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  • Representación Cultural: Historia, pueblo y política

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    Caralvá

     

     

     

    Tenemos una Historia de represión tan arraigada, que la sola mención de la cultura étnica causa pavor en algunos intelectuales, esta negación tiene arraigo de siglos, por la discriminación iniciada en lo político-religioso de la España colonial. Desde aquellos tiempos nuestra historia tergiversada y marginada aún aguarda su re-descubrimiento, como elemento de unidad nacional, dentro del signo patrimonial de nuestro entorno.

     

    Una pequeña muestra del universo perdido y el peso de las palabras: “Que el pueblo de Caluco, luego que muere alguno, párvulo o adulto, se hace gran fiesta con mucha bebida de chicha, música y cánticos deshonestos; que el vicio más dominante es el de la embriaguez, en que no se ve enmienda, aunque ha aplicado cuando medios ha podido. Que en el de Guaimango tenían una idolatría con cura que les decía misa y administraba; que procuró su remedio que son muy inclinados a la embriaguez, como lo son los del pueblo de
    Juyutla, y que hasta aquí no tienen razón, si siguen la misma maldad….”  existen muchos relatos de aquella cultura extinta, donde todo era perverso o demoníaco,  puesto que solo debería prevalecer una cultura “imperial”, esta implicaba la administración, la política, la religión y la cultura, de esta forma se destruyó la cultura originaria. En otro apartado: “Para hacerme cargo de ciertas montañas y situación de algunos pueblos, pasé a lo que se dice puerto (Villa de Sonsonate)… En la orilla de la mar había bastante multitud de mozos y muchachos enteramente desnudos, que pasaban en el agua todo el día sin ocupación, sin crianza y sin vergüenza”… Pedro Cortéz y Larraz  (Descrip. a S.M.  1 de abril de 1771), la cultura étnica parte entonces con todos esos perjuicios y antecedentes de exclusión hacia los pueblos originarios. Aquellas antiguas autoridades condenaban todo de la cultura original salvadoreña, pero no el esclavismo, la explotación, el trato hacia los indios, ni el engaño por medio de las leyes y ritos religiosos oficiales.

     

    Tres siglos después al transcurrir el siglo XX, el nexo entre cultura y política tiene fronteras de historia con signos excluyentes en  la forma de gobernación en la nación, la sola mención del autoritarismo durante el siglo XX implica un carácter patrimonial y representación de estos agentes culturales en el discurso oficial, es evidente que nadie extraño a un movimiento simpatizante de las dictaduras podría escalar posiciones contrarias a esas imposiciones. Imaginemos por un momento, la furia desatada con la matanza de 1932 (“el peor etnocidio en América latina del siglo XX”)  justamente en estos pueblos, ya no considerados seres demoníacos, nudistas,  viciosos, sino algo peor: “comunistas”.

     

    De esta manera en el siglo XX ¿cómo se harían representar los denominados comunistas en la esfera cultural oficial?  o aquellos que no coincidían con el poder autoritario, así la nación transcurrió muchos años. La representación cultural podría caracterizarse entonces como intelectuales nombrados por el poder  político dominante, el cual no admitía discusión.  

     

    Ahora en el siglo XXI, podría resolverse la  ausencia de representación tanto de los grupos originarios como de aquellos autores segregados, el signo que debe iluminar el camino es  la Historia, desde ahí iniciar la reconstrucción de la era precolombina hasta la época colonial, una reconstrucción coherente con nuestros pueblos originario que son el núcleo humano fundamental en la creación de la nación, de otra forma los planes y las propuestas culturales serán palabras huecas, sin sentido.

     

    La representación cultural debe coincidir con los grupos representados y la vocación de la nación, son nuestros pueblos originarios los depositarios de la Historia y quienes dan sentido a nuestro futuro.

     

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  • Separación entre Partido y Gobierno

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    Caralvá

     

     

     

    Durante años hemos sostenido que la separación del Gobierno y el Partido es un logro histórico, así podemos distinguir entre éxitos y fracasos de una administración presidencial.

