Caralvá
¿Por qué migran las poblaciones? 1: Factores económicos 2: Factores no económicos, (redes de emigrantes incluyendo parientes amigos, que contribuyen a la migración) 3: Concepciones de libertad y sociedad. Las migraciones no han sido iguales en todos los tiempos: entre 1820 y 1913 salieron más de 50 millones de emigrantes Europeos hacia el continente americano, de estos más de la tercera parte fue a EEUU y el resto a Canadá y Suramérica. Un dato importante, en años posteriores a 1846 el número promedio de emigrados era de 300,000 por año, casi al final de ese siglo era un millón por año; aquella era una política migratoria de: “Puertas abiertas”.
Existen elementos exógenos en las migraciones: una la demografía, esta condición implica directamente aumento en la proporción de adultos y jóvenes en cualquier sociedad y en segundo lugar la saturación del mercado de trabajo doméstico que empeoran las condiciones del empleo local. El ciclo migratorio aumenta a medida que los países se industrializan, esto fue visible con la revolución industrial y el aumento demográfico.
Las políticas migratorias de EEUU afectan al resto del mundo. En 1965 la Ley de Inmigración abolió los criterios de orígenes nacionales (antes predominantes europeos), reemplazándolos por cuotas hemisféricas (oriental y occidental), fomentando la reunificación familiar. Estas cuotas por hemisferios se sumaron a una cuota mundial en 1979. La Ley de Control y Reforma de la Inmigración en 1986 (IRCA), facilitó la legalización masiva de los inmigrantes con residencia en EEUU desde 1982, la Ley de Inmigración de 1990 (vigente desde 1992) aumentó la cuota total de inmigrantes introduciendo preferencias por actitudes profesionales, sin énfasis en la reunificación familiar, en octubre de 1996 (IRA) decreta la persecución formal de la inmigración laboral, considerada actividad delictiva peligrosa, respondiendo al crimen organizado. En enero 2004 el Presidente George Bush impulsó un programa de trabajadores temporales, con los empleadores estadounidenses dispuestos a aceptarlos en el caso de que éstos no puedan encontrar ningún estadounidense para llenar las vacantes, no obstante esto no se acercaba en ningún caso a los beneficios de ciudadanía. Ahora en el año 2006, un proyecto de ley del legislador republicano James Sensenbrenner, aprobado en diciembre 2005 por la Cámara de Representantes, demanda que organizaciones sociales como las iglesias pidan a los inmigrantes documentación legal antes de proveerles algún tipo de ayuda, previendo penas para quienes eviten hacerlo. Así la iniciativa, conocida también como la HR4437, empezó a ser debatida esta semana por el Comité Panel Judicial del Senado, reformándose el proyecto migratorio (marzo 2006) que legalizará a 1.5 millones de trabajadores agrícolas, pero aún existe un largo camino que recorrer en el Congreso. Como vemos la política migratoria pasa de: “puertas abiertas” a selección de emigrantes dividiéndolos en: elegibles e inelegibles, luego las cuotas con reunificación familiar, trabajadores temporales sin reunificación familiar, hasta llegar a trabajadores temporales y penalización de los empleadores… al final observamos el cierre de las puertas migratorias para el resto del mundo y el inicio de una sociedad hermética excluyente, iniciando el principio del fin en las migraciones Sur-Norte y probablemente la decadencia de sectores industriales que necesiten de la fuerza inmigrante.
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(El Salvador) Coalición parlamentaria y el futuro legislativo
Caralvá
Las coaliciones no solo son electorales, también existen en la forma parlamentaria, una de ellas se formará para elegir a la nueva junta directiva de la Asamblea Legislativa y posteriormente con la nueva composición de miembros.
Tradicionalmente se enfatiza entre los conflictos del Ejecutivo y el Legislativo olvidando la fuerza “temporal” de las coaliciones parlamentarias, una de ellas es el llamado G-13, que condiciona sus votos para cierto número de acciones políticas, nombramientos, empréstitos etc.
