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Books - Page 11

  • Error político o ideología incorrecta

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    Caralvá

     

     

     

    Las ideologías a fin de cuentas son: “las ideas que nos llaman a la acción”, nos mueven bajo el carácter social, pero es el complemento de un programa político, de una serie de postulados sobre la visión del mundo, cualquiera que este sea, cada partido político tiene su programa, su nivel de acción, su organización, pero también las empresas, la iniciativa privada, las instituciones del Estado etc. estas puede coincidir con diversos modelos democráticos o antidemocráticos, de tal forma que los ciudadanos, empresas, agrupaciones civiles o denominaciones puede alinearse bajo esa bandera. En algunas naciones las grandes corporaciones no ocultan sus preferencias partidarias, en la nuestra sus acciones las delatan.

     

    ¿Una empresa tiene filosofía? ¿tiene ideología una institución privada? ¿un conglomerado de empresas tiene ideología?

     

    A pesar que muchas empresas nieguen poseer una filosofía o una ideología, su accionar visible en nuestra sociedad demuestra que poseen un carácter que repercute en el conglomerado ciudadano, algunos de estos modelos pueden observarse en la Responsabilidad Social Empresarial que tiene al menos dos vertientes: una que niega que exista ese criterio porque una empresa no debe “retornar” nada a la sociedad de sus utilidades capitalistas y otra que considera que “reintegrar” parte de las utilidades materiales es una magnífica inversión en todos los niveles; esta situación al final es una filosofía, que implica una visión al interior de las empresas. Deberíamos observar si las empresas cumplen con este criterio de Responsabilidad Social o es solo un concepto desechable para otras, así podríamos configurar sus compromisos con las comunidades, entidades sociales, gobiernos locales etc, La RSE es una filosofía de empresa hacia las comunidades.

     

    Asociado con estos criterios una empresa puede o no cumplir sus obligaciones fiscales con el Estado, puede eludir bajo diversas formas su contribución legal, esta condición ya tiene calificativos jurídicos, pero es a fin de cuentas una actitud hacia el Estado o la Nación. ¿Qué sucede si un conglomerado de empresas se pronuncia contra una iniciativa del Estado en materia de reformas tributarias? En una democracia cualquiera que sea su repuesta nos indica una situación ideológica, puesto que la decisión de reformas es aprobada por la Asamblea Legislativa, así aprobada por los representantes del pueblo es Ley, no obstante si las empresas no están de acuerdo y se pronuncian contra los diputados con tergiversaciones, la condición original ya no es ideología sino “opción partidaria”.

     

    Toda persona entonces tiene un signo ideológico que crea una cultura de acción, cambio, estabilidad, etc., por consiguiente liberal o conservador desarrolla un criterio  que favorece o impide el avance de coincidencias sobre diversos factores sociales, al final cada acción de organización ciudadana repercute sobre el conglomerado que usualmente se llama sociedad civil.

     

    El título es el negativo de “ideología correcta”, en determinados momentos la ideología correcta “ayuda a la construcción de una sociedad mejor”,  puesto que existen conceptos como la Constitución de la República que están  fuera de la ideología o un partido político. Si observamos sin ideología el conflicto empresas privadas versus el resto de la sociedad civil, el resultado es positivo para todos, la sociedad civil ha optado por la reforma a la ley de contribuciones.  Quienes ganen más que paguen más, al final construye una Patria  mejor para Todos.

     

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  • In memorian: dirigentes FDR

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    Aquél 27 de noviembre de 1980 hace 31 años la condición de la nación era sin precedente, campeaba la represión en escalas terribles, era un holocausto social donde la vida no valía nada.

     

    No obstante comprendíamos desde diversos sectores sociales que el deber era contribuir a la democracia, puesto que las acciones de participación ciudadana legales estaban agotadas.

     

    Era un momento de transición después del fallido golpe de estado de 1979, que terminó con la esperanzas de un cambio pacífico; el deterioro de esa iniciativa propició el ascenso de las fuerzas represivas que desataron una ola sangrienta contra los sectores populares.

     

    El fracaso de la primera junta de gobierno se debió a la incomprensión de los sectores de izquierda y derecha, que no comprendieron el alcance de la iniciativa de la Juventud Militar, aquél evento pudo cambiar el rumbo de la historia nacional.

