Caralvá
Recientes publicaciones de los medios de comunicación nacional e internacional refieren importantes hallazgos arqueológicos que contienen información sobre diversas culturas del medio oriente.
La importancia tanto de los manuscritos del Mar Muerto como el Evangelio según Judas, nos permiten observar las amplias posibilidades de transmisión de diversas lecturas bíblicas; se pueden observar antecedentes precristianos e incluso alternancias con las lecturas clásicas evangélicas actuales.
Otro elemento que connota estos hallazgos es la imagen del antiguo judaísmo y los elementos precristianos, en aquella época ya existían elementos genéricos de la existencia de diversas tendencias de interpretación y escritura. Si comparamos en la actualidad las diversas concepciones cristianas, en la interpretación, lectura y acciones de cada una de las iglesias cristianas entre ellas: ortodoxa, romana, protestantes, evangélicas, anglicanas, bautistas, testigos de Jehová etc… no es de extrañarse que esta discusión no es nada nueva.
En el panorama general, Jesús predica, enseña y actúa para los judíos y sus discípulos, que son también judíos en las sinagogas ( Lucas 4, 14-22).
Estos elementos enriquecen las diversas informaciones sobre el Jesús histórico.
El evangelio según Judas, nos presenta una versión distinta que no contradice los evangelios de la Biblia actual, pero introduce la versión que Judas no fue un traidor sino parte del plan divino, al mismo tiempo que libera por esta razón el antecedente moral que los judíos son los culpables de la muerte de Jesús; en realidad quienes crucificaron a Jesús fueron los romanos, fue la justicia del Imperio Romano en manos de sus soldados la que ejecutó la orden de crucifixión (Juan 19:23-24 ), no los judíos, así las cosas, esta versión es diferente.
César Vidal Manzanares, en su libro Los manuscritos del Mar Muerto detalla una cita extraordinaria: “ Porque el Señor vigilará a los justos y llamará a los justos por su nombre, y hará descender su Espíritu sobre los humildes, y dará nuevas fuerzas a los fieles mediante su poder. Porque honrará a los justos en l torno del dominio eterno, liberando a los cautivos, otorgando vida a los ciegos, rectificando los caminos a los desviados. Siempre estaré al lado de los que esperan. Juzgará con su misericordia y nadie recibirá con retrazo la recompensa de su buena (obra), y el Señor realizará actos gloriosos como no se produjeron nunca, tal y como El di(jo), porque curará a los maltrechos y resucitará a los muertos, anunciará buenas noticias a los sencillos, enriquecerá (a los pobr)es, guiará a los expulsados y satisfará a los hambrientos (…) y todos (…) ”.
(4Q 521 o 4Q Sobre la Resurrección Frag. 2, 2, 1-14).
Esto fue escrito en el arco temporal del s. III a. de C. y al último cuarto del s. I de nuestra era. Estos textos nos hacen reflexionar sobre diversos sentidos del universo antropológico, ampliando la visión de civilizaciones pretéritas.
Así el evangelio según Judas, es otra versión cristiana y como puede observarse, en los Manuscritos del Mar Muerto la frase: “guiará a los expulsados y satisfará a los hambrientos…” también nos recuerda a los 11 millones de emigrantes de Estados Unidos, muchos siglos después..
La historia nos ilustra de las maravillosas coincidencias de las creencias religiosas y los emigrantes de todos los tiempos, afirmando: Dios es inmigrante..
http://www.diariocolatino.com/opiniones/detalles.asp?NewsID=2636
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Dios es inmigrante
Caralvá
Aquellas palabras del pasado, parecen visualizar el futuro de una nueva nación, “yo soy el señor, Tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud” Deuteronomios: Cap 5 :6, estas frases connotan a un pueblo inmigrante y una condición de esclavitud, de la cual huyen.
Aquellas palabras del pasado cobran una actualidad extraordinaria con otro tipo de esclavitud y otra huida de millones de seres desamparados en sus propios países de origen, los cuales escuchan de nuevo la voz de Dios.
Existe además el contexto de un pueblo y un Dios, no es posible que Dios exista sin un pueblo, siempre necesita de un referente que haga suyos los principios divinos, en este caso un pueblo esclavo.
Así los emigrantes son el pueblo de Dios en este siglo.
Parece que la historia se repite ¿acaso millones de seres humanos que huyen de la esclavitud económica, social, política, de la opresión de las mujeres condenadas a inferioridad de oportunidades en sus suelos natales, no encarnan en este presente las palabras de Dios? ¿Podríamos negarles el haber escuchado aquellas palabras?.
Ahora son millones de mexicanos, salvadoreños, hondureños, dominicanos y el resto del mundo, que en su conjunto son otro pueblo como aquel pueblo emigrante, que huyó de Egipto, hace miles de años. El pasado cobra actualidad en el presente y nuestro futuro. Si algo sabemos con certeza categórica en los próximos años es que la inmigración continuará por miles de años, como ha sido en el pasado y cada uno de esos seres lleva en su interior el sentimiento de liberación de muchas esclavitudes. Acá se connota la ausencia de leyes de un gobierno mundial, porque esto acontece en todos los puntos cardinales.
No existe mejor mención del Dios emigrante, cuando aquella familia con un recién nacido abandona su pueblo y se refugia en otro, para salvar al vida de un pequeño que aún ahora, continua siendo la palabra de Dios…
La condición de opción de inmigrar de millones de seres humanos hacia Estados Unidos es un privilegio inmenso para esta poderosa nación, acá no es la labor de un “buen samaritano porque tiene dinero”, es antes que la política del buen samaritano, la expresión de Dios encarnada en ellos.
Así hablan las escrituras de una historia maravillosa y de un pueblo liberado.
Para Estados Unidos de América, gobernar sobre los emigrantes es el mejor negocio en todos los tiempos, son 11 millones de seres humanos “gobernados” que aceptarán las reglas del juego legal, en su nueva nación.
Como dijo el ex presidente de Argentina Carlos Feligrini: “gobernar es poblar”, las nuevas poblaciones gobernadas, son el mejor instrumento para elevar las economías y las calidades de vida, que de otra forma nunca tendrían la menor oportunidad de liberarse.
El drama de la inmigración nos recuerda su reverso, las naciones que expulsan a millones de personas; existen miles de causas y otros tantos discurso, pero una argumento es innegable: el fracaso de los Estados Nacionales para proporcionar a sus ciudadanos las condiciones que Estados Unidos ofrece, aún en condiciones de ilegalidad y temporalidad, así entonces como en tiempo ancestrales, se prefiere cualquier cosa al infortunio de una vida de incertidumbre y la esclavitud de la pobreza.
Dios es inmigrante porque acompaña la esperanza y la liberación de la esclavitud.
http://www.diariocolatino.com/opiniones/detalles.asp?NewsID=2610