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  • Se buscan culpables

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    Caralvá

    Ahora es el momento de despertar.
    A lo mejor invocar a Friedrich von Hayek padre del neoliberalismo, con las leves palabras: “Despierta Friedrich el mundo se volvió loco”, en paráfrasis de aquella película: La confesión: “¡Lenin despierta! ¡se han vuelto locos!”.
    Mientras se toman “prestados” los dineros de los contribuyentes norteamericanos para salvar a los gigantes financieros, el mundo se pregunta: ¿cómo nos afectará al resto del mundo?.
    Algunos adelantos de ese terremoto son las bancarrotas de instituciones financieras, a pesar del rescate de las autoridades estadounidenses por 85 mil millones de dólares a favor de la American Internacional Group Inc.
    Pero los resultados son los mismos, los capitales no asumen riesgos y la incertidumbre se multiplica.
    Mientras los expertos cuestionan la muerte del Lehman Brothers, después de ser un fiel instrumento del capitalismo, esa acción ha profundizado la crisis del sistema financiero.
    Los resultados para América Latina en general serán la fuga de capitales y disminución de las inversiones, pero debemos aclarar que estas últimas acciones se pronunciarán en naciones que no tienen como referente la moneda norteamericana.
    En el periódico La Jornada de México, Benn Steil miembro del Council on Foreign Relations el día 17 de septiembre 2008 afirmó: “ Por cierto, indican que entre los mercados emergentes en América Latina, los que podrían ser menos vulnerables a esta crisis son El Salvador y Ecuador, por el sólo hecho de que han vinculado el valor de su moneda con el dólar, y por ahora los intereses extranjeros con enormes reservas del dólar prefieren mantener su valor”.
    Mientras acontecen estas iniciativas de salvamento en Estados Unidos, otra acción se cierne sobre los mercados emergentes, la probable restricción a las importaciones de diversos productos.
    Bajo este panorama, la ideología no salvará a nadie de la crisis económica, como en otros tiempos, la inclemencia del valor de las exportaciones, unida a la paralización de las fuentes productivas, generará desempleo y probablemente mucho malestar social.
    Ahora se buscan culpables de oscuras transacciones de “valor” y “especulación sin límites”, que durante años enviaron falsas informaciones a las instituciones financieras y a los propios generadores del “valor”, los asalariados. Al final ha sido un engaño de títulos-valores, porque no hay dinero para pagar esas ilusiones.
    Pero a pesar de todo aún se puede configurar a toda prisa, propuestas incluyentes, que inviten a la participación y solución de potenciales crisis sociales, bajo un esquema de solidaridad social. Significa simplemente: “ganar menos pero compartir la obligación de no cerrar la fuente de empleo”.
    Con estas noticias y calamidades, no es en vano citar una frase de Julios Fusic: “Solo os pido una cosa: si sobrevivís a esta época, no lo olvidéis. No olvidéis ni a los buenos ni a los malos”.





  • Sentido de la historia ante crisis económica

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    Caralvá
    La quiebra de las gigantes financieras: Lehman Brothers y Merrill Lynch crean una enorme turbulencia en los mercados internacionales, con caídas a nivel global de los principales mercados bursátiles.
    Las naciones conocen perfectamente que si el motor del capitalismo sufre lentitud o desaceleración, en América Latina tendremos parálisis de inversiones, retrasos de proyectos o cancelación de los mismos, caída de los precios de nuestras materias primas, además la disminución en el envío de las remesas, un panorama nada alentador para cualquier gobierno.
    El cóctel de las malas noticias une el precio de la gasolina, la inflación, desempleo y probablemente dificultades para otorgar créditos a muchos ciudadanos; a este esquema se une la extrema preocupación de la ciudadanía que observa el ascenso en el crimen organizado y narcotráfico sobre el control de los emigrantes.
    La caída del cuarto banco de inversión de Estados Unidos, crea una ola de incertidumbre en todos los inversionistas internacionales, pero si a ellos les preocupa, las consecuencias las sufrirán los trabajadores, porque la receta para la crisis de las empresas usualmente es: el cese de los trabajadores.
    En otras palabras, la primera línea de consecuencias del desastre económico, son los asalariados.
    Los siguientes meses pondrán a prueba las políticas económicas de igual manera el acierto o desacierto de nuestra realidad social, porque la urgencia de un pacto social de todas las fuerzas, tendrá su mejor oportunidad para concretarse.
    En algunas empresas el despido masivo aconteció hace unas semanas, a lo mejor es el preludio de otras que seguirán ese triste ejemplo, pero también es el gran momento de una palabra que expresa la mejor respuesta en todos los niveles: solidaridad.
    ¿Saldremos ilesos de este acontecimiento?
    Nadie saldrá ileso, a unos más a otros menos, pero la condición económica nos afecta y masivamente, para ejemplo el precio del petróleo, el pan, los servicios básicos etc.
    A prueba entonces el grado de “realidad” y no demagogia con las políticas hacia los trabajadores, puesto que de igual forma son la primera estadística de empleo las mencionadas en crecimiento y desarrollo, así serán referencia con el número negativo de desempleados en cada uno de los trabajadores que pierdan su fuente de ingresos económicos.
    Debemos entonces rechazar las falsedades, la crisis no tiene solución a corto plazo, pero lo que si es a corto plazo es la solidaridad y el empeño de responsabilidad hacia los trabajadores, para que no paguen con sus despidos la crisis originada lejos de sus centros de producción.
    No hablamos de ficciones, porque en otros tiempos las crisis económicas han creado escenarios dramáticos, de ahí la urgencia de tomar un sentido de la historia a favor de los trabajadores.
    En esta postmodernidad social la debacle económica nos hablará de muchos sacrificios, desafortunadamente la ideología no nos salvará del colapso financiero, pero la solidaridad de la clase política hacia los trabajadores puede ser la diferencia, en este desalentador panorama mundial.