     

    Aconteció que el 27 de noviembre de 1980: Manuel Franco, Enrique Álvarez Córdova, Juan Chacón, Humberto Mendoza, Enrique Escobar Barrera y Doroteo Hernández, fueron asesinados por escuadrones de la muerte...  aquellos dirigentes democráticos conformaban el inicial Frente Democrático Revolucionario,  pero su iniciativa ciudadana no significó nada para quienes ejercían la represión en todo nivel.

     

    Aquél evento cruel puede estar descrito por las palabras de Octavio Paz en su Elegía Interrumpida:

     

    Hoy recuerdo a los muertos de mi casa.
    El pensamiento disipado, el acto
    disipado, los nombres esparcidos
    (lagunas, zonas nulas, hoyos
    que escarba terca la memoria),
    la dispersión de los encuentros,
    el yo, su guiño abstracto, compartido
    siempre por otro (el mismo) yo, las iras,
    el deseo y sus máscaras, la víbora
    enterrada, las lentas erosiones,
    la espera, el miedo, el acto
    y su reverso: en mí se obstinan,
    piden comer el pan, la fruta, el cuerpo,
    beber el agua que les fue negada.”

     

    La nación puede recordar, tiene derecho a recordar, “no olvidar” debe ser la bandera que cubra nuestros rostros las próximas décadas. De la misma forma debemos poseer un gran sentido memorial de aquella guerra civil que destruyó casi todo, menos la esperanza.

     

    Los acontecimientos posteriores son conocidos, pero llaman a reflexión sobre el peso de las decisiones históricas en estos momentos que podríamos tener decisiones parecidas, con escenarios dramáticos por ejemplo: entre la recesión económica y la continuidad democrática, el retorno al autoritarismo o la institucionalidad democrática, derechos individuales o seguridad social de poblaciones, etc. Debemos ser conscientes de las decisiones sobre el futuro nacional, el mejor indicador del rumbo debe ser el Estado Democrático,  con sus instituciones funcionando.

     

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  • Julio Cortázar Centroamérica

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    Caralvá

     

     

     

    Pocos autores son tan notables en nuestra condición latinoamericana como Julio Cortázar, entre sus cartas póstumas leemos breves confidencias juveniles.

     

    Unas citas nos hacen reflexionar sobre ello, bajo el signo de referencias salvadoreñas y centroamericanas que influyeron en aquellos lejanos años de formación creativa de  tan significativo escritor.

     

    “Tienes mucha razón, vivíamos en la feliz ignorancia (en el feliz disimulo, mejor) de que éramos latinoamericanos al igual que los guatemaltecos y salvadoreños; y que sólo una censura tan falsa como peligrosa mandaba al fondo los auténticos impulsos que un buen día iban a saltar como la lava. Yo hice de sismógrafo, o de gallina-testigo; no sé si sabes que las gallinas prevén los sismos. Cuando quieras erudición sobre eso, interroga a Toño Salazar, que pasó su infancia en un volcán. ¿No sabías? Tengo el relato por Carmela, su mujer. Toño se  crió con unas tías  en El Salvador, y al lado de la casa había un pequeño volcán, un volcancito de bolsillo. Las tías miraban el cráter, y si todo estaba en calma, metían allí a Toño para que jugara. De vez en cuando una de las tías mandaba: “Toñín, vente a casa que hoy el volcán tiene mal aspecto”… Uno comprende que a los veinticinco años Toño se entregara a la marihuana.”

     

    Y como muchas situaciones cotidianas, la poesía vive en todo: “El director de la biblioteca francesa de Firenze me recibió amabilísimamente, me decretó huésped gratuito (sic) de  la casa, y me prestó libros a kilos. Dijo en seguida que admiraba mucho al gran poeta argentino Rubén Darío. Le dije que era nicaragüense. “Ah oui, bien sûr, mais enfin. Je veux dire quíl est de ce côté-là…” Ya ves que en materia de suficiencia, los franceses son únicos.”

