César Ramírez
@caralvasalvador
La unidad de las fuerzas políticas es la clave para el funcionamiento de los nuevos proyectos en el tema de la Seguridad Nacional. Con optimismo recibimos el anuncio de la “implementación de las medidas urgentes de carácter extraordinario” por el ciudadano presidente Salvador Sánchez Cerén, las cuales contemplan acciones contra individuos transgresores de las leyes nacionales.
La importancia de este evento reside en un acuerdo político, puesto que el Estado no puede impulsar “solo” sus proyectos, si no cuenta con el respaldo de la sociedad civil, las instituciones jurídicas, religiosas, población en general, como elemento dinamizador que acate las medidas y construya junto a sus gobernantes un bloque sólido contra la delincuencia, todos perderemos; de tal forma que barrio por barrio, colonia por colonia, cantón por cantón debemos apoyar a la autoridad constitucional.
El daño provocado por los grupos del crimen organizado es terrible, su calificación de terroristas cumple con todos los parámetros internacionales, por lo tanto se necesitan acciones drásticas, la nación no puede coexistir con grupos que solo tienen por objetivo destruir a la familia salvadoreña, extorsionar a la sociedad, asesinar a los trabajadores, cometer horrorosos actos contra mujeres, niños o ancianos, sus acciones conmueven a la humanidad por el dolor que provocan, ante estos hechos la sociedad no puede dejar de actuar de acuerdo a las leyes nacionales e internacionales, de esta manera corresponde a los gobernantes accionar y a la ciudadanía en general contribuir significativamente con este proyecto.
Es conocido que el parámetro para el éxito del proyecto es la aprobación de los fondos para la seguridad, así como para el funcionamiento del Estado, lo cual se convertirá en la verdadera prueba de unidad en este crucial período en la vida de la República.
Otro elemento que debe demostrar su condición impecable es la Fiscalía General de la República, es notable la deuda fiscal en la persecución del delito, no en pocos casos las acusaciones son débilmente sustentadas y con la venia de muchos jueces los delincuentes son absueltos de manera tan insultante que la ciudadanía ha dejado de creer en la justicia salvadoreña; precisamente en estos momentos con el escándalo de “Los Papeles de Panamá” el delito se constituye en El Salvador puesto que en Panamá es lícito crear una entidad anónima, a partir de $1,000… para muestra la denuncia presentada por el Ministro de Obras Públicas hace varios meses sobre corrupción, así como otros casos, no se conoce nada.
Todo tiene un costo, el precio de la Seguridad Nacional pasa por la aprobación de los préstamos en bonos para el Estado, además toda la acción que implique contribuir financieramente a las instituciones involucradas: Policía Nacional, Ejército, FGR, etc., en una palabra la sostenibilidad de largo plazo, con el concepto de “racionalidad política” que implica cuatro o cinco años bajo cualquier administración gubernamental, puesto que es un error confundir seguridad nacional con ideología.
Se trata de salvar vidas, se trata responder a la delincuencia, en este aspecto algunas empresas privadas deben comprender que la vida de los trabajadores es más importante que sus ganancias dinerarias, la unidad de las fuerzas políticas y sociales en este momento debe imponerse para salvar a la nación de la agresión del crimen organizado.