     

    Ahora el ex partido oficial imparte lecciones del beneficio de esta separación, cuando durante veinte años su “buque insignia” era partido igual a gobierno, de tal forma que no existía la división entre los gobernantes y los miembros de esa institución, era tal la confusión que el presidente de la república era el presidente de aquella organización, al final aquello terminó en un colapso conocido, puesto que el fracaso no distinguió entre unos y otros.

     

    Ahora los tiempos han cambiado y el gobierno tiene una clara línea divisoria entre Partido y Gobierno, podemos diferenciar entre una y otra posición. Es un logro significativo, paradójicamente el ganador de este evento es el propio partido “oficial”, que tiene jurisdicción en sus actuaciones políticas pero límites en las formas de gobierno.

     

    De las comparaciones de estas dos claras visiones administrativas y políticas podemos observar lo siguiente: durante años el partido-gobierno impuso los candidatos, además toda la estructura, conducción, cargos, beneficios, promociones, políticas, beneficios, selectividad de información, favores etc., para cada organización interna de sus jurisdicciones, estos sectores eran:  privados, públicos, sectores medios, agricultores etc, pero siempre afiliados al partido, los demás grupos fueron excluidos manifiestamente, generando corrupción en toda la línea administrativa, el daño es visible tanto por las personas implicadas como las instituciones afectadas – por cierto existen casos emblemáticos-. Ahora cuando el Partido tiene una separación con el Gobierno, existen grandes logros que solo pueden ser atribuidos a la capacidad de funcionarios brillantes y al manejo transparente de su gestión, pero existen otros nombramientos lamentables que empañan a la administración, esta acción permite identificar el fallo en personas, pero este daño no implica al Partido Oficial, al final es un signo positivo.

     

    El balance de la actual administración hasta este momento, tiene un componente de calidad: “eliminar la corrupción”, pero la transparencia general solo puede medirse en tiempo “diferido” no en tiempo real; no obstante esta condición es volátil e implica un cambio cultural de mucho tiempo; ¿acaso la corrupción es una cultura social? ¿Podremos poner un punto final a esta acción? El problema entonces no es la historia de nuestra nación con sus formas de administración, sino ese fraude administrativo del manejo del dinero ajeno y otros bienes, que terminan en manos de terceras personas. La transparencia de una administración usualmente es evaluada por la siguiente administración, de tal forma que a falta de una cultura de transparencia, tampoco existe continuidad en este tema.

     

    La ventaja de la separación de Partido y el gobierno, reside en que en ningún caso la institución oficial será perjudicada en el mal manejo de fondos públicos, acaso serán las personas involucradas, el caso contrario es el partido-gobierno el que carga con todos los males, incluso existen algunos testimonios de ex funcionarios confesos que aseguran que recibieron mandatos de cometer estos ilícitos por su Partido.

     

    Quizás debería ser norma de la nación, la separación de Gobierno y Partido político, pero eso es una cultura que debemos conquistar.

     

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  • El dinero no lo puede todo

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    Los relatos bíblicos debemos considerarles con sumo respeto por su condición de “historia escrita”, debido a que ellos inauguraron cambios culturales profundos, muchos de los cuales ahora olvidados, los observamos en las acciones individuales y colectivas de nuestras sociedades, aquella historia del Becerro de Oro (Éxodo 32, 1-35) parece ficción, pero el simbolismo de ese acontecimiento del “oro” sobre todas las cosas, nos recuerda recientes acontecimientos sociales tanto de las pasadas elecciones en Estados Unidos de América, como las denuncias de compra voluntades en algunos partidos políticos en nuestra nación. La danza de millones de dólares en la elección norteamericana, deja reflejada la miseria de una ambición de poder a costa del dinero, con el único objetivo de dominar las estructuras que toman decisiones sobre diversas situaciones sociales o mundiales, dos discursos enfrentados con visiones opuestas: uno social y otro metálico, uno con el centro de gravedad en las personas y otro en los negocios: “que todo lo compran”, el resultado es conocido, los sabios norteamericanos votaron por: su pueblo, salud, humanizar la sociedad del concreto, en el intento de construir una sociedad plural. El monto aproximado en esta última campaña, según periódicos norteamericanos ronda los seis mil millones de dólares…El relato bíblico tiene un final sangriento con la eliminación de miles de idólatras, afortunadamente en nuestros días a nadie se le condena por adorar el dinero; no obstante las elecciones norteamericanas solo han provocado depresión en los más fanáticos aspirantes a millonarios, los demás celebran, pero cabe la pregunta: ¿todo lo compra el dinero? ¿El ídolo de oro puede transformar la mentalidad de la humanidad? ¿puede un mortal (…) resistir una oferta de quinientos mil dólares?. Estas situaciones parecen de película: "I'm gonna make him an offer he can't refuse", (voy a hacerle una oferta que no pueda rechazar) frase de aquella famosa película del Padrino.