     

    Las reuniones tienen sabor latino, incluso en Francia: “El domingo nos fuimos con Jorge, Toño Salazar y su mujer, a los bosques de Fontainebleau donde nos esperaba Andrée que tiene allá una casita encantadora en sociedad con una amiga. Vimos castillos, comimos en una auberge (que Borgoña!) y Naturalmente nos cansamos horriblemente  como siempre que va uno a descansar al campo. Ayer hicimos el último paseo con Jorge, y a la noche lo despedimos melancólicamente. A esta hora debe andar paseando por la Vía della Maddalena en Génova..”

     

    Así recibían las noticias latinoamericanas: “Anoche estuvimos con Susana Weil, que hizo una rejunta de cerebros esclarecidos, entre los que se contaban Caillois, Sadoun, Benichou, Toño Salazar, una pituca indescriptible que pinta y se llama -¡claro!- Zemboráin, y nosotros quietitos y más que hartos en un rincón. La reunión sirvió para dos cosas: para tomar inconmensurables de calvados, y para enterarnos de noticias argentinas. Me han dejado (las noticias, no las copas) con el desconcierto habitual frente a cosas que ya renuncio a entender”.  

     

    Pero un día aquellas referencias lejanas cobran vida en Nicaragua: “Sólo el trabajo viene un poco en mi ayuda, y no me ha faltado en Nicaragua. Entre otras cosas estos locos tan queridos decidieron galardonarme con la Orden de Rubén Darío, lo que me emocionó mucho porque es la primera vez que la conceden a un extranjero.” (Cartas a los Jonquières /Julio Cortázar 2010)

     

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  • 5 de noviembre de 1811 (X) Incendio provincial

    5 de noviembre 1811, bicentenario, El Salvador

     

     

     

     

     

     

     

     

    Caralvá

     

     

    Nuestro bicentenario  puede memorar día por día aquella magnífica insurrección hasta el 3 de diciembre, de esa manera existiría una efemérides del mejor ejemplo épico de las fuerzas populares salvadoreñas, que unió a etnias, africanos y criollos (principales y secundarios), junto al clero insurgente. De esa manera el 11 de noviembre los afrosalvadoreños participan al lado de los criollos y espían a las tropas de Guatemala que amenazan a la insurgencia. En esa fecha se reseña la frase de Manuel José Arce: “si quinientos negros hubiera de la calidad tuya (Silvestre Anaya)…” situación que connota una leve desesperanza por la noticia que los alcaldes de Zacatecoluca y San Vicente no se unen a la insurrección. A pesar de ese percance, las etnias y los afrosalvadoreños se activan a favor de la insurgencia. Desafortunadamente el 14 de noviembre la rebelión en Zacatecoluca fue sofocada, hacia el 16 de noviembre el movimiento revolucionario no logra aglutinar a los pueblos de interior de la provincia, de tal forma que el Intendente informa a la Capitanía General: “existen voces que anuncian una pronta invasión de tropas de Usulután, San Vicente, con unos ciento cincuenta hombres: la Compañía de Usulután, el Escuadrón de San Miguel y el de Sonsonate con otros varios pueblos venían a invadir la ciudad” esta referencia es el signo de la preocupación del Intendente Gutiérrez y Ulloa de considerarse rehén en los futuros eventos.

     

    Debates públicos…”sacudir el yugo del gobierno monárquico” Esta referencia es crucial porque implica consultas y asambleas populares entre los pueblos rebeldes convocados por el gobierno revolucionario, de esa forma Miguel Delgado conduce a mil hombres hacia la defensa del nuevo gobierno, llama a la insurrección en los pueblos vecinos entre ellos San Jacinto y anuncia  que el Castillo de Acapulco había sido tomado por Morelos, -aunque en realidad es el Puerto de Acapulco donde se encuentra Morelos en Octubre de 1811-.

