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  • Investigación agrícola para alimentar a la nación

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    Caralvá

    Cuando una familia destina más de la mitad de sus ingresos para alimentos, esa es la representación del hambre. La pregunta sería: ¿cómo promover trabajos para los pobres? La humanidad no tiene respuesta para esta situación, al menos los sistemas propuestos desde la antigüedad no han funcionado, ahora el sistema capitalista propone diversas respuestas, pero se enfrenta a su misma creación diferencial, esa condición de “orden económico internacional” que limita fronteras y al final produce a los pobres.
    La Revista Newsweek de mayo 2008, dice: “un estudio señala que los subsidios de la naciones ricas cuestan US$100 mil millones anuales en pérdidas de ingreso para los agricultores de países pobres”… además el excedente de esta producción se envía a los países pobres, pero esta condición llega a su fin, porque ya no es posible comprar alimentos de bajo precio, por la demanda de Asia y Africa.
    Las naciones subdesarrolladas no tienen respuestas adecuadas para un cambio repentino del sistema, no pueden cambiar su sistema agrario hacia el autoconsumo, ni tampoco transformarse en pocos años para satisfacer su propia demanda interna, por lo que se ven obligados continuar comprando excedentes alimenticios del primer mundo.
    En años recientes los desastres naturales como los huracanes: Mitch, Stan y Félix han provocado la alarma regional sobre miles de refugiados en nuestras naciones, debido al daño provocado por estos fenómenos que desnudan nuestra pobreza y la potencial hambruna de nuestras poblaciones.
    Es difícil que nuestra generación vea el cambio del orden económico internacional, pero al menos nuestra clase política debe unificar criterios hacia un programa para los siguientes 10 años, al menos de ayuda alimenticia para las regiones de baja infraestructura, tal como acontece con la Red Solidaria del actual gobierno, pero en lugar de ser una bandera partidiaria, debería convertirse en un Instituto de Nutrición Nacional, de igual forma los programas de salud y cuidados materno infantiles y aunque parezca una contradicción el biocombustible con productos “no tradicionales” puede ser un cambio cultural que brindará muchos empleos a jefes o jefas de familia, al utilizar tierras que por muchos años han estado ociosas. El objetivo de mencionar estos elementos es la consideración que tanto la pobreza como el hambre son productos sociales, es violencia contra poblaciones por el sometimiento estructural, nacional e internacional.
    Existe una relación directa entre alimentos y precios del petróleo que agrava la situación, esperemos que la clase política asuma el liderazgo que le corresponde e impulse la investigación agrícola con propuestas para la nación, tanto en modelos de biocombustibles como nutricionales. También para los desastres naturales debemos proponer investigaciones y prevenciones.
    Finalmente, la investigación agrícola es un tema olvidado por la racionalidad pública, pero es una gran herramienta que puede ayudar significativamente a aliviar el hambre en la nación.