     

    El resultado de las elecciones norteamericanas han demostrado que el dinero no lo puede todo, el 71 por ciento de la población latina votó a favor de los demócratas, se considera que el total de la población de electores en Estados Unidos del voto hispano fue el diez por ciento del total, significativo para ganar unas elecciones muy reñidas.

     

    Si en nuestra nación el fantasma de comprar voluntades por medio del dinero es real, entonces no es nada nuevo en la historia de la humanidad, pero si el cambio de  voluntad al abandonar un partido político y optar por otro no fue por dinero, entonces el esquema cambia el panorama de la visión de esa acción, con el mismo resultado: el dinero no lo puede todo.

     

    En nuestra historia reciente encontramos ejemplos notables de un sistema de valores que luchó contra el autoritarismo, valores como: solidaridad, abnegación, renuncia a bienes materiales y donaciones, eran solo algunas características morales que no anteponían un precio metálico a la lucha irrenunciable, fue el modelo del momento revolucionario, los resultados son conocidos, nuestra realidad reconoce aquél sacrificio que ahora es democracia.

     

    Debemos reflexionar si aquella historia bíblica se repetirá una y otra vez; reconocer el ejemplo en la opción del  voto hispano en las pasadas elecciones en Estados Unidos protegiendo su educación y salud;  finalmente en nuestra nación… el dinero no lo puede todo.

     

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  • Barack Obama y El Salvador 2013-2017

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    Los aspectos que nos unen a la nación del norte son variados y de diversas connotaciones, temas sensibles y otros estratégicos a pesar de nuestra lejanía.

     

    Algunos aspectos sensibles son: el narcotráfico, el crimen organizado, el tráfico de personas,  lavado de dinero, falsificación de dólares etc., estos son temas que permanecen en el tiempo, los cuales no tienen solución a corto plazo, de tal manera que el futuro presidente de los Estados Unidos continuará con la obra iniciada en estos últimos cuatro años.

     

    Entre los temas estratégicos: el trabajo temporal de cientos de miles de trabajadores salvadoreños, que mes a mes envían sus remesas; la ayuda del Fomilenio II -proyecto que puede cambiar la realidad e historia de cientos de familias deprimidas por años de postración económica- apoyo a la estabilidad democrática en sus diversas manifestaciones políticas (alternancia, representación popular, asocio para el crecimiento), independencia en relaciones internacionales, reconocimiento a la lucha por los Derechos Humanos –el único presidente norteamericano que ha visitado la tumba de Monseñor Oscar Arnulfo Romero-, fortalecimiento de las instituciones que luchan contra la delincuencia etc.

     

    La población estimada de salvadoreños según datos estadísticos del Censo Nacional de Estados Unidos es de 1.6 millones, conformando el cuarto grupo hispano más importante, después de los mexicanos, puertorriqueños y cubanos…  relacionado con estos datos, la cifra potencial de salvadoreños indocumentados llegaría  a medio millón.

     

    Es oportuno reseñar que el 60% de nuestras exportaciones se orientan a Estados Unidos y la reforma migratoria es un tema de largo alcance que pretende beneficiar a miles de salvadoreños, esta situación permanecerá muchos años más, similar evento en los beneficios del seguro social en aquella nación.

