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Blog - Page 26

  • 5 de noviembre de 1811 (X) Incendio provincial

    5 de noviembre 1811, bicentenario, El Salvador

     

     

     

     

     

     

     

     

    Caralvá

     

     

    Nuestro bicentenario  puede memorar día por día aquella magnífica insurrección hasta el 3 de diciembre, de esa manera existiría una efemérides del mejor ejemplo épico de las fuerzas populares salvadoreñas, que unió a etnias, africanos y criollos (principales y secundarios), junto al clero insurgente. De esa manera el 11 de noviembre los afrosalvadoreños participan al lado de los criollos y espían a las tropas de Guatemala que amenazan a la insurgencia. En esa fecha se reseña la frase de Manuel José Arce: “si quinientos negros hubiera de la calidad tuya (Silvestre Anaya)…” situación que connota una leve desesperanza por la noticia que los alcaldes de Zacatecoluca y San Vicente no se unen a la insurrección. A pesar de ese percance, las etnias y los afrosalvadoreños se activan a favor de la insurgencia. Desafortunadamente el 14 de noviembre la rebelión en Zacatecoluca fue sofocada, hacia el 16 de noviembre el movimiento revolucionario no logra aglutinar a los pueblos de interior de la provincia, de tal forma que el Intendente informa a la Capitanía General: “existen voces que anuncian una pronta invasión de tropas de Usulután, San Vicente, con unos ciento cincuenta hombres: la Compañía de Usulután, el Escuadrón de San Miguel y el de Sonsonate con otros varios pueblos venían a invadir la ciudad” esta referencia es el signo de la preocupación del Intendente Gutiérrez y Ulloa de considerarse rehén en los futuros eventos.

     

    Debates públicos…”sacudir el yugo del gobierno monárquico” Esta referencia es crucial porque implica consultas y asambleas populares entre los pueblos rebeldes convocados por el gobierno revolucionario, de esa forma Miguel Delgado conduce a mil hombres hacia la defensa del nuevo gobierno, llama a la insurrección en los pueblos vecinos entre ellos San Jacinto y anuncia  que el Castillo de Acapulco había sido tomado por Morelos, -aunque en realidad es el Puerto de Acapulco donde se encuentra Morelos en Octubre de 1811-.

     

    En este importante evento se reseña el Plan General Insurgente (Centroamericano), en el Cuartel de los Dragones enviando además al emisario Joaquín Pino con cartas a Sonsonate.  Miguel Delgado expone este junto a Manuel Morales y Juan Manuel Rodríguez que debía conquistarse la Villa de San Vicente y la Ciudad de San Miguel, se encontrarían con los de León Nicaragua luego regresarían a tomar la Capital de Guatemala, sin embargo en esos días se conoce el advenimiento de fuerzas invasoras, los insurgentes rechazan su llegada y se preparan para los combates con las tropas del Rey.  Esta histórica reseña implica la condición unida de las fuerzas populares provinciales en el Reino de Guatemala, no existen distinciones sobre territorios, ni diferencias nacionales, es categórica la afirmación de “tomar la Capital de Guatemala”, de esa forma se demuestra además el profundo nexo combativo junto a la insurgencia nicaragüense. La chispa revolucionaria de la Intendencia de San Salvador, fue incendiar a Nicaragua,  con Fray Benito de Miguelena que combinó el movimiento popular en León el 13 de noviembre de 1811, la redacción de las peticiones de la junta de gobierno, y las relaciones de los revolucionarios entre Granada, Chontales y Segovia. Además depuso al Intendente don José Salvador, nombrando al Obispo Nicolás García Jerez, organizándose una junta de Gobierno en la que figuraban la mayor parte de las personas que habían participado en la conspiración. Se unió Masaya y Granada que fue ejemplar por su lucha independiente durante 5 meses.

     

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  • 5 de noviembre de 1811 (Historia y olvido)

    bicentenario

     

     

     

     

     

     

     

     

    Caralvá

     

    La sociedad civil colonial contiene elementos abiertos a discusión y estudio. La sociedad tiene como componentes principales las castas, con territorios definidos para cada grupo étnico los cuales son gobernados por sus propios alcaldes pedáneos, su modelo de producción aún es la encomienda bajo un naciente capitalismo implantado a sangre y religión, las haciendas son los instrumentos donde se genera el cambio hacia el capitalismo primitivo que produce modelos culturales serviles y feudales. En aquella sociedad que proclama la “limpieza de sangre” como signo estelar para el futuro de las familias y su acceso a diversos cargos, la exclusión es la norma; las figuras principales rotan entre autoridades peninsulares y las familias criollas con mayor arraigo, estas familias sanguíneas siguen el patrón feudal, los hijos son educados para cargos en la Iglesia, el Ejército, la Hacienda, las hijas se casan con otros principales para formar alianzas y reproducir su saga filial, pero no todas eran familias principales, también existían familias criollas marginales y funcionarios peninsulares de rangos menores, de manera que el mosaico de estos núcleos se irradia hacia todas las líneas políticas, administrativas y religiosas, por ejemplo: funcionarios peninsulares que son malos administradores, falsos curas, militares represores, alcaldes impuestos por los hacendados, contrabandistas, etc. en pocas palabras un mal gobierno. La historia colonial es un cruel recuento de muchas actividades sociales olvidadas a propósito, resulta insólito que no exista una mención oficial a los grupos étnicos que participaron en los eventos de noviembre de 1811, tampoco afrosalvadoreños, ni distingos entre la iglesia insurgente y la contrainsurgente, tampoco se hace referencia al papel de la mujer insurgente en las poderosas acciones de Metapán, Santa Ana, San Salvador etc. este concepto es parte del olvido. La ausencia del sector popular (indios, africanos y criollos (no principales) en la historia oficial desarticula la cohesión del concepto nación, su producto final es la pérdida de identidad junto a la distorsión de una casta dominante formada por familias-estados similar a una oligarquía, que nace primitiva ante el avance capitalista de otras regiones. El olvido de la historia es una constante desde esas épocas de conquista española y luego colonial. Debemos solucionar esos olvidos, el desafío es re-escribir la historia desde nuestros pueblos originales y colocar cada concepto en su lugar, avanzar para proponer nuevas lecturas y los hallazgos históricos someterlos a la opinión pública y a las academias para integrar el conocimiento a la nación. “Recordar es conocer” decían los griegos, por esa razón en ocasiones la historia construye naciones, pero también las deforma, nuestro deber es re-escribir la historia, sin olvidar a nuestros pueblos originarios.