Antes de llegar a la Asamblea los partidos políticos son considerados actores unitarios, cada uno puede ser tratado como una entidad negociadora individual.
Al llegar a la Asamblea tienden a formar coaliciones de facción, con afinidades diversas, esta unión virtual puede ser temporal o permanente.
Al pensar en partidos políticos como actores unitarios, debemos considerar que ellos dentro de su autonomía en la toma de decisiones intrapartidaria no consultan a nadie, esta puede ser visualizada como la “caja negra”, lo cual es un elemento a considerar a futuro.
Nuestro interés en este momento es el carácter de “unión” de la potencial coalición, la cual no tendrá una plataforma política, pero si acciones visibles, como los nombramientos de autoridades, préstamos etc.
De cualquier manera que se forme esta Coalición Parlamentaria, será una “solución real” a los nombramientos y tomará acciones que posiblemente queden pendientes de la asamblea saliente; una anotación sobre esta circunstancia es que las negociaciones tenderán a ser multilaterales.
Como es conocido la futura representación parlamentaria será: ARENA 34; FMLN 32; PCN 10; PDC 6; CD 2.
Posibilidades de coaliciones parlamentarias: a) ARENA-FMLN = 66; b) ARENA-PCN-PDC-CD = 52 c) FMLN-PCN-PDC-CD = 50; d) FMLN-PCN = 42; e) ARENA-PCN = 44; f) ARENA-PDC-CD = 42.
Este ejercicio permite visualizar que el número de votos para alcanzar la mayoría calificada de 56 votos, solamente es posible si ARENA y el FMLN se unen, de lo contrario no es posible por ninguna de las alianzas. Si analizamos los elementos que limitan una aproximación de la alianza más fuerte ARENA-FMLN, podemos mencionar: a) Jurídico-Institucionales b) Ideológicas c) Política internacional d) Representación simbólica (Histórica), e) Coyunturales etc.
Si tomamos en cuenta que los partidos políticos tienen como función la mediación entre la sociedad y el Estado, la cual significa representatividad al trasladar las demandas de la sociedad al gobierno y consenso al generar apoyo en la sociedad para imponer decisiones del gobierno… el panorama es desalentador. La negociación no será multilateral sino bilateral (ARENA-FMLN).
Este es un acontecimiento histórico, no solo por la posibilidad que el presidente de la Asamblea sea miembro del FMLN, sino también por la correlación de fuerzas polarizadas que provocarán constantes parálisis legislativas.
El denominador común será verificar el carácter “conciliador” del poder ejecutivo.
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(Elecciones El Salvador) Maldad política al tratar de impedir la alternabilidad
Caralvá
La democracia real, esa que vivimos a diario llega a su clímax en el evento electoral y preocupa que el proceso este cuestionado tan severamente.
Nuestra democracia también pasa por la fragilidad de su infancia, como un pequeño niño, torpemente trata de caminar y pierde el paso. Si iniciamos un vuelo con todos los partidos abordo, ahora el avión comienza a perder altura, esperemos que no se lance al vacío ninguno de los partidos y abandone el vuelo democrático.
El retardo en el resultado oficial parece oscurecer no solo a un gobierno legítimo, sino también a la institucionalidad del proceso electoral, esta condición afecta la credibilidad de la libre elección de los gobernantes, en este caso: Alcaldía de San Salvador.
Entre las lecciones de este evento podemos mencionar:
Primero: el asomo de la maldad política, al tratar de impedir la alternabilidad en la democracia liberal por medio de declaraciones no oficiales, pasando sobre las autoridades establecidas. Esto llega más allá, daña la institucionalidad constitucional.
Segundo: la mala política de intervención del gobierno como partido político y competir por gobiernos locales y diputados.
Tercero: La ineficacia del Tribunal Supremo Electoral nos lleva peligrosamente a deslegitimar el proceso electoral.
El Tribunal Supremo Electoral tiene grandes defectos en su constitución interna, no existe transparencia ¿o será su politización extrema? Conocemos su constitución, es un anexo de partidos políticos, en consecuencia ese elemento impide la imparcialidad de opinión.
