Caralvá
Con tanta tragedia la mejor palabra es fortalecer la institucionalidad y que esta funcione, aunque parece que se escapa como el agua entre las manos.
Ante nuestra vista suceden realidades impensables como una película de Martin Scorsese, pero la diferencia es que ahora esos acontecimientos tocan a nuestras puertas.
De los acontecimientos conocidos en Guatemala, una pregunta asalta nuestros más leves pensamientos ¿Existen fuerzas centrífugas en crecimiento y en multiplicación?
La respuesta es afirmativa.
Se observan fuerzas irregulares y signos de grave descomposición al interior de la nación guatemalteca, podemos afirmar que la institucionalidad de Guatemala esta la prueba, puesto que hablamos de grupos dentro de las fuerzas legales como la Policía Nacional.
Las acciones nos llevan a creer que la existencia de estas fuerzas al interior de la legalidad guatemalteca, trasciende hacia nosotros, afectan las relaciones centroamericanas.
Estos centros de poder ilegales son poderosos porque pueden atropellar a diplomáticos y luego ejecutar a los propios asesinos dentro de un penal de máxima seguridad.
Estas fuerzas tienen contenidos y bases de apoyos armados insospechados, pero estas fuerzas afectan el criterio de gobernabilidad de Guatemala y El Salvador, nos expone ante la comunidad internacional como Estados donde la aplicación de la justicia es débil y en franca vulnerabilidad.
Nuestra agenda nacional ha perdido el orden y su objetivo general debido a estos graves acontecimientos, así nos perdemos en esa maraña de supuestos que paralizan las metas estratégicas.
En el centro de estos acontecimientos se encuentra la institucionalidad regional, puesto las relaciones históricas no pueden perderse de un día para otro, las relaciones históricas no pueden deteriorarse por las acciones criminales de delincuentes organizados.
La crueles manifestaciones de estas bandas armadas, nos hacen repensar nuestro futuro y el proyecto nacional en el marco de la unidad estratégica, en el marco de la unidad de poder y la gobernabilidad, porque supera el orden conocido dentro del marco republicano, estos organismos criminales son un poder irregular, no político, armado y sin manifestaciones públicas, con el único objetivo de realizar acciones ilícitas.
De ahí la importancia de la formación de consensos en toda la sociedad, para enfrentar estas condiciones tan adversas para nuestra naciones.
Guatemala lucha por sobrevivir a este acontecimiento tan desastroso para su futuro, no queda más que confiar en la fortaleza de su sistema democrático y legal.
En nuestra nación, nunca será tarde para realizar una propuesta positiva a favor de acciones posibles en la democracia.
¿Es imposible un Acuerdo Político entre las principales fuerzas de la Asamblea Legislativa?.
Un Acuerdo Patriótico debería unirnos bajo el objetivo de la paz en momentos tan críticos, esta acción al menos puede hacerles un gran bien a las instituciones partidarias y un gran beneficio a la nación.
No debemos permitir que estos centros de poder dañen la institucionalidad de nuestra joven democracia.
http://www.diariocolatino.com/opiniones/detalles.asp?NewsID=3377
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Acuerdo Patriótico
Acuerdo Patriótico
Caralvá
Nada une más a la nación como la tragedia sucedida en Guatemala, de los diputados salvadoreños miembros del partido ARENA. Las siniestras circunstancias, propias de la categoría de los peores criminales, nos llevan a condenar enérgicamente tan cruel suceso. Desde hace mucho hemos anotado sistemáticamente, la necesidad de ponderar el carácter nacional sobre los puntos de vista partidarios, porque al final esta visión limitada de partidos impide ver a los enemigos comunes. Estos enemigos comunes a la nación son el narcotráfico, las bandas del crimen organizado, los grupos antisistema, los terroristas, que para fines prácticos son los que se oponen al avance de la democracia.
El asesinato de los miembros del partido ARENA, nos refiere a un enemigo de la nación que pretende descarrilar el tren de la paz social, porque no puede existir objetivo peor para un pueblo que iniciar una nueva guerra política y exterminio de opositores.
De nuestra historia reciente tenemos una amarga experiencia de historias y tragedias, no es el momento de repetir acusaciones y contra-acusaciones que generan el nocivo hábito de la desconfianza, con el lenguaje de guerra: amigo-enemigo, como forma básica de una escalada de violencia que no terminará nunca.
La convergencia política hacia objetivos nacionales debe concluir en un Acuerdo Patriótico, por encima de los intereses partidarios.