     

    En este importante evento se reseña el Plan General Insurgente (Centroamericano), en el Cuartel de los Dragones enviando además al emisario Joaquín Pino con cartas a Sonsonate.  Miguel Delgado expone este junto a Manuel Morales y Juan Manuel Rodríguez que debía conquistarse la Villa de San Vicente y la Ciudad de San Miguel, se encontrarían con los de León Nicaragua luego regresarían a tomar la Capital de Guatemala, sin embargo en esos días se conoce el advenimiento de fuerzas invasoras, los insurgentes rechazan su llegada y se preparan para los combates con las tropas del Rey.  Esta histórica reseña implica la condición unida de las fuerzas populares provinciales en el Reino de Guatemala, no existen distinciones sobre territorios, ni diferencias nacionales, es categórica la afirmación de “tomar la Capital de Guatemala”, de esa forma se demuestra además el profundo nexo combativo junto a la insurgencia nicaragüense. La chispa revolucionaria de la Intendencia de San Salvador, fue incendiar a Nicaragua,  con Fray Benito de Miguelena que combinó el movimiento popular en León el 13 de noviembre de 1811, la redacción de las peticiones de la junta de gobierno, y las relaciones de los revolucionarios entre Granada, Chontales y Segovia. Además depuso al Intendente don José Salvador, nombrando al Obispo Nicolás García Jerez, organizándose una junta de Gobierno en la que figuraban la mayor parte de las personas que habían participado en la conspiración. Se unió Masaya y Granada que fue ejemplar por su lucha independiente durante 5 meses.

     

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  • Premio Estudio Histórico del 5 de noviembre de 1811, Suplemento 3000

    Premio Bicentenario, 5 de noviembre de 1811, Suplemento Tres Mil, Ganadores

  • 5 de noviembre de 1811 (Historia y olvido)

    bicentenario

     

     

     

     

     

     

     

     

    Caralvá

     

    La sociedad civil colonial contiene elementos abiertos a discusión y estudio. La sociedad tiene como componentes principales las castas, con territorios definidos para cada grupo étnico los cuales son gobernados por sus propios alcaldes pedáneos, su modelo de producción aún es la encomienda bajo un naciente capitalismo implantado a sangre y religión, las haciendas son los instrumentos donde se genera el cambio hacia el capitalismo primitivo que produce modelos culturales serviles y feudales. En aquella sociedad que proclama la “limpieza de sangre” como signo estelar para el futuro de las familias y su acceso a diversos cargos, la exclusión es la norma; las figuras principales rotan entre autoridades peninsulares y las familias criollas con mayor arraigo, estas familias sanguíneas siguen el patrón feudal, los hijos son educados para cargos en la Iglesia, el Ejército, la Hacienda, las hijas se casan con otros principales para formar alianzas y reproducir su saga filial, pero no todas eran familias principales, también existían familias criollas marginales y funcionarios peninsulares de rangos menores, de manera que el mosaico de estos núcleos se irradia hacia todas las líneas políticas, administrativas y religiosas, por ejemplo: funcionarios peninsulares que son malos administradores, falsos curas, militares represores, alcaldes impuestos por los hacendados, contrabandistas, etc. en pocas palabras un mal gobierno. La historia colonial es un cruel recuento de muchas actividades sociales olvidadas a propósito, resulta insólito que no exista una mención oficial a los grupos étnicos que participaron en los eventos de noviembre de 1811, tampoco afrosalvadoreños, ni distingos entre la iglesia insurgente y la contrainsurgente, tampoco se hace referencia al papel de la mujer insurgente en las poderosas acciones de Metapán, Santa Ana, San Salvador etc. este concepto es parte del olvido. La ausencia del sector popular (indios, africanos y criollos (no principales) en la historia oficial desarticula la cohesión del concepto nación, su producto final es la pérdida de identidad junto a la distorsión de una casta dominante formada por familias-estados similar a una oligarquía, que nace primitiva ante el avance capitalista de otras regiones. El olvido de la historia es una constante desde esas épocas de conquista española y luego colonial. Debemos solucionar esos olvidos, el desafío es re-escribir la historia desde nuestros pueblos originales y colocar cada concepto en su lugar, avanzar para proponer nuevas lecturas y los hallazgos históricos someterlos a la opinión pública y a las academias para integrar el conocimiento a la nación. “Recordar es conocer” decían los griegos, por esa razón en ocasiones la historia construye naciones, pero también las deforma, nuestro deber es re-escribir la historia, sin olvidar a nuestros pueblos originarios.

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  • Premio Estudio Histórico del 5 de noviembre de 1811

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    Mención honorífica  El Salvador Insurgente 1811-1821 Centroamérica de César A.Ramírez A.