravarán esta postración económica son: el petróleo, disminución del envío de remesas y el desempleo local, si existe un conflicto bélico al otro lado del mundo, será lo mismo que tocar el acelerador a fondo de la incertidumbre para los bancos e inversionistas.

    ¿Cómo disminuir el impacto en la nación? Por medio de un acuerdo político de protección al ciudadano, esto marcará la diferencia entre los estadistas y los politiqueros, además el impulso de medidas financieras y sociales que estabilicen los precios de acuerdo a los ingresos mayoritarios, debe incluirse una política de comunicación transparente de gastos públicos, finalmente la estabilidad laboral en la empresa privada y el Estado debe ser un eslabón de seguridad social, para que no sean los trabajadores los únicos que terminen pagando la crisis del capitalismo mundial.

  • Quieren incendiar nuestros bolsillos

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    Caralvá
    En Suramérica, la paz continental puede destruirse si los gobernantes no reflexionan y no escuchan a sus pueblos que desean la paz. El costo económico directo por cualquier aventura militar, será pagado por los pueblos en las siguientes tres generaciones. El incidente que ha originado el conflicto diplomático entre Colombia, Ecuador y Venezuela, es la conocida incursión militar colombiana en territorio ecuatoriano y donde falleció un líder de las FARC. La movilización de tropas hacia las fronteras comunes de dos de las naciones involucradas no presagia buenos tiempos para la paz.
    Las FARC que sostiene una lucha interminable con los gobiernos colombianos, han enviado señales de graves desviaciones y descomposición de sus principios (si es que alguna vez tuvieron un ideal socialista o revolucionario), porque ningún grupo guerrillero clásico de los años sesentas o setentas en América Latina actuó con tal descrédito internacional al secuestrar masivamente a civiles e ignorar toda asistencia humanitaria. Los ciudadanos fugados narran dolorosas experiencias: secuestro de ciudadanos extranjeros, negación de auxilios médicos, encadenamiento permanente, incomunicación e indiferencia ante los prisioneros enemigos. Tal es la desnaturalización de las FARC que ningún Estado del mundo les reconoce el Status de Beligerancia, ni los foros de las Naciones Unidas, a pesar de permanecer en su lucha armada más de 40 años.
    Su contraparte, las Fuerzas Armadas de Colombia realiza acciones tan grotescas que no distinguen entre campesinos y grupos armados en las zonas de combate, han realizado fumigaciones masivas contra la cocaína, sin distinguir legítimos cultivos alimenticios de campesinos, además de matanzas registradas en el amplio historial de esa guerra absurda. Debe mencionarse que los desarticulados grupos paramilitares cometieron tantos atropellos y crímenes en complicidad de los líderes políticos de turno, que su espectro llega al presente.
    La guerra en Colombia se desarrolla en una vasta región selvática despoblada, mucho más grande que Centroamérica, florecen zonas sin control gubernamental, territorios con ejércitos privados, narcotraficantes, zonas de control guerrillero, delincuentes comunes-exparamilitares, un mosaico de bandas armadas que ejercen poder local sin ninguna ley más que sus armas.
    Cabe mencionar que Estados Unidos durante años ha intervenido directa e indirectamente en esta nación, principalmente por el factor de las drogas, que a pesar de las fumigaciones y acciones especiales durante décadas, no logra quebrar la producción masiva; el drama de Estados Unidos es el monstruo bicéfalo: Consumidor-Productor, una cabeza reside en las calles norteamericanas y la otra en la selva suramericana, este factor desestabilizador toca a Centroamérica y no dudamos que ese ilícito llegue hasta nuestra calles. La reciente noticia de la captura de una banda de traficantes y distribuidores de cocaína en San Miguel no debe pasar desapercibida, puesto que esa sustancia se produce a escala en Suramérica.
    La razón escapa de las naciones como la verdad a los políticos, es más fácil mentir con objetivos de guerra que proclamar la paz ante los fusiles. De acontecer ese evento maléfico, el fuego bélico de Suramérica terminará incendiando nuestros bolsillos en Centroamérica, por la chispa de la gasolina. Solo la paz puede apagar ese conato de incendio.