Durante estos 15 años de paz social al menos existen avances positivos, avances que tienen el visible predominio de consenso y decisivos triunfos sobre conflictos sociales, uno de ellos es el sistema electoral, otro el sistema parlamentario y finalmente el modelo presidencial que da muestra de buena salud.
Antes de estos 15 años solo se pensaba que para solucionar los conflictos era necesaria la aniquilación del adversario, que era el camino de la fuerza y esta era la única vía, pero esto ha cambiado, porque en la práctica, a pesar de todo, existe una alianza real a favor de la democracia de todos los partidos políticos.
Un acuerdo patriótico es necesario. Un Acuerdo Patriótico que una a las dos principales fuerzas nacionales con el objetivo de la paz en momentos tan críticos, no solo hace visible el bien que puede hacerle a los partidos, sino el enorme beneficio para la nación en circunstancias tan dramáticas.
Existen señales de tempestades en el horizonte, señales de confrontación y el surgimiento de acusaciones sin fundamento lanzadas al viento, pero debemos llamar a la prudencia como mejor consejera, porque no es posible entonar cantos de guerra, sin presumir que los autores de este horrendo crimen están al margen de la democracia, al margen de la legalidad, sus intereses no son un Acuerdo Patriótico, ni una Convergencia Patriótica a favor de la paz, ellos desean que mañana se levanten las armas como hace 30 años y se incendie la nación para que su accionar se oculte en la miseria humana de una guerra civil.
La búsqueda de la unidad nacional es la mejor respuesta ante la barbarie. Estos son momentos de luto nacional, porque los miembros de ARENA han sido víctimas de sicarios apatridas, que carecen de honor y el asesinato nos hace reflexionar que la paz en momentos como este requiere de una gran valentía, porque en lugar de acentuar las diferencias, es necesaria la unidad contra todo grupo antisistema, todo grupo terrorista empeñado en destruir a la nación. Condenar este asesinato es construir patria, lograr un acuerdo patriótico por la paz debe ser nuestro futuro junto a las fuerzas democráticas. -
El Salvador de las moscas
Caralvá
Solo era un chico de 16 años. Con toda la vida bajo su cachucha de baseball recorriendo las calles de San Salvador. Aquello era una hermandad de conciertos (toques), borracheras o la comunión en drogas compradas en la red de Internet.
Fácil ordenar con tarjeta y recibir un pequeño embarque de substancias mortales. Así jugaban a las drogas con sus vidas.
Dudo que supieran el riesgo de abrazar la muerte y enamorarse de su aliento fatal.
Es el producto de una educación fría. De un paupérrimo espíritu sin esperanza..
Me veo en ese joven, con mis amigos cantando: If you wanna hang out you´ve got to take her out; cocaine… con mis amigos cayendo uno a uno en el infierno de las drogas. No éramos ángeles recién llegados de las hordas celestiales, solo éramos jóvenes católicos en camarillas mortales, sin saberlo. Era casi un juego de fraternidad colegial, en aquél colegio se vendía y compraba droga, silenciosamente.
No obstante, algunos comenzaron a beber licor en forma incontrolable y asociaron prontamente drogas menores, las combinaciones de los ilícitos rápidamente fueron ascendentes. Mis amigos continuaron cantando: If you wanna get down, down on the ground; cocaine. Ver mi muerte en ellos me hizo reflexionar.
Para muchos era un juego, para su angustiada madre aquello era insoportable. De alguna manera recorríamos lo escrito en Lord of the Flies de William Goldi y quizás en estas circunstancias deberíamos llamarle a la nación El Salvador de las moscas.
La diferencia era la velocidad en la adicción, la degradación, ausencia en el sentido del peligro y la muerte, en otros tiempos tardaba un poco, ahora es cuestión de semanas.
Algunos de mis amigos murieron calcinados en los infiernos de la adicción alcohólica, marihuana y algunos de mayor ingreso aún pueden contar como se liberaron de la cocaina, a costa de su propia degradación económica.
Aquellos jóvenes de Lord of the Flies, perdón de: El Salvador de las moscas, no eran los clásicos chicos huelepegas, chicos de la calle o los “otros”, ellos eran chicos con acceso a la educación de paga.
Dura lección, sin retorno.Las funerarias tienen un ambiente doloroso de encuentro, sin segundas oportunidades...
Acompaño a la familia desde mi propio corazón, porque soy testigo de algunas muertes similares, la masiva condición de información nos permite al menos percibir la conspiración del mal en las drogas compradas por Internet, en pequeños embases a simple vista inofensivos para limpieza de computadoras.