  • Neoludistas en El Salvador

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    Caralvá

    La crisis económica nos llevará a la unidad social o hacia la fragmentación nacional.
    Aunque suene dramático, el generador de las crisis no reside en la nación, por este motivo es estratégico un Pacto Nacional de Unidad Política sobre un tema “no político”. Es muy similar el panorama de un desastre natural.
    El caso: un discurso partidario tiene por estreches el “poder”, el cual se administra de diversas formas, pero en esencia es: Derecho, control económico, administrativo, la represión legal.. etc..
    Si enfocamos la crisis bajo un esquema político el resultado es nuestra realidad, donde múltiples acusaciones de acá para allá o de allá para acá impiden el acercamiento de posiciones hacia soluciones posibles, en este caso dramáticas sobre los temas conocidos. Existen naciones que a pesar de la crisis económicas mantienen su agenda política bajo control con acuerdos mínimos, porque existe al menos la visión que la desaceleración económica nos acompañará un largo camino.
    Nuestra realidad es el producto de años de desconfianza política, ¿cómo confiar en el adversario? Después de años con propaganda (de guerra) a favor del extermino del “otro”, ahora el resultado es nuestra realidad, la imposibilidad de acuerdos mínimos en una agenda económica en crisis.
    Incendiar y destruir 2 autobuses (16JUN008), por elementos antisistema no deja duda que existen fuerzas centrífugas y probablemente en crecimiento dispuestos a equivocarse continuamente, ellos no tienen otro mensaje que las acciones ilegales y luchan contra los medios de producción, acción inaceptable e injustificada, porque pueden quemar toda la flota de buses y todas las gasolineras pero no lograrán nada, porque simplemente su mensaje y objetivo político está equivocado, porque la crisis económica mundial no es política. La incomprensible acción en la destrucción de los buses se parecen mucho al fracasado movimiento ludista, originado en Inglaterra del siglo XVIII por Ned Lud que incitaba a las acciones terroristas para destruir las máquinas, muy tarde comprendieron que el enemigo no son las máquinas ni los empleados que trabajan en ellas, la historia documenta mejor su errática evolución.
    Para la nación lo importante es la convivencia y la tolerancia, atrás han quedado los años de lucha armada y acciones ilegales.
    A propósito Irving Festcher en su libro: Tolerancia (Gediz, Barcelona 1994) indica las reglas básicas de la convivencia: a) a la mayoría se le exige respeto en relación con las minorías derrotadas mientras que las minorías deben acatar el veredicto de la mayoría; b) la mayoría debe estar siempre en condición de ocupar el lugar de la minoría, la cual podrá dejar un día de ser minoría, y c) la política no lo es todo, no debe serlo; al contrario, se debe propugnar una libertad que vaya más allá de lo político.
    Este es nuestro caso, una crisis económica que no es política y la libertad e imaginación, para el encuentro de soluciones en estos momentos difíciles para todos…


  • 1 , 2, 3 Navegaciones

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    Caralvá

    La sala llena de mar. Afortunado de llegar temprano.
    Observar la mar, plenas de distancias con la magia del horizonte saludando nuestra realidad.
    Luego escuchar las melodías impresas en los cuadros.
    Recordé aquella canción: Engaña de Gustavo Cerati…

    “recuerdo el mar
    Soñé estar aquí
    Y no recuerdo despertar…

    Recuerdo el mar
    Ya no confiaba despertar
    Tal vez engañe..”

    Y esa mínima canción acompañó la exposición de Javier.
    Aquella estancia fue la prolongación de la familia en la familia.
    Grandiosa familia ampliada: el arte y la creación en la nación en crisis, compartimos la mar.

    La mar a la altura de la esperanza..

    Así compartimos este jueves la obra.. con ese recuerdo de mar a la altura de nuestras navegaciones.

    Así compartimos un ágape de Javier en pleno centro urbano.

  • La democracia posible

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    Caralvá

    Algunos aseguran que todo es posible en democracia… Repasemos una sola semana de nuestra realidad y verifiquemos si esa condición se cumple.
    Entre los más dramáticos desajustes sociales encontramos la actual crisis económica, nuestra democracia es vulnerable a estos cambios que ni siquiera acontecen en nuestras fronteras pero inciden en acciones que pueden afectar nuestras realidades democráticas por la demanda de control de los precios del petróleo y sus derivados; en el mismo nivel se encuentran los alimentos, la estabilidad laboral, la transparencia de administración de las pensiones, etc. La democracia vive en sus límites, pero no soluciona estos problemas.
    ¿Cómo pueden afectar estas condiciones económicas a la democracia? En general afecta el nivel de las percepciones de las multitudes, puesto que ninguna expectativa popular coincide con el máximo nivel de desencanto debido a la pérdida del valor adquisitivo de los salarios, a pesar de los aumentos salariales. La democracia en medio de una crisis económica tiene figuras emblemáticas que representan el rechazo de la opinión pública, estos nombres son asociados a fraudes masivos de entidades gubernamentales y privadas, estas representaciones humanas, suman negativamente a la democracia, porque el derecho ciudadano no es ejercido a favor de las mayorías, con la grave percepción que funciona solo a favor de algunos. En este caso, la democracia es posible solo para algunos, usualmente con mucho dinero.
    Otro factor que desestabiliza la percepción de la democracia es “el arraigo del miedo”, es posible que en unos sectores de la población la posibilidad del temor al cambio político y la crisis económica se convierta en un factor decisivo, para otros sectores el miedo ha dejado de existir, puesto que la crisis económica ha tocado fondo en sus residuales ingresos y no es posible descender más. El arraigo del miedo en la democracia no es por la alternancia política, sino por manejo transparente del dinero del pueblo.
    Demasiado tarde se ha comprendido que dirigir un partido político no es lo mismo que gobernar una nación, donde la percepción fue un partido en el gobierno y el resto de la nación a su suerte. La aplicación de justicia dentro del Partido debería ser ejemplar, para eliminar todo nexo institucional con las personas, pero en muchos casos el discurso público es muy diferente dentro del círculo interno de poder.
    De igual contenido es la identidad nacional en democracia, si solo un pequeño grupo se encuentra en óptimas condiciones financieras, el resto de la sociedad no tiene ninguna identidad de principios con estos sectores, que a fin de cuentas administran el poder.
    Si unimos los factores en esta democracia “posible” como la actual: masivo desencanto de las multitudes, (des)arraigo del temor, identificación de figuras corruptas “intocables” fuera del control de la justicia y bienestar unilateral de un partido político con sus miembros pero la nación en crisis, el resultado es una democracia errática y sin futuro.
    Para superar estas condiciones negativas, “la democracia posible” se debe construir sobre un pacto incluyente de todos los sectores nacionales, aplicando la justicia, erradicando el temor a la información, la corrupción, implantando la confianza de una nación para todos, sin excepciones.