     

    La elección realizada este martes 6 de noviembre de 2012, marcará la ruta de nuestra política de los siguientes cuatro años, la reelección de Barack Obama es un firme apoyo a la estabilidad democrática que vivimos, a pesar de todos los pesares, el avance de nuestra nación hacia el fortalecimiento institucional es optimista.

     

    La vocación democrática de nuestra nación, puede retomar estos legítimos acontecimientos puesto que el pueblo norteamericano es similar a todos los pueblos del mundo, son los trabajadores quienes producen la riqueza y defienden la democracia.

     

    En la distancia celebramos el triunfo de la democracia y el camino de la Segunda Independencia cultural en la Historia de Estados Unidos, como un 4 de julio de 1776 y su Declaración de Independencia: “que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados”…

     

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  • Desalojo de la pobreza del Centro Histórico

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    Hace muchos años una decisión política de un partido político permitió la denominada “vía peatonal”, era una maniobra para favorecer a sus grupos partidarios, el objetivo era simple: crear base social, esa acción permitió la expansión sin control de todo tipo de comercios ilegales que asfixiaron a los negocios legales de la zona, cuarenta años después otra decisión política lanza del centro histórico a los pobres que se implantaron entre las calles de la capital.  Esta simple condición de otorgar espacios públicos para beneficio de una institución política es el origen del actual reordenamiento (político) de la ciudad, con resultados desastrosos para muchas familias esencialmente pobres.

     

    El otorgamiento de sitios públicos a personas particulares generó una sub-propiedad ilegal con usufructo y pseudorechos sobre esos espacios, con el correr del tiempo se creó una cultura de asentamiento en: calles, pasajes, aceras y todo espacio posible, de tal forma que la circulación de vehículos fue imposible. Esta cultura de la pobreza no solo reproduce valores de ilegalidad sino además favorece acciones ilícitas como la venta de: productos piratas, imitaciones de marcas, contrabando, distribución de productos hurtados, llegando al extremo de proclamarlo: “cachada, cachada, aproveche”…

     

    La pobreza de la situación de estas personas no se refiere a sus bienes materiales, sino a su debilidad de representación “legal”, si en cuarenta años no han logrado superar la pobreza pueden pasar otros cuarenta años y no superarán ese estado, esto significa que no se creó una cultura de derecho para avanzar hacia niveles educativos o representación, que previnieran su estado mercantil; la ausencia de representación también se refiere al elemento que tampoco tienen capacidad para protegerse de los delincuentes que operan en esa zona, ahí se comenten: asesinatos, robos, extorciones, etc. incluso recientemente se denuncia que las personas de tercera edad eran agredidos por un individuo por el pecado de caminar por esas zonas, si estas acciones eran permitidas, ocultadas o toleradas, ¿cómo puede calificarse esta área?.

     

    La superación de la Cultura de la pobreza implica el carácter de organización legal de los pequeños comerciantes honrados, con objetivos de integración económica en estructuras económicas, con proyección hacia niveles superiores financieros, con metas de desarrollo humano en sus núcleos familiares, sin estas condiciones la pobreza persistirá en estas familias para siempre. La organización de estas familias de comerciantes debe ser una meta a corto plazo para diferenciarse de estructuras delictivas, puesto que desde hace algunos años se denuncia que los “dineros” captados por la piratería solo tienen como destino el crimen organizado internacional, por tal circunstancia la organización legal de los comerciantes legítimos se impone con urgencia.

     

    La pobreza no es sinónimo de delincuencia, pero la coexistencia de algunas estructuras delictivas en esas zonas era inocultable, para desgracia de los comerciantes honrados.

     

    La organización de los comerciantes, su representación legal, la transparencia de sus negocios, la independencia de cualquier grupo debe ser verificable, de otra forma esta historia se repetirá una y otra vez.

     

    La salida de la pobreza solo puede ser por la organización legal de los comerciantes honrados.

     

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