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  • Constitución española de 1812 y El Salvador 2012

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    Caralvá

     

    Un poco de Historia: La Constitución fue decretada por las Cortes Generales de España en Cádiz el 19 de marzo de 1812. Aquella constitución influyó decisivamente en los posteriores movimientos insurreccionales del antiguo Reino de Guatemala, especialmente en la provincia de San Salvador, la cual recién había realizado el primer grito de independencia el 5 de noviembre de 1811.

     


    Algunos artículos de aquella constitución son: Art. 1. La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios. Art. 5. Son españoles -y explica ampliamente aspectos inclusivos-… Art. 18. Son ciudadanos aquellos españoles que por ambas líneas traen su origen de los dominios españoles de ambos hemisferios y están avecindados en cualquier pueblo de los mismos dominios. Art. 22. A los españoles que por cualquier línea son habidos y reputados por originarios del África… y Art. 29. Esta base es la población compuesta de los naturales que por ambas líneas sean originarios de los dominios españoles, y de aquellos que hayan obtenido en las Cortes Carta de Ciudadano, como también de los comprendidos en el artículo 21. Y el Art. 3. La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales… Derecho a secesión auténtico, viejo recuerdo francés y legado al cambio de un mal gobierno.
    Esta breve reseña muestra un amplio panorama que une al imperio español en una comunidad internacional bajo una sola bandera, al leer cuidadosamente cada artículo sorprende el carácter incluso de la ciudadanía constitucional. Es en este marco de legalidad que se convoca a las primeras elecciones libres del continente por número de habitantes, puesto que antes de ello las autoridades se elegían por representación de los ayuntamientos. Es el Art. 3 que mencionamos bajo el cual se otorga la soberanía al pueblo, condición sin precedente en el imperio español.

     


    16 de septiembre de 1812 se recibe en San Salvador la Constitución de la Monarquía Española del 19 de marzo, la Real Cédula de 18 de marzo y 23 de mayo, que mandan la publicación de la Constitución, y el indulto concedido a todos los reos que no hubieran cometido delitos atroces y un decreto de la Corte concediendo que fueran popularmente electos los Ayuntamientos de los pueblos, aunque no tuvieran mil habitantes. La elección de los Ayuntamientos Constitucionales por la acción directa del pueblo, les dio la representación de la soberanía popular. Como la ley ponía bajo la jurisdicción de los Ayuntamientos, la vigilancia de las cárceles de Corte y ciudades, fue de gran importancia para los insurgentes, porque las cárceles estaban subordinadas a las autoridades absolutistas, las que cometían toda clase de crueldades con los reos políticos.

     


    Bajo ese signo el mapa continental conformado por cuatro virreinatos ha desaparecido, la Constitución de 1812 elimina: Nueva España, Perú, Nuevo Reino de Granada y Río de la Plata en su lugar proclama: “La nación española es la unión de todos los españoles de ambos hemisferios”… podemos imaginar esa nación constitucional.

     


    Casi por coincidencia en nuestra nación realizaremos un evento electoral en unas cuantas semanas, a lo mejor celebraremos también ese bicentenario ejerciendo el voto directo y conmemorando las primeras elecciones libres en nuestra historia.

     


    Es una coincidencia feliz de otro bicentenario bajo el signo de elecciones libres, puesto que a pesar de todo: “vamos por buen camino”.

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  • Sin temor al futuro en 2012

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    Caralvá

     

     

     

    Existe una avalancha del infortunio sobre el futuro de la nación, esta condición se perfila con intensidad durante los procesos electorales, este año no es la excepción, la condiciones objetivas de la realidad  nacional a pesar de todo permite un optimismo moderado, no obstante la voz de los ciudadanos y su opinión es sustituida por las acciones en algunos medios de comunicación, así las realidades son distorsionadas durante las campañas electorales.

     

    Los viejos profetas del infortunio en estos momentos deben estar bajo la mesa más oscura de un castillo olvidado en el tiempo, hace un par de años inundaron la nación con estribillos y cánticos que hacían pensar en un éxodo masivo de todos los miembros de las familias más adineradas, junto a los imitadores y aspirantes a oligarcas; afirmaron que en pocos meses el país sería un ruina completa, que un Golpe de Estado era posible, que las reservas internacionales serían saqueadas, con deportaciones masivas desde Estados Unidos, todo era cuestión de tiempo, además el dólar sería sustituido por el colón y un rosario de fatalidades peores que el Apocalipsis.