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  • Premio Estudio Histórico del 5 de noviembre de 1811

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    Mención honorífica  El Salvador Insurgente 1811-1821 Centroamérica de César A.Ramírez A.

     

  • 5 de noviembre de 1811 (III) Armas de fuego de José Matías Delgado

    DSC00142.jpg 5 de noviembre de 1811 (III)

  • 5 de noviembre de 1811 (II) nombre incorrecto en Plaza Libertad

    28MAY011 Placa en Plaza Libertad II.jpg  5 de noviembre de 1811 (II) nombre incorrecto en Plaza Libertad

  • La felicidad del siglo XXI

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    La felicidad del siglo XXI

     

     

     

    Caralvá

     

     

     

    La felicidad… ¿Qué palabra es esa?. Felicidad es sinónimo de: “satisfacción, agrado, alegría, júbilo, placer, gusto, delicia, contento, euforia, éxtasis, placidez, optimismo, bienestar, fortuna, suerte, auge, su antónimo: desgracia, desencanto, fracaso.”

     

    En cierto modo asusta hasta los más ortodoxos, se supone que debemos estar tristes por todo y si no lo estamos debemos buscar un motivo para ser prisioneros de ella, parece que además de ser pecado es una condición delictiva. Sucede que la felicidad esta asociada en el siglo XXI al dinero y la realización material que este vehículo provee, de tal manera que ser feliz y ser pobre es una aberración absoluta. Podemos agregar que pobre por naturaleza es el inverso de la felicidad, puesto que es un fracaso, un desafortunado, etc. dentro del capitalismo. En el socialismo no hay “fortunatos”.

     

    Existen muchos personajes que se ganan la vida vendiendo felicidad de todo tipo, por eso el mundo ama a los payasos, porque en cierto modo su sinceridad transparente no miente, además porque inofensiva “hace olvidar” las preocupaciones que vivimos, existen en ese rango  cientos de variantes evasivas que no son inofensivas sino mortales, pero conducen a la felicidad fácil, de tal forma que el agrado se convierte en comercial cuando las multitudes pagan por ese estímulo accesible.

     

    La venta de la felicidad puede ser política, religiosa, científica, tecnológica, financiera, etc. esta asociada a ese nivel aspiracional que mueve a los apostadores a correr riesgos, juran que bajo ese nivel ganarán, esa es la solución a todos los problemas económicos, similares y conexos.

     

    La felicidad tiene cierto margen de legalidad social, de acuerdo a la época que vivamos. No obstante usted puede ser feliz después de muerto, bueno no pocos creyentes están dispuestos a luchar “vivos” hasta  las últimas consecuencias por esta premisa, en diferentes culturas existen “promesas a cumplirse en la otra vida”, ella  ha sido el eslabón que permite lograr un palco de lujo en el otro mundo y por supuesto ver el paraíso en primera fila.

     

    En el siglo XIX en el antiguo Reino de Guatemala, la promesa de felicidad era un arma a favor de la independencia: véase carta del 08 de noviembre de 1811 de Manuel José Arce a las provincias y gobiernos locales, pero no solo los insurgentes salvadoreños usaron ese argumento, también Napoleón Bonaparte la usó como concepto para todas las Américas, bajo el nuevo signo de la igualdad, fraternidad y libertad, por esta razón la Iglesia predicó contra “la falsa felicidad”. Usualmente las revoluciones tienen ese concepto porque nada es más feliz que un esclavo liberto, de esa forma los soviéticos debieron ser los seres más felices del mundo y no era para menos, la cerveza no era considerada producto alcohólico sino comida hasta 2010, sin embargo para otros naciones capitalistas la URSS era el reino de la tristeza y no era nada eso de: “me lleva la tristeza” occidental,  parece que existían otras tristezas más tristes –que recuerda un poema muy conocido-. De pronto en el siglo XXI la felicidad es su poder adquisitivo, su realización aspiracional, en otras palabras puede comprar un Rolex, poseer una o varias cuentas bancarias de siete dígitos, ser inmune a las leyes terrestres y divinas que no es poca cosa, si lo prefiere presidente un partido político y dueño de la nación. Se supone que vivimos en una democracia, en una nación feliz, que existe justicia, libertad, igualdad, que las religiones pueden predicar lo que quieran para vivos y muertos, ¿qué impide el encuentro con ese estado de ánimo?...  no se preocupe solo inicie una pequeña búsqueda de qué significa: Verdad, Bien y Ser… no necesitará más felicidad.

     

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