  • La Post(re)unión: Sanborns

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    Caralvá

    Tomé el auto, con el pensamiento “clavado” en asistir al evento cultural de la presentación del libro: Poetas (por) El Salvador de María Poumier.
    El auto no podía correr a mayor velocidad que una aguja de reloj en “su” minuto, no más…
    A pesar de todo escuchar música es un escape al nirvana en nuestra condición globalizada, nos permite comparar una extraña melodía y otras, que aportan excusas a la difícil condición asalariada; pero la música tiene ese potencial de causar distorsión y evasión de nuestras calles.
    Ahí iba con mi autito japonés, con prisa pero con 50 vehículos antes que yo en la misma Alameda. Se llama Alameda Roosevelt y no veo ningún álamo, hay árboles pero en franca extinción ninguno de ellos: álamo. No obstante esos pequeños detalles, si puedo ver las peleas del carril con los “gentleman” que manejan los colectivos, lanzan sus unidades sin previa advertencia, con sus buses gigantes al lado de mi autito monoplaza, ¿quizás no me ven? pero aunque así fuera, igual… ellos con furia: “sobre el carril que desean y qué”.
    Armado solo de un silbato de boyscout mi auto responde la agresión, pero es en vano, el gigante enlatado parte la calle como rebanada de mantequilla. No veo ningún valiente que se oponga a la bestia humeante, al menos eso consuela, no soy el único que frena ante el anunciado destino de muchos que prefirieron osar avanzar unos cuantos centímetros al paso del armatoste.
    Pero desde luego con mucha paciencia, salimos por fin del tráfico, habían transcurrido casi 30 minutos para un trayecto que se puede hacer en 3 minutos en horas sin pico, porque ahora se llama: “Hora pico” al desastre del tráfico; pero sin pico me recuerda muchas cosas: pequeñas aves verdes, la edad de quienes han pasado el límite del mercado laboral, también el límite de soltería, si lo prefieren el costo de la gasolina en fracciones y las explicaciones al intentar pagar las deudas…
    Mi objetivo era llegar, en ocasiones la palabra “otorgada” vale demasiado, esa era mi condición ineludible en la IV Feria Internacional del libro y material didáctico..
    Previamente una llamada de Javier anunció la presentación del libro: Poetas (por) El Salvador de María Poumier en Metrocentro, refirió la “rotonda”, no tenía idea donde era, discutimos y me pareció que era un espacio circular en la 8ª. Etapa, ubicado a la entrada oriente del centro comercial. La cita era a las 6 de la tarde, exactamente la hora de mi salida de la oficina, hasta ahí todo bien, excepto que no se necesita ser profeta para anunciar una llegada tardía cuando coinciden horas y distancias muy dispares.
    Al dejar la alameda, tratar de encontrar estacionamiento parecía ser lo mismo que sacarse la lotería, era otra conspiración del tiempo; debí hacer 3 rotaciones en busca de un sitio, pero al final encontré uno, bastante lejano pero no tan lejos para incumplir con la palabra, ni modo, era el caso: la palabra versus la voluntad de asistir.
    Al llegar, el sitio no era donde pensé, ni por cerca la rotonda, la Feria de Libros estaba ubicada en un subnivel de aparcamiento techado, eso si, de metrocentro; me impresionó observar la disposición de la Feria en un estacionamiento de autos, pero acostumbrado a la intemperie de la poesía nacional, la Feria era simplemente el cielo en la tierra, al recorrerla pude ver como de las penumbras y la estantería metálica brotaban destellos de luz con autores luminosos, editoriales globales que jamás han publicado un autor nacional (aunque sospechosamente comienzan a revisar esa norma) y la maravillosa lección de las editoriales nacionales, con escritores a quienes podemos estrechar su mano y otros a quienes debemos agradecer haberse tomado el trabajo de anotar sus palabras como herencia de este pequeño país, pero al menos hay variedad de selección para todos los gustos, con esto de la globalización autores premiados con el Nobel conviven junto a modestos escritores noveles, no es cuestión de sonido de palabras, sino de realidades de estacionamientos.
    Encontré al final del aparcamiento, una mesa vacía y unas cuantas filas de sillas en disposición de auditorio, dispersos en coloquios mis amigos: Javier, Otoniel, Luis Chávez, Luis Melgar, Mario Noel y otros, pero la presentación del libro había finalizado. Observé que algunos tenían entre sus manos el libro, sentí un sentimiento de orfandad, no sabía quién los vendía, los regalaba o si eran muestras, conversé brevemente y la noche lluviosa invitaba a la tertulia, la propuesta fue aceptada y en el camino encontramos la Editorial Delgado, por fin pude tener el libro en mis manos.