A largo plazo el precedente es la desconfianza política, ese nocivo hábito que conduce a la violencia y la confrontación. Hemos comenzamos a crear ángeles y demonios, ya sabemos en que terminará esto.
En medio de la jungla de críticas es posible hacer las siguientes propuestas.
Eliminar el nocivo hábito de la desconfianza política y reconocer el avance democrático de cada partido incondicionalmente.
Construir una cultura política competitiva, que reconozca a los adversarios políticos y logre acuerdos nacionales.
No permitir que la ineficacia de un organismo electoral, se convierta en un motivo para deslegitimar un proceso democrático que oscurece todo el panorama de la legalidad institucional.
Finalmente pensemos que si falla el proceso democrático, se estimula a grupos antisistema: comunistas y fascistas, estos conceptos aún viven en la mente de fanáticos. Si me preguntan por la defensa del voto, puedo expresar: vale la pena cualquier sacrificio.
En todo caso respetar el fallo del Tribunal Supremo Electoral, es lo mejor, hemos sido testigos de un tremendo error presidencial y otros errores partidarios al aventurar resultados.
El nocivo hábito de la desconfianza política genera violencia, odio, venganza y acciones excluyentes, la nación ya vivió eso.
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¿En qué momento se encuentra la democracia en El Salvador?
¿En qué momento se encuentra nuestra democracia?
Caralvá
Nuestra realidad política se parece mucho al concepto de pluralismo polarizado, por las condiciones de partidos políticos, su distancia ideológica, así como la formación de grupos antisistema. Para medir el grado de avances democrático tomemos el año 1992 de referencia, porque antes de esa fecha no existen elementos que puedan caracterizar a nuestro país como democrático.
Pero las preguntas son diversas: ¿superamos las condiciones económicas y sociales de hace 14 años? ¿Existen condiciones para retornar a la antigua condición de guerra civil o regímenes militares? ¿Tenemos igualdad mínima? ¿Existen fuerzas centrífugas en crecimiento y en multiplicación?
Después de 14 años asistimos a nuevas realidades de poder, no existe un solo poder hegemónico sino varios centros de poder. Ahora encontramos que estos Centros de Poder, tienen diversos contenidos y bases de apoyo. El avance democrático puede medirse porque la oposición “ilegal” pasa a “legal”, la oposición (de todos los partidos) posee formas de gobierno (parlamentario y local), de esta condición destaca su grado de contribución a la gobernabilidad.
Estos elementos contribuyen a que la sociedad construya el pluralismo democrático, puesto que los centros de poder tiene capacidad orgánica, acceso a medios de comunicación, poder de convocatoria, pueden crear opinión pública y además influir en grandes temas nacionales.
Desde luego que existe una herencia negativa del antiguo régimen que pesa sobre la democracia: la aplicación de la justicia, “la pobreza que es la peor de las violencias M. Ghandi”, politización de organismos institucionales, antiguas leyes que no facilitan la consulta ciudadana, la paz deja de conmemorarse unitariamente y a la inversa en cada campaña electoral se pide la muerte de opositores políticos (El Salvador será la tumba donde los rojos…) y por otro se fomentan grupos antisistema…etc.
A pesar de todo existe consenso en mantener la unidad de poder, la estabilidad del régimen y abrir espacios para una nueva cultura política competitiva, por la renovación y recursos de la sociedad civil. Las condiciones políticas cualquiera que sea el resultado electoral, exigen de los partidos políticos fortalecer la institucionalidad y elevar la gobernabilidad. De ahí que el avance democrático permitirá aceptar los resultados electorales, crear alianzas parlamentarias, realizar propuestas hacia modelos económicos o facilitar asociaciones para la gobernabilidad.
Las manifestaciones que dañan a usuarios de servicios públicos y propiedad privada, no son acciones democráticas, estas tendencias usualmente no tienen dirección, ni capacidad de conducción, tampoco pueden frenar sus desmanes, son espontáneas y carecen de un programa político, por lo cual el avance democrático se mide por la capacidad de los partidos políticos en ordenar estas fuerzas o en su caso poner un alto a las fuerzas centrífugas del pluralismo.