     

    Estos profetas cuando se empeñan en vociferar el desastre nunca proponen soluciones, olvidan la historia de 20 años de un Partido-Gobierno, olvidan que la delincuencia no es un fenómeno reciente, que el contrabando de drogas era cínico y a la vista pública, recordemos que un alijo de droga fue descubierto en unas bodegas privadas pero curiosamente no hubo capturas, en las antiguas entidades financieras nunca se denunció las irregularidades de organizaciones sospechosas que luego provocaron un daño irreparable a cientos de familias salvadoreñas, en algunos casos provocaron la muerte de jubilados que perdieron los ahorros de su vida, el nepotismo en instituciones públicas, el reparto de becas destinadas a estudiantes pobres en el exterior.. etc. pero estos profetas del desastre callan la historia; “extraña memoria” que olvida a propósito y no recuerda a los afectados.

     

    Los profetas del desastre en tiempos electorales están “enfiestados”, todo está mal y vamos para peor, si esto no cambia simplemente el caos… ¿no piensan acaso que si sus augurios se cumplen no quedará nada? ¿No saben que si sus interpretaciones se realizan no ganará su partido, sino perderemos a la nación? ¿Por qué insistir en el desastre si después de esa catástrofe que ellos desean tan patrióticamente heredarán la ruina?.

     

    Así al realizar afirmaciones irresponsables deberíamos de estudiar las circunstancias de nuestra nación, su historia, las estructuras legales, etc, todo el marco conceptual que nos permite como ciudadanos construir una nación para los siguientes años, necesitamos este ejercicio, con soluciones posibles  para construir una racionalidad multisectorial,  para encontrar  puntos convergentes que no deben ser manipulados tendenciosamente, aspectos que nos involucran hacia una democracia posible como: seguridad, economía, energía, alimentos, migración, cultura etc. elementos que parecen unirnos más que separarnos…¿Quién no desea la seguridad de su familia? ¿Quién no desea una economía estable e integral? ¿Quién no  aspira a productos energéticos a precios justos y  accesibles? ¿Es extraviado solicitar los derechos de nuestros compatriotas en tierras extranjeras y en ese punto trabajo temporal o su protección  migratoria?

     

    En lugar de lanzarnos propuestas huecas y sin contenido, divulgar calumnias de un partido contra otro, la ciudadanía desea escuchar a los partidos una opción de acuerdos posibles, de una propuesta de unión  a la nación ante el infortunio. El pueblo ya votó en ese caso y no temer al futuro es una realidad ahora.

     

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  • Separación entre Gobierno de la República y Partido Político

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    Caralvá

     

     

     

    Durante muchas décadas desde el siglo pasado era ciencia ficción separar el Poder Ejecutivo del Partido Oficial,  de tal forma que el Partido era el gobierno, con toda la extensión de funciones, privilegios, distribución de cargos, etc. no existía diferencia alguna entre un funcionario público y su calidad de miembro de un partido político.

     

    El simple ejercicio de la memoria nos permite identificar a los gobiernos con sus colores sin distingo alguno del partido en el gobierno, era Partido-Gobierno, no era Partido Político y Gobierno, el resultado de esta unión no distinguía entre aciertos y fallos, entre corrupción de funcionario y corrupción de Partido, de tal forma que todo el peso de esos tremendo errores con nombres y apellidos era firmado por el Partido en el poder, pero también existían extensiones de ese ejercicio erróneo, en años recientes varios presidentes del antiguo partido en el gobierno no distinguía entre hacer política oficial como Primer Ciudadano de la  República y presidir asambleas partidarias, tampoco sus funciones eran diferenciales entre asistir a eventos con sectores de la nación y conjugar llamados a favor del voto partidario, no existían distingos entre pronunciarse contra sus adversarios políticos, etc.  los miembros del gabinete de gobierno a su imagen y semejanza ejercían funciones similares,  privilegiando a los miembros de su partido y condenando a todo adversario de cualquier aspiración laboral;  el ejercicio de esta anormalidad permitió que muchos empleados gubernamentales bajo su calidad de miembros de un instituto político trabajaran a “discreción” durante años, si hacemos un breve repaso sobre dichos acontecimientos, nos alcanza para una enciclopedia, si dudan de ello podemos indicar las denuncias de algunos ministerios y las irregularidades encontradas.

     

    La unión Gobierno-Partido también afectó la promoción de profesionales en cargos de dirección institucional, la simple sospecha eliminó la posibilidad de ascenso y frenó la movilidad social de amplios sectores muy valiosos, la irradiación de esa visión deforme también fue una política comercial, bajo el otorgamiento de contratos a empresas “amigas” y excluyendo a los enemigos o sospechosos, así entre compadres y miembros los negocios son muy favorables, la saga de muchos retrasos o proyectos fallidos puede encontrarse en proyectos con “pérdidas inexplicables”.