La asociación juvenil de años anteriores como ahora, no pasa por los colegios, pasa primero por las calles, por la coacción de amigos líderes que inducen al mal.
Como todas las generaciones, los menores de 20 años se consideran herederos del mundo, no importan las advertencias… los Caldeos, 200 años antes de Cristo, escribieron: “Nuestra juventud es decadente e indisciplinada, los jóvenes ya no escuchan los consejos de los viejos, el fin de los tiempos está cerca." En ocasiones escuchar es ver la muerte. Por eso John S. Mill escribió “…el único objetivo por el que puede ejercerse justamente el poder sobre un miembro de una comunidad civilizada, en contra de su voluntad, es para prevenir el daño a otros”.
Ahora no escucharán advertencias, hasta que vean a sus compañeros muertos…como nosotros al escuchar: She don´t lie… cocaine… sabemos que miente.
http://www.diariocolatino.com/opiniones/detalles.asp?NewsID=3343 -
Punto de equilibrio
Caralvá
El futuro de Latinoamérica a la luz del siglo XXI, implica aquellos principios clásicos de prosperidad, paz y democracia, que son los pilares del desarrollo de los pueblos. Estos puntos de vista no son la respuesta a todo, solo son parte de la esperanza cultural de algunas naciones muy parecidas en la región. Las metas del tiempo generacional (tiempo de realización de los jóvenes entre 25 y 40 años) que implican: empleo, familia, educación, salud, aún están lejanas en nuestros jóvenes, porque las oportunidades en la nación son muy limitadas, parece que es mejor trabajar en reformas (políticas-económicas-sociales) en diversos niveles para brindar oportunidades de empleo a miles de jóvenes que empeñarnos en mantener el estado actual de pobreza. Estas reformas deberán establecer acciones que faciliten el acceso a la educación y profundizar modelos participativos, con el objetivo de ampliar la base social de personas integradas a la economía y desalentar a los grupos antisistema que solo pretenden desacreditar al modelo democrático. Pero me pregunto cómo el Estado Salvadoreño puede hablar de modelos participativos cuando su memoria histórica apunta a la exclusión de amplios grupos étnicos y sociales.
Recién celebramos el aniversario del Acuerdo de Paz, entonces los discursos de las autoridades oficiales entonan cantos anticomunistas, como si estuviésemos aún en guerra, pero… ¿los niños, mujeres, ancianos, muertos en El Mozote, El Sumpul o los jesuitas eran comunistas? ¿Cuánto tiempo pasará para que este criterio cambie? En general la democracia en la nación será más humana y más próxima a la realidad, cuando abandonemos los criterios ideológicos, situación que sucederá a lo mejor dentro de algunos años considerando la muerte generacional.
Si piensan que exagero en este punto, veamos la visión sobre los acontecimientos de 1932, tantos años después, unos celebran como victoria anticomunista la muerte de la etnia salvadoreña y otros el inicio del Partido Comunista Salvadoreño; la historia es menos apasionada en este tema: demostrando que la etnia salvadoreña no era comunista y el PCS fue usado como excusa para entronizar la dictadura del General Martínez en la nación. Izalco es recordado por sus tumbas colectivas con miles indígenas estigmatizados por la hoz y el martillo. La etnia salvadoreña en realidad luchó contra la expulsión de sus tierras comunales, la negación a la alternatividad política en alcaldías que habían ganado en forma legítima y los constantes abusos en sus tratos económicos etc. La historia también demuestra que el PCS, a parte de no poseer estructura militar, poco o nada tuvo que ver con este levantamiento, el cual sucedería incluso sin su participación. Sobre la guerra civil, por el momento oficialmente todo opositor es considerado comunista (sin límite de tiempo), entonces no queda más que acelerar el juicio de la historia para entender mejor el panorama de nuestra nación.
Necesitamos líderes menos apasionados, pero más razonables, con un punto de equilibrio que nos oriente en comprender que la nación a fin de cuentas, necesita los recursos de todos.
En El Salvador en los últimos años cosechamos lo que sembramos. El futuro será como ahora y como el reciente pasado, este será un constante presente, si mantenemos el rumbo como este día.
Aplican muchas palabras, pero H. Kissinger (ex Secretario de Estado USA) ya lo señaló Newsweek v12.02 (08ENE007): “ hallar un equilibrio entre la ambición…. De lo perfecto y absoluto y la tentación de abandonarlo todo porque nada es perfecto y absoluto”…
http://www.diariocolatino.com/opiniones/detalles.asp?NewsID=3327