De ahí la importancia de la formación de consensos en oposición a los centros de contienda, porque al contrario de algunas opiniones, la fuerza no se demuestra con acciones ilegales, sino por la capacidad de solución a los problemas y la disminución de las presiones internas o externas sobre el sistema político.
Nos encontramos en el momento del despegue de la democracia, apenas iniciamos el vuelo, los partidos políticos abordo deben contribuir a la gobernabilidad, avanzando en la representatividad, las reformas sociales hacia la competitividad política y profundizar el pluralismo.
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TLC: no es el cielo proclamado, ni el infierno profetizado
Caralvá
La nueva cultura política exige competitividad, el estudio de realidades demostrables en América Latina con el TLC en los últimos 10 años nos pueden ahorrar tiempo en discusiones superadas históricamente. Son conocidas las eliminaciones de manera unilateral de las barreras de comercio. Cabe destacar la experiencia mexicana en ese período con la vigencia del acuerdo bilateral de comercio con los Estados Unidos (NAFTA).
El excelente trabajo: Los efectos sociales del TLC del Profesor Alejandro Gaviria de la facultad de Economía, Universidad de los Andes, nos ilustran sobre el tema.
La liberalización comercial de América Latina de mediados de los años 80 y 90, redujeron los aranceles para reorientar la oferta productiva hacia las exportación y aumentar la productividad con la resultante del crecimiento económico. Cabe destacar que existieron reformas en las áreas financieras y tributarias, además de la privatización de empresas estatales.
Para medir los efectos de esta liberalización sobre la desigualdad y la pobreza, los autores: J. Berhman, N.Birdsall y M. Szekely en el año 2001, utilizaron una encuesta de 93 hogares en 17 países latinoamericanos. Los resultados son: “la liberación comercial no parece haber tenido efecto discernible sobre la desigualdad. Si acaso, el efecto marginalmente progresivo, esto es, la liberalización disminuyó levemente la concentración del ingreso”. En cuanto a la pobreza, el estudio llega a una conclusión similar: “los efectos de liberalización también fueron menores”… la liberalización no solo no afectó la distribución sino que tampoco afectó el crecimiento económico. En otras palabras la liberalización no incidió sobre las causas primordiales de la pobreza urbana: el desempleo, la informalidad y los bajos ingresos.
En nuestras palabras: no es el cielo proclamado, ni el infierno profetizado.
En México ha pasado más de una década desde la firma del tratado de libre comercio con Estados Unidos. Dos crisis se profundizaron en México, la primera en 1995 conocida como la crisis del tequila, que afectó los empleos de la industria no maquiladora y años después (2001), la industria maquiladora que ha caído de manera importante.
Lo paradójico es que los empleados y desempleados en estos períodos, tienen la misma proporción, afirmando los académicos que la industria manufacturera no maquiladora no ha cambiado radicalmente en México después de la aprobación del NAFTA.
El estudio: NAFTAs Promise and reality: lesson from México for the Hemisphere. Carnegie Endowment for international Peace. Polasky et al 2004, se afirma: “ la industria maquiladora mexicana generó: aproximadamente 600 mil empleos con posterioridad a la aprobación del NAFTA, pero este mismo estudio señala que en la agricultura se perdió entre 600 y 700 mil empleos después del NAFTA”, de modo que tampoco pasó nada.
El autor anota que la liberalización funcionó, pero la rigidez laboral y los problemas financieros hicieron fracasar una estrategia acertada.
En Colombia, los expertos señalan que el TLC generará menos empleos que los proyectados por los voceros oficiales, con una tendencia similar a México.
En conclusión: el TLC no resolverá el problema del empleo y una segunda conclusión: el TLC no profundizará las dificultades sociales.
Creo que es tiempo de ahorrarnos un poco de tiempo, con la experiencia de otras naciones.
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