     

    Existe un rosario de nombres de funcionarios de gobiernos pasados, los cuales fueron acusados de corrupción pero nunca fueron juzgados por ningún delito, el daño a instituciones aún es lamentado por los actuales funcionarios.

     

    En otros aspectos la unión de Partido-Gobierno fue de tal magnitud en el sistema financiero que algunas entidades terminaron en la quiebra, al igual que el enriquecimiento inexplicable de otras familias etc… todo fue perdonado por la calidad de miembro del partido bajo la complicidad del aparato del Estado, al final no existió separación alguna, la reincidencia y la corrupción fue tan visible, que después de décadas  la ciudadanía se cobró en las urnas electorales aquellas ofensas a la inteligencia de la ciudadanía.

     

    Ahora al menos la separación del Poder Ejecutivo y Partido Político tiene la virtud de diferenciar entre personas  y miembros del partido, de tal forma que se puede distinguir entre Política de la República y política partidaria, se puede distinguir entre proyecto de la nación y propuestas partidarias para un quinquenio, al igual que toda la transparencia en el ejercicio público para otorgar proyectos. Este logro es una verdadera diferencia con el pasado.

     

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  • La Historia: punto de (des)encuentro

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    Caralvá

     

     

     

    La Historia es inocultable después de la guerra civil con acciones horrorosas en los campos de batalla, en las ciudades y hasta en el Campus de la Universidad Centroamericana UCA. Estos elementos son tan evidentes que una historia interpretada con celebraciones de héroes anticomunistas versus villanos comunistas es absolutamente inaceptable para la inteligencia de los salvadoreños.

     

    No se puede continuar con argumentos que oculten los motivos de la guerra: fraudes electorales, la incapacidad de las clases dominantes de modernizar el capitalismo, la formación de un movimiento popular en respuesta a estas tremendas realidades, un “viejo” ejército que se empeñó en mantener por la fuerza estructuras decadentes injustas e impopulares, ausencia del respeto a los derechos humanos, la incapacidad de reformas constitucionales, la intervención internacional etc..

     

    Muchos de los elementos mencionados aún permanecen en el limbo de cultura oficial, puesto que los datos a través de las dolorosas décadas de los años setentas, ochentas y noventas son un punto de (des)encuentro, no existen criterios únicos,  por el contrario en estos campos aún existe la guerra psicológica donde no existe un Acuerdo de Paz. Necesitamos una Historia que ilustre los eventos con al menos dos versiones opuestas, para que las futuras generaciones entiendan mejor la guerra civil. Quizás la historia no se pronuncie como un juez, pero pueden enriquecer los argumentos con los acontecimientos de esa época, de tal manera que la visión compartida ayudaría a profundizar la verdad en cada etapa.

     

    Pero la Historia al igual que una tradición cultural ha sufrido una (des)información por los bandos en contienda, no solo entre grupos de poder, sino también por instituciones como: la justicia, los sectores conservadores, los partidos políticos etc.  que interpretaron estos eventos a su manera, este punto es muy importante debido a que crea una Cultura Oficial que comunica masivamente la visión de las acciones en determinada época.

     

    Un Consejo académico puede dejar abierto el  panorama para que las futuras generaciones se pronuncien, de tal forma se construya una historia que documente a la nación.

     

    Cuando algunos sectores del “viejo” ejército se pronuncian por no cambiar la historia eso indica el grado educacional en la formación de estas personas, “la defensa de sus Héroes es incuestionable”, en realidad es más fácil reconstruir el Mural de Catedral que cambiar un esquema psicológico militar,  pero este punto de vista es similar a sus opositores, de tal forma que al menos psicológicamente la ciudadanía vive entre dos armas mortales apuntando a su cerebro, el cual puede detonarse en cualquier momento.

     

    Después de veinte años del Acuerdo de Paz entre las partes armadas en el plano material, en el plano psicológico la lucha sigue igual.

     

    Un ejemplo que el conflicto no ha sido desactivado conscientemente son las declaraciones de un militar en retiro y el posterior pronunciamiento público de una institución de la misma naturaleza.  La Historia no resolverá el problema cultural, debido a que por generaciones se perfiló una solo versión excluyente, pro-oligárquica, autoritaria y antidemocrática. Ahora al menos tenemos el primer paso en la dirección correcta.

     

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