Ok

By continuing your visit to this site, you accept the use of cookies. These ensure the smooth running of our services. Learn more.

política

  • Decisiones “políticas” (in)constitucionales

     

    César Ramírez

    @caralvasalvador

    La última palabra sobre cualquier proceso constitucional reside en una Sala de la Corte Suprema con fallos inapelables, eso al menos por ahora parece el círculo del absoluto, casi “Yo el Supremo”… un poder constitucional que define el bien y el mal. El calificativo de un ciudadano y su pertenencia a un partido comunista o similar, es casi la vida o muerte civil, esa decisión se parece a proclamar: “a mí nadie me manda”, no tengo obligación de dar explicaciones a nadie, decido si la República puede o no continuar con sus gobernantes actuales… Augusto Roa Bastos el notable escritor en su novela “Yo el Supremo” connota éstas afirmaciones, puesto que acá parece que nos gobierna la Sala Constitucional por acciones “negativas hacia un partido” y en contraparte benefician a otro instituto político, en otras palabras desarrolla una agenda de conveniencias, algunas son interpretaciones de la Constitución “no escritas” pero adecuadas a sus intereses.

    La saga de las decisiones afecta la gobernabilidad, el tiempo para un determinado fallo es un verdadero misterio, mientras algunos casos son cuestión de días en otros como los $900 millones para el Estado tienen más de un año de retraso.

    En muchas circunstancias pienso que vivimos gobernados por fallos constitucionales y no por los ciudadanos electos democráticamente, sus pronunciamientos son claramente conceptos políticos, la calificación de un ciudadano sobre su pertenencia a un partido político es suficiente para eliminarle la calidad de funcionario público, ¿Por qué ellos no hablan de su pasado? ¿Son químicamente puros? ¿Les interesa la gobernabilidad o declararán inconstitucional en algún momento al gobierno legítimo de la República?.

    Es muy preocupante nuestra interpretación jurídica nacional, puesto que el ciudadano común vive una cotidiana percepción de intemperie y abandono de sus derechos humanos, veamos algunos ejemplos: la investigación de enriquecimiento ilícito es desigual, mientras algunos exfuncionarios son protegidos otros son perseguidos; la justicia defiende a los delincuentes, son asesinados los testigos criteriados, se falla a favor de los terroristas y los jueces nunca son juzgados por sus arbitrariedades ¿por qué a reos terroristas se les conceden derechos ciudadanos?...vivimos una especie de gobierno de jueces constitucionales con decretos políticos; así como vamos quizás un día por decreto constitucional prolongarán su mandato indefinidamente, por una decisión suprema no constitucional. El resultado de este ejercicio genera un profundo sentimiento popular de frustración, una especie de rebelión silenciosa, un estado de humillación colectiva que induce a la pérdida de los valores jurídicos tradicionales: comunidad, vida, familia, propiedad, nación, República etc. sus acciones degradan nuestra moral y en general disminuyen la voluntad de luchar por los intereses populares, puesto que sus mejores funcionarios son declarados inconstitucionales, así como muchas acciones legítimas para la gobernabilidad.

    Todos deseamos a la nación próspera con valores, un pueblo unido y un destino propio por su trabajo, donde las instituciones funcionen a favor de la mayoría por la vigencia de la democracia, que la verdad acompañe a los jueces y la interpretación Constitución no se menciona ninguna ideología, pero las interpretaciones de la Sala Constitucional parece que tienen dedicatoria política contra la gobernabilidad.

    www.cesarramirezcaralva.com

     

  • Asusta ser testigo

    Asusta ser testigo

    Caralvá

    Acaso son las 21: 14 horas, suficiente juicio horario para tratar de dormir un poco, pero existen compromisos que uno fácilmente se impone como privilegio de la vigilia.
    Todos en la nación conocemos esa palabra llamada política, su concepto nos impacta con diversas emociones, mucho más si estas contienen elementos históricos.
    Uno de los elementos que conduce a la política es la ideología, la cual definiremos como: conceptos que nos llevan a la acción, aclaro que es un elemento simple, para no entrar en los infinitos sentidos discursivos.
    Las ideas, ideales e ideología concluyen en las siguientes nociones: derecho, política y las instituciones, al final el derecho es parte del ciudadano y este tiene necesidad de los demás. Esto idealmente, porque amargamente sabemos que durante el siglo XX, algunas instituciones (nacionales e internacionales) estaban por encima de estos criterios, aún ahora, no concluimos plenamente en el derecho como parte de nuestra realidad.
    Quizás el famoso Estado de Derecho, sea inalcanzable, así como otras palabras con las cuales siempre estaremos en deuda, por ejemplo: justicia, igualdad, libertad y en otros términos: acumulación financiera, tecnológica, científica etc.
    La política podríamos anotar, es la culminación del derecho, como ya escribió el maestro Luis M.Farías en su libro: Así lo recuerdo, de ahí que usualmente la mayoría de los políticos sean abogados, aunque no necesariamente deban serlo.
    Hemos conocido a fuerza de violencia, una política extraña a los libros hasta 1992, así nos encontramos poco a poco en esta convivencia entre partidos durante el momento electoral, que ofrecen diversas plataformas, a las cuales llamamos ofertas políticas.
    Los partidos políticos tienen una dinámica de movimientos, los cuales pueden ser de opinión, movilización, acciones legales e ilegales.
    Podemos ver como las voluntades se mueven bajo diversos colores, esto es lo mismo que durante la guerra civil, bajo diversas banderas la sociedad se aferra a un criterio político, ya sabemos cuales son los resultados de esa guerra… la creación de una nueva institucionalidad.
    Si bien la política es una actividad que busca resultados, lo que a nuestra vista tenemos como resultados de las gestiones administrativas de los últimos 3 años, se convertirá en voto ciudadano.
    De ahí la política en sus escenarios: el mejor es la política para hacer el bien, como elemento natural del derecho. Su lado oscuro tiene diversos nombres: fraudes, golpes de estado, intervenciones militares, eliminación de adversarios políticos, campañas sucias etc.
    Dos criterios a reflexionar. Primero: Si no se democratiza en profundidad, entonces no existe voluntad política para resolver los problemas conocidos. Segundo: Si no se permite el avance del pluralismo, la nación caminará hacia la miseria de gobernabilidad.
    Lo más razonable es permitir el avance del pluralismo, eso abrirá las puertas de la conciliación, aunque en realidad asusta ser testigo (sin protección) de estos criterios.
    De ahí que la participación ciudadana en estas acciones es crucial para descubrir la cultura política y en sus prácticas, el logro de los medios para la estabilidad, junto a la pluralidad con unidad del poder.
    La nueva Cultura política exige competitividad, incluyendo estratégicamente a la sociedad civil.