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Blog - Page 32

  • Siglo XXI hacia la democracia

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    Caralvá

     

    Si el siglo XX fue la era de las dictaduras militares y la guerra fría en América Latina, este siglo XXI será de la democracia.

    Todo cambia bajo el nuevo signo del realismo social de la clase política, la fragmentación de la llamada: “derecha” más parece el surgimiento de un nuevo discurso político de poderosos sectores que abandonan el antiguo legado de la guerra fría, y apuestan a la modernización de sus principios como respuesta al desafío lanzado a partir del 15 de marzo de 2009, fecha que se impone un nuevo modelo de movimiento popular bajo el sustrato de amplias alianzas, que derrotan al temor en todas sus formas posibles.

    El nuevo modelo de discurso de la derecha  propone también nuevas alianzas y paradójicamente profundizar la democracia, no impulsar el vetusto anticomunismo, al tiempo que propone eliminar arcaicos dogmas en sus pilares de creencias…acción audaz y quizás estratégica.

    En el campo de la izquierda, el desafío permanente coincide en avanzar hacia un modelo democrático, modernizar al sistema en sus diferentes áreas bajo las normas constitucionales y coincidir con la mayoría de los sectores sociales en la gobernabilidad.

    En términos clásicos la democracia debería regirse por principios éticos, pero justamente en ese elemento se inauguran muchos discursos que fragmentan en lugar de unir a las sociedades. Uno de los casos excepcionales de las democracias es la economía,  puesto que ella escapa a estos criterios, sino veamos los efectos de la crisis en nuestra nación y el mundo; nada más inmoral que el desempleo de millones de trabajadores en el mundo y peor el origen de los famosos “bonos basura” por instituciones financieras sin ninguna justificación ética.

    Si la coincidencia de la clase política se orienta hacia la democracia, a favor de la modernización del sistema, debería buscarse un amplio acuerdo a favor de los objetivos económicos en estos momentos tan difíciles para las familias salvadoreñas.

    Si las coincidencias en general de la clase política se orientan hacia la comprensión de los grandes errores del Siglo XX, el pluralismo participativo en la solución de los grandes problemas nacionales parecería ser la respuesta esperada por la ciudadanía, aspecto que connotaría una gran fortaleza en la gobernabilidad y elevaría la credibilidad ciudadana hacia  la clase política.

    La crisis económica mundial al menos hasta la fecha, no parece que ha afectado nuestro modelo democrático como lo fue en el siglo XX, que provocaba las rupturas constitucionales, ahora en cambio parece que provocó una ruptura con 20 años de un modelo de gobernabilidad que había agotado su política de alianzas.

    Ahora parece que nos aproximamos al abandono de viejos paradigmas del siglo XX, avanzamos hacia la consolidación de la democracia del siglo XXI y el pluralismo se perfila como el valuarte de la unidad nacional, donde los ciudadanos son el fin del modelo, no solo un medio electoral y su participación en la vida política un factor decisivo en la gobernabilidad.

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  • 1910-2010: Rubén Darío

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    Caralvá

     

    De Historia diplomática de la Revolución Mexicana I (1912 y 1917) y Wikipedia: “Rubén Darío en 1910, viajó a México como miembro de una delegación nicaragüense para conmemorar el centenario de la independencia del país azteca. Sin embargo, el gobierno nicaragüense cambió mientras se encontraba de viaje, y el dictador mexicano Porfirio Díaz se negó a recibir al escritor, actitud a lo que no fue ajena probablemente la diplomacia estadounidense. Sin embargo, Darío fue recibido triunfalmente por el pueblo mexicano, que se manifestó a favor del poeta y en contra de su gobierno. En su autobiografía, Darío relaciona estas protestas con la Revolución mexicana, entonces a punto de producirse: Por la primera vez, después de treinta y tres años de dominio absoluto, se apedreó la casa del viejo Cesáreo que había imperado. Y allí se vio, se puede decir, el primer relámpago de la revolución que trajera el destronamiento”.