  • Mi ciudad

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    Caralvá

    Mi ciudad es San Salvador.
    Ella refleja a la nación, a lo mejor cada alcaldía refleja lo mismo.
    Existen así diversos rostros de la nación, no uno, sino múltiples rostros de varios conglomerados ciudadanos.
    Entonces observamos alcaldías pobres y otras menos pobres.
    A diario transito por estas calles, pero recuerdo que esta ciudad no era así, todo cambió a partir de la guerra. Un día las calles aparecieron plagadas de vendedores en las calles que antes eran rutas de autos y transportes públicos, porque un día decidieron que las calles de la ciudad serían vías peatonales a semejanza de otras ciudades extranjeras, pero resulta que tiempo después no eran tales vías peatonales sino estancos de comerciantes, donde transita de todo, pero pocos ciudadanos, mientras los almacenes han cerrado uno tras otro, esta situación lleva así más de 20 años, muchos más. Aquellas calles peatonales a lo largo del tiempo se convirtieron en puntos de comercio donde la ley y el orden caminan sigilosos, si se atreven. Diversos gobiernos municipales han intentado “gobernar” esos puntos ciegos del comercio, pero en poco tiempo se convierten en detonantes políticos, incluso con ciudadanos fallecidos entre tiroteos, extraños incendios, saqueos, atentados contra la policía nacional, delincuencia común, en realidad tristes situaciones en una nación que aspira a vivir en la postguerra.
    ¿Esta condición es problema sólo de la Alcaldía?.
    Las respuestas son diversas, pero mucho tiene que ver con un “Cambio Cultural”. ¿Qué clase de comerciantes se reproducen en dichas zonas? Con 20 años o más de antigüedad algunos de estos comerciantes deben ser segunda o tercera generación, multiplicando un comercio irregular, como toda la piratería en sus diversas expresiones, el resultado final solo sirve para alimentar al narcotráfico o la delincuencia organizada, según investigaciones de las autoridades.
    Mi ciudad tiene macroproblemas y microproblemas, entre los grandes que implican a multitudes están el sistema de transporte en todos los niveles, el comercio y la industria, todos en desorden, nunca se previó vivir en una ciudad así, todo es producto de un crecimiento acelerado y caótico, desde áreas residenciales hasta carreteras a la mitad de bosques y en microproblemas desde la salud hasta los asentamientos humanos.
    Esta condición al final nos conduce a visualizar que los problemas no se resolverán con dinero, en ocasiones pienso que el costo de la relativa calma de la ciudad tiene un precio muy alto para la seguridad de las siguientes generaciones.
    El camino del “Cambio Cultural” o la educación orientada hacia la integración legal, económica y social es una meta nacional, no solo de la administración de la alcaldía; el problema no se ha solucionado en décadas, al menos debemos pensar que los siguientes años, una iniciativa nacional cultural, deberá enfrentar y resolver este foco de involución social en el centro histórico de mi ciudad: San Salvador.