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  • El mal en el siglo XXI (diferencias religiosas)

     

    César Ramírez

    @caralvasalvador

    Es un buen momento para considerar la maldad en su expresión masiva, puesto que la población actual en diversas regiones del mundo, padece de agresiones físicas o espirituales solo comparables a la segunda guerra mundial: millones de refugiados, crímenes contra la humanidad, desprecio a la vida, violencia sin control y fuera de los tratados internacionales en conflictos bélicos, olvido de los derechos humanos en poblaciones vulnerables etc. es sintomático que la religión se convierte en la arma esgrimida para cometer atropellos contra minorías de otras creencias; las escenas de la tragedia mundial son similares a la persecución nazi contra “alemanes que profesaban el judaísmo”, ahora grupos islámicos fundamentalistas exterminan a las minorías por no pertenecer a sus creencias extremistas y ortodoxas, como en los años cuarenta las víctimas son millones de ciudadanos inocentes. El concepto del mal no es el mismo a lo largo de la humanidad, si los nazis acusaban a los “alemanes judíos” en el siglo pasado, ahora los fanáticos musulmanes acusan a todas las religiones de infieles y satánicos, parece que repetimos viejas historias.  En realidad las luchas interreligiosas son conocidas desde la antigüedad, un Dios debe imponerse a otros y las ciudades conquistadas deben perecer como sus dioses de barro, al igual que sus sacerdotes, así las creencias han sido construidas y destruidas bajo la interpretación de los gobernantes. El politeísmo da paso al monoteísmo en el transcurso de los tiempos, ésta situación no es  amigable puesto que se impone a otras creencias por la violencia, esa misma violencia que tiene carácter fundacional en toda nuestra escala histórica, tanto para combatir las herejías como para someter a todo el que no piense como la religión dominante.   El origen de la violencia religiosa en el fondo es la intolerancia hacia las minorías, construida por proyectos políticos de los gobernantes o fuerzas emergentes que coinciden en la destrucción absoluta de cualquiera que no piense como ellos, a semejanza de los nazis el mal es colectivo, no era un solo Hitler sino millones de pequeños Hitler en cada nazi que asesinaba a un alemán judío, ahora miles de fanáticos islámicos comenten las mismas acciones sin distinción alguna de inocentes, los resultados de esta conflagración ya las conocemos,  la sangre teñirá Medio Oriente y otros continentes, incluso nuestra pequeña nación vive eventos terroristas contra poblaciones civiles, cometidos por bandas criminales que realizan rituales satánicos y coinciden con los terroristas del Medio Oriente en la violencia indiscriminada contra ciudadanos indefensos, el mundo nos enseña el tratamiento a seguir, incluso internacionalizar nuestra defensa.  Me parece que “el mal conceptual religioso” debe reconsiderarse, el mal no se encuentra en las religiones sino en las personas, el mal no se encuentra en una nación o una población, se encuentra en la mentalidad de los gobernantes, sus clases poderosas, en los fanáticos que divulgan ideas supremacistas contra “los otros”, el mal religioso debe ser abandonado bajo el sinónimo de ignorancia, puesto que la ignorancia es la causa que provoca la destrucción de los pueblos; el mal se encuentra en la pobreza, enfermedades, analfabetismo, corrupción, prostitución, drogas etc… Si continuamos en ésta concepción del mal religioso, ni Dios sobrevivirá, porque un Dios sin un planeta o un pueblo es el peor signo de maldad sobre la vida… que aún tenemos.

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  • Lavado de dinero y juicio intrascendente

     