    El motivo del rechazo al insigne poeta fue el poema titulado: A Roosevelt, del cual es el siguiente fragmento:
    Mas la América nuestra, que tenía poetas
    desde los viejos tiempos de Netzahualcoyotl,
    que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco,
    que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió;
    que consultó los astros, que conoció la Atlántida 
    cuyo nombre nos llega resonando en Platón,
    que desde los remotos momentos de su vida
    vive de luz, de fuego, de perfume, de amor,
    la América del grande Moctezuma, del Inca,
    la América fragante de Cristóbal Colón,
    la América católica, la América española,
    la América en que dijo el noble Guatemoc:
    «Yo no estoy en un lecho de rosas»; esa América 
    que tiembla de huracanes y que vive de amor, 
    hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive.
    Y sueña. Y ama, y vibra, y es la hija del Sol. 
    Tened cuidado. ¡Vive la América española!
    Hay mil cachorros sueltos del León Español.
    Se necesitaría, Roosevelt, ser, por Dios mismo,
    el Riflero terrible y el fuerte Cazador,
    para poder tenernos en vuestras férreas garras.
    Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!

    A cien años de ese acontecimiento, nuestra realidad latinoamericana resiente las graves intervenciones de la poderosa nación del norte durante el siglo pasado, todavía existen resabios y consecuencias en nuestra nación El Salvador de aquellas dolorosas intervenciones de consecuencias irreparables y aún se mantiene un bloqueo ilegal comercial contra Cuba, herencia de un pasado tenebroso.

    No obstante en la primera década del Siglo XXI, con la excepción del nefasto golpe de Estado en Honduras, renovadores cambios de las democracias latinoamericanas hacen pensar que es posible construir un nuevo siglo de esperanzas y amistad en todo el continente americano.

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  • Nuevas amenazas para la democracia

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    Caralvá

     

    Las nuevas amenazas para la democracia hemisférica se consideraron marginales en otros tiempos: narcotráfico, crimen organizado, deportación masiva de emigrantes, catástrofes naturales, pandemias, aplicación de la justicia, financiamiento externo a partidos políticos, intervención de gobiernos extranjeros, economía internacional, lavado de dinero etc.

    De los múltiples factores que amenazan a nuestra democracia, el narcotráfico parece ser el  rey de los potenciales peligros, con tanto poder que los recursos policiales no son suficientes y se debe recurrir a los ejércitos nacionales.

    El actual momento de violencia nacional, puede ser el signo relevante de los efectos de luchas por controles territoriales para distribución y comercio de drogas, situación que solíamos observar en otras naciones, ahora están a la vuelta de la esquina.

    El problema del narcotráfico es transglobal ello  implica una amplia cooperación entre los gobiernos, puesto que las drogas tienen diferentes procesos: producción, transporte y consumo.

    En nuestra nación la producción de drogas es mínima (al menos en relación a otras naciones)  y el consumo aún parece bajo control, pero el transporte de estos productos por diversos medios se está convirtiendo en una amenaza por los constantes hallazgos en diversas cantidades de drogas en zonas humildes y residenciales.

    Entre los signos de alarma sobre este tema observamos: la aparición de armamento de guerra, la violencia focalizada y la multiplicación de estas estructuras ilegales que intentan infiltrar a las instituciones del Estado, en este último caso existen ejemplos dramáticos en nuestra nación así como en Guatemala y México.

    Las soluciones poco a poco dejan de ser locales y se convierten en decisiones multinacionales, de esta forma El Salvador debe ampliar y profundizar su lucha contra este flagelo junto a naciones de Norteamérica y Suramérica.

    Ante la amenaza: “plomo o oro” que usualmente sirve de coacción en diversos niveles, la mejor respuesta es que la Justicia funcione, porque vamos perdiendo la confiabilidad en el sistema político, poco a poco el Estado de Derecho solo favorece a quienes pagan los mejores abogados y no  a quienes han sido perjudicados.