    En Sanborns: tertulia de poetas en El Salvador.

    “Allá la zona de no fumar, ¿dónde esta la zona que permite reír?”: Otoniel Guevara

    “Siempre que te leo estás peleando”: Luis Chávez

    “Celebramos el mes de la patria”: Luis Melgar Brizuela

    “Ahora comemos en la misma pizzería destartalada ”: Javier Alas


    Así recorrimos frases de autores nacionales e internacionales, algunos infaltables, incluso unas fotos, que no eran en U Fleku (Praga).
    Compartimos: Pan (con ajo) y Vino, coronas, ligths y chocolates, en la zona familiar, muy lejos del bar… para fortuna de la poesía.
    La cuenta…es otro cuento.
    “Envejecer es aburguesarse” ….a lo mejor, en el fondo es el amor por la poesía la máxima unión de la palabra. Una mujer llamada María Poumier con Poetas por El Salvador nos convocó, en la insospechada conspiración. Teníamos en esa reunión al menos dos banderas: una del tiempo y la otra el amor por la poesía.
    Y recordé aquellas palabras de R.Dalton

    “cuando salimos no llovía más
    Mi madre me riñó por llegar tarde a casa”.
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    Video Poetas El Salvador: André Cruchaga, Luis Chávez, César A Ramírez A Caralvá



  • Marcel Marceau (…) El Salvador

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    Caralvá

    El teatro presidente en El Salvador, estaba completamente lleno.
    El público atento no ocultaba su ansiedad por “Bip”, el personaje vestido de marinero, con su cara pintada y sus movimientos expansivos que incluyen la sonoridad estruendosa de un mimo.
    Existe ese silencio sonoro, cuando las palabras sobran, incluyendo la música que tiene otra variedad de silencios que apenas distinguimos por la velocidad de los tonos o semitonos. En nuestro mundo de letras éste es un silencio: (…) pero no es el único, porque en cada palabra existe una referencia al silencio de cada vocal no impresa, su ausencia es otra cadencia, pero el lenguaje del silencio en Marcel Marceau era un dibujo de colores bajo su traje blanco, con esquemas geométricos que comunican sonidos en movimientos.
    En el escenario… Bip emerge, escuchamos su respiración, mientras observa al público con paso lento, camina mucho más despacio que cualquier mortal, sin prisa, poco a poco opta por una posición semi-encorvada, con sus manos juntas casi pegadas a su cuerpo, mientras, sigue el ritmo de manos, torso, piernas, en una cadencia de flexión frente a su pecho, que eleva poco a poco y su rostro sigue una esfera imaginaria sobre su cabeza.
    El movimiento descriptivo avanza ascendente, realiza una pequeña flexión y la oculta bajo sus brazos, pero al momento de su máxima extensión hacia atrás, se abren y recobran su naturalidad frente al auditorio, poco a poco imitan el aleteo de un ave, que levanta vuelo y evade la mirada. Se aleja…
    Bip ahora es una figura de niño que se distingue por sus pasos cortos y su radiante rostro ante el descubrimiento de figuras aladas, el pequeño camina por el mundo y nada es conocido, todo tiene un movimiento y está dotado de vida, incluso las rocas, las paredes, el campo, la luz, las pequeñas sombras, cuando crece aquella animación comienza a disminuir la intensidad y emerge un joven que desafía al mundo, que lucha por su identidad como muchos otros y canta, pero también se enamora, se transforma en un ser social, con el paso del tiempo, llega la vejez que obliga a un ritmo pálido con muros creados en la prisión cotidiana; el mundo se llena de límites para un hombre que los derribó desde su niñez, los muros obligan al paso lento, al cambio postural, al dolor del olvido y al abandono, aquél mimo con sus mensajes corporales envió el mensaje correcto lleno de emotividad y canto a la vida. El auditorio aplaude.
    Luego Bip con su traje de marinero, apareció con su viejo sombrero de copa y una delicada flor roja oscilante, esa pequeña flor anárquica no respeta movimiento, actúa sola, extendida de un raído sombrero de copa, su función distal acompaña otro pensamiento, pero en su extremo vital, canta con su fragilidad su propio poema.
    En otro cuadro, Marcel Marceau dentro de BIP, comenzó su sinfonía atonal, desplazándose contra el viento, bajo una ventisca que no solo es capaz de tirar su humanidad, sino que prueba su voluntad, se puede escuchar en su distancia el sonido de truenos y si pones atención relámpagos, entonces como buen marinero sabe guardar sus energías para soportar un huracán, sabe esperar la calma, bajo la calma de sus sueños, entonces para no oponer fuerza a la fuerza, observa como vigía de estrellas al mundo desde su unidad silenciosa. Entonces fiel a su voluntad, lucha contra el viento y éste le impulsa hacia atrás, la vista se confunde y Bip ejecuta esa “marcha contra el viento” que luego Michael Jackson tomaría como símbolo, el “moonwalk”.
    Aquella noche, Marcel Marceau visitó la ciudad, nosotros acompañamos su presentación desde la distancia, entre la multitud, en ocasiones es suficiente para comprender que el genio visible, no necesita palabras para comunicar todas las emociones del mundo, principalmente la alegría de vivir y compartir con nosotros su felicidad por el arte.
    Marcel Marceau (…) El Salvador I Aniversario.