    César Ramírez

    @caralvasalvador

    El novedoso juicio contra el expresidente Francisco Flores tiene mucha resonancia por los ilícitos cometidos, es del dominio público que el Juez Miguel Ángel García resolverá el 3 de diciembre de 2015, sobre la presunción de los siguientes delitos: enriquecimiento ilícito, peculado y desobediencia a particulares. Los representantes de las organizaciones de la sociedad civil actuando en calidad de acusadores particulares, solicitaron incluir el delito de “lavado de dinero” lo cual ha sido rechazada por la FGR y la defensa del imputado. Sobre el lavado de dinero la Federal Financial Institucions Examination Council’s (FFIEC) BSA/AML, reseña en su Manual de Inspección Antilavado de Dinero (AML)/Ley de Secreto Bancario (BSA) del Consejo Federal de Inspección de Instituciones Financieras (FFIEC) lo siguiente: “El lavado de dinero es un proceso que puede comprender diversas técnicas y estrategias. Pero el fin último es “lavar” el dinero a través de una serie de transacciones, estas transacciones están diseñadas para ocultar los rastros documentados que conducen al delito original. Las personas que lavan el dinero mueven el producto del delito, o dinero sucio, a través del sistema financiero mundial, en un esfuerzo por “limpiar” el dinero, de modo que parezca haber sido obtenida en forma legítima. El primer paso del lavado de dinero consiste en la “colocación” del dinero en instituciones financieras tales como negocios de servicios de dinero: bancos corredores de valores, casinos, etc., una vez que los criminales “colocan” el dinero en las instituciones bancarias, el mismo pasa “encubierto” al sistema financiero a través de transacciones financieras tales como: retiros bancarios, transferencias por cable y la compra de instrumentos monetarios. El último paso del lavado de dinero es la “integración” de tal dinero a la economía mediante la compra de artículos tales como: botes, casas, automóviles y comercios”… Si el juicio se enfoca únicamente en: enriquecimiento ilícito, peculado y desobediencia a particulares y se omite el lavado de dinero, podemos inferir el resultado del proceso jurídico, puesto que estos delitos son menores, tal cual fue el resultado del Caso CEL-ENEL, agregando que el imputado ha cumplido aproximadamente 2 años de arresto domiciliar, por lo tanto una condena sería mínima, además con medidas sustitutivas, “buen comportamiento”, estado de salud, etc., en pocos meses terminaría el proceso legal y el beneficio de la libertad absoluta.

    Las denuncias sobre el desvío de fondos por organismos de la sociedad civil coinciden con los procedimientos de la BSA/AML, a pesar que las acusaciones parecen no incluirse en el actual juicio, el contexto general de este ilícito coloca al sistema judicial salvadoreño en la frontera de la credibilidad: ¿funciona o no la institucionalidad? El expresidente Mauricio Funes oportunamente denunció el mal procedimiento financiero por medio de la divulgación de un Reporte de Operaciones Sospechosas (ROS) (USA) que detalla la ruta de los millones donados por Taiwán al expresidente Francisco Flores. En conclusión si los crímenes financieros de esta naturaleza no son perseguidos por la justicia salvadoreña, el resultado del juicio es intrascendente…

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  • Treinta años para reconstruir el tejido social

     

    César Ramírez

    @caralvasalvador

    La sociedad política fotografiada en la Constitución de la República presupone un marco jurídico con un pacto social de nuestra vocación nacional: leyes, ordenamiento institucional, territorio, democracia etc., no obstante el surgimiento de organizaciones criminales, grupos armados y terroristas que tienen únicamente como objetivo la ilegalidad en su accionar afectan al conglomerado social y han destruido el tejido social en: barrios, colonias, sistemas educativos, etc. un fenómeno originado “posiblemente” por la guerra civil del siglo pasado. La ruptura de los valores tradicionales en nuestra sociedad es muy profunda, con solo enunciar la evolución de nuestra democracia en los últimos treinta años, tenemos un modelo educativo autoritario orientado hacia la represión y siempre la represión, negando todo valor ciudadano. A partir de los Acuerdos de Paz apenas dos décadas, el funcionamiento institucional es visible por la presencia institucional de los derechos humanos; la sociedad ha aceptado las reglas democráticas y al menos el Golpe de Estado no ha retornado, como era la norma cada diez o quince años, al final el sistema se consolida en ese capítulo del Pacto Social histórico. La historia no es la misma con el surgimiento de las bandas terroristas y su trayectoria ilegal a partir de los años ochenta y noventa, hablamos entonces de varias décadas, éstas estructuras presentan un modelo “inconstitucional” que destruye todo el tejido social teórico republicano, similar a un cáncer social, éstas bandas reproducen sus antivalores donde se insertan legal o ilegalmente; ahora se organizan desde núcleos familiares –reales o aparentes- que reclaman los servicios sociales de la comunidad legal, de esta forma coexisten en barrios junto a familias tradicionales pero sus objetivos son anti-sistema. Ahora es posible observar una segunda o tercera generación de “familias-antisistema” incrustadas en diversas comunidades, pero con el signo inocultable de su asociación terrorista, sucede entonces que ésta sociedad-antisistema suma aproximadamente miles de presidiarios y otros tantos fuera de la cárcel agrupados en núcleos familiares extensos. En este fenómeno la causa de su multiplicación no es la ausencia de la democracia, sino el vacío de una política que debió evitar este flagelo… “si buscamos culpables, seguro los encontramos”, pero la misión es una solución, en primer lugar debemos pensar en qué hacer los siguientes treinta años… ¿Acaso necesitaremos un nuevo modelo de gueto para familias terroristas? ¿Escuelas para niños antisistema?, ¿iglesias pandilleras para delincuentes de toda edad?... y muchas otras marginaciones históricas conocidas en el mundo en escalas horrorosas; los resultados son conocidos y han avergonzado a la humanidad por sus represiones violentas… ¿pero qué hacer ante esta realidad ineludible?

    En primer lugar un marco antipandillas de largo plazo, -Helio Jaguaribe anotó en su artículo: Experiencias y perspectivas del desarrollo: “La racionalidad pública es la racionalidad de tipo instrumental y de tipo interaccional, con la cual son adoptadas decisiones públicamente relevantes.”- al menos en las siguientes cinco administraciones gubernamentales, es urgente fortalecer la policía, ejército y la comunidad legal en democracia; tardaremos tres décadas para reconstruir el tejido social: barrio por barrio y familia por familia, si logramos la unión nacional sobre los intereses particulares.

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  • Sobre la deuda pública

     

    César Ramírez

    @caralvasalvador

    Debemos incluir la Historia Nacional sobre el tema deuda pública, de otra forma no entenderíamos el complejo marco económico nacional. Según El Portal de Transparencia Fiscal (GOES): La Deuda Pública está compuesta por las obligaciones monetarias que involucran toda forma, instrumentos, títulos y documentos que comprometan en una misma operación reembolso de capital, pagos de intereses, comisiones y/u otros cargos específicos relativos a la operación de que se trate, tanto directas como indirectas, contraídas por el Sector Público no Financiero, en moneda nacional y/o extranjera, cuyo vencimiento sea superior a un período presupuestario (1 año). La Deuda Pública puede ser de varios tipos: Directa (obligaciones, internas o externas, contraídas por el Estado, por medio del Ministerio de Hacienda); Indirecta (obligaciones, internas o externas, contraídas por las empresas públicas no financieras, instituciones autónomas no empresariales y municipalidades). La Deuda Pública Indirecta será garantizada cuando tenga el aval del Estado y no garantizada, si carece del mismo. Además la Deuda Pública puede ser Interna (obligaciones que surgen por emisiones y colocaciones de títulos y valores del Estado y Entidades Públicas en el territorio de la República de El Salvador y las obligaciones que contrae el Estado u otras entidades públicas no financieras con el BCR, Instituciones Financieras y otras personas naturales o jurídicas) o Externa (obligaciones monetarias representativas de crédito con otro Estado, organismo internacional o con cualquiera persona natural o jurídica sin residencia ni domicilio en la República de El Salvador)…. En general la administración gubernamental durante décadas, en nuestro caso una valiosa reflexión la encontramos en UCA Economía hoy Volumen 3 número 20 (s.f.) editorial (http://www.redicces.org.sv/jspui/bitstream/10972/1378/1/BEH201010.pdf), “Los periodos de gobierno que más han contribuido a este problema de crecimiento de los niveles de la deuda pública como porcentaje del PIB son la de Francisco Flores y la actual, de Mauricio Funes. Asimismo, en ambas la relación entre el monto de la deuda pública total y las exportaciones totales es cercana al 3. El último año de gobierno de Antonio Saca heredó a la actual administración una situación crítica de las finanzas públicas. Así, el último año de gestión de Saca significó un deterioro acelerado de las finanzas públicas, provocado por varias razones entre las que sobresalen: aumento de gasto debido a período preelectoral, disminución de ingresos debido a caída de la actividad económica, problemas de uso inadecuado de los fondos públicos que van desde flagrante corrupción a ineficiencia del gasto. En resumen, la situación actual, aunque no novedosa, sí es crítica en relación a lo que va desde la firma de los Acuerdos de Paz”.

    Hacia finales de 2014 y 2015 las interpretaciones de la deuda nacional se convierten en un discurso apocalíptico e ideológico, con escenarios magnificados hacia el desastre, ¿acaso podemos olvidar la historia económica que nos condujo a este panorama?... pensemos en soluciones: diálogo político, modelos tributarios, Seguridad Nacional etc.; al final se trata de millones de salvadoreños que poco a poco pierden las esperanzas en su clase política, por su enorme incapacidad de encontrar soluciones posibles.

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