    Desde hace unos años, a pesar de la indignación popular por atropellos a personas inocentes y delitos de toda naturaleza como asesinatos, los presuntos delincuentes son liberados… lo cual convierte a la justicia en un instrumento dudoso que no lucha a favor de la institucionalidad de la república y provoca desconfianza general.

    De continuar así en pocos años el mayor daño será para la democracia y la paz, como acontece en otras naciones, por esta razón es positivo buscar una amplia cooperación con las naciones involucradas sobre el tema en todos los rubros posible, puesto que el capítulo del narcotráfico en El Salvador, ya parece una nueva epidemia; por esta razón fortalecer la alianza con Estados Unidos y la cooperación en este tema es  un objetivo estratégico en este quinquenio.

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  • 100 Curriculum Vitales: cero resultados

     

     

     

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    Caralvá

     

    He conocido el caso de un amigo, que me relató su experiencia en desempleo.

    Hace más de un año fue despedido de una importante empresa, su cargo ejecutivo así como su calidad educativa le permitía cierto grado de confianza y desafío en su nueva condición de “paro salarial”, el cual siempre consideró temporal.

    Durante los primeros meses, llamó telefónicamente a todos sus amigos y amigas a los cuales consideró de confianza para confesar su nueva condición, el patrón de conducta era el mismo, primero un grado de asombro, con una pregunta recurrente: ¿qué hiciste? al explicar que era producto de un acontecimiento llamado: “reestructuración” que significa la supresión de departamentos considerados innecesarios para la nueva etapa de la empresa (crisis y declinación de ingresos), se encontró ante un mundo que no imaginó ni en sus peores pesadillas.

    Sus amigos y amigas resultaron espejismos sociales puesto que con sorpresa descubría que sus relaciones solo eran comerciales, de modo que al perder su cargo automáticamente a nadie le interesaba su suerte.

    Los años dedicados a su empresa con lealtad absoluta, le impidieron elaborar un plan alterno para el hipotético caso de su despido, según las normas corporativas, se considera que las personas que tienen planes emergentes son deshonestas puesto que desconfían de su desarrollo empresarial.

    Pasaron las semanas y al menos su indemnización le permitía cierta compensación emocional y alivio a la intemperie.

    No obstante con su seguridad profesional, se negó a digerir su condición de “inelegible” por su edad, resulta que usualmente las empresas contratan jóvenes entre 23 y 28 años, en otras hasta 30, él había sobrepasado esos niveles.

    De los numerosos correos enviados a empresas anónimas, las cuales nunca se identifican, solo firman empleosofertas___@hotmail.com; plazascorporativas___@ yahoo.com; etc. solo algunas responden, otras no se molestan en contestar si recibieron el Curriculum Vitae, el cual contiene datos personales y referencias que pueden ser fácilmente usados por terceras personas.

    Al no recibir noticias alentadoras de sus iniciales contactos, optó por responder a las convocatorias de los periódicos de todo nivel, incluso con cargos que consideró de menor capacidad, el resultado fue el mismo, de modo que de 100 gestiones apenas 30 alcanzó una primera entrevista, pero una respuesta le esperaba después de una segunda entrevista, su nivel para el cargo estaba: “sobrevaluado”…

    Con el tiempo en contra, cada fin de mes veía la puntualidad de los cobros por deudas adquiridas a lo largo de los años, deudas que suponía pagaría en los siguientes tres años: auto, casa, educación de los hijos, equipos de entretenimiento, tarjetas de crédito, ayuda familiar.. etc. estas deudas incluso pagando con su indemnización eran impagables.

    Después de un año sin empleo, con un centenar de curriculum enviados y la certeza que no encontraría trabajo en esta nación, se decidió por vender sus activos para solventar sus deudas e intereses, vendiendo todo retrocedería en acumulación económica al menos unos 15 años, de ello restarían unos cuantos dólares para iniciar una nueva vida emigrante en una nación lejana donde al menos nadie le conocería…después de todo: servir mesas, estacionar autos o podar