    Adiós a la luz en primavera,
    El sonido del silencio en la ciudad
    Imagen transmisible con un solo movimiento
    La memoria acaricia el recuerdo.


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  • 11 de septiembre

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    Caralvá

    La tragedia del 11 de septiembre 2001, en Estados Unidos de América es la tragedia de la humanidad.
    Usar la violencia contra civiles en forma injustificada e indiscriminada, es la peor de las violencias, por ello estas acciones son condenadas universalmente.
    Hace 7 años nuestra civilización cambió su enfoque sobre los conceptos de guerra y paz. Nada es igual a partir de esa fecha.
    En El Salvador han existido muchos 11 de septiembres, por esta razón los trágicos acontecimientos en Estados Unidos, calificados de “Horrendos ataques terroristas”, unen a las naciones que desean vivir en paz.
    Un asalto de terroristas islámicos provocó aquella masacre de inocentes de múltiples nacionalidades, 7 años después la memoria se agiganta.
    El mundo ha cambiado desde entonces, incluso alimentando nuevas guerras.
    Las guerras iniciadas a partir de ese momento en Afganistán y posteriormente en Iraq, tienen ahora diferentes lecturas, al inicio contaron con mucho respaldo internacional, pero tantas tropelías cometidas en civiles, niños y mujeres, que no eran ni por asomo los “buscados” extremistas islámicos, han causado horror en muchos pueblos del mundo.
    En general no se puede justificar la violencia contra inocentes.
    Es tiempo de aprender del pasado, pero en este tema el pesimismo adelanta los pensamientos y nos ahoga en nuestra realidad, lo afirma mejor Hegel en su libro La Filosofía de la Historia 1827, : “Lo que la experiencia y la historia nos han enseñado es esto: ni los pueblos ni los gobiernos nunca han aprendido nada de la historia; tampoco han basado sus acciones en los principios derivados de ella” aunque suene un poco desalentador, muchos acontecimientos indican que tanto en nuestra nación como en el mundo, el lenguaje universal es la guerra, no es la civilización, no es la cultura, sino la violencia… quizás, la violencia no morirá nunca en nuestro planeta, es nuestra naturaleza como especie.
    Cuando algunos hablan de paz, las armas se vuelven contra ellos, son los primeros en dar fe de la paz con su muerte.
    La tragedia del 11 de septiembre en Estados Unidos, también es nuestro dolor, como lo es la memoria de nuestros propios desaparecidos en la pasada guerra civil, por esta razón es desafortunado en nuestra nación, invocar la memoria de las armas, que no necesitará de mucho para incendiarse de nuevo, por la fragilidad institucional.
    Debemos cambiar nuestra mentalidad, hacia una condición a favor de fortalecer las instituciones por el ejercicio democrático, aprender del pasado es la mejor lección.
    El 11 de septiembre de 2001 nos invita a la acción por la Libertad, la Justicia, la Democracia, porque tanto en Estados Unidos como en El Salvador, el fortalecimiento de la institucionalidad no es patrimonio de un partido político, es patrimonio de la nación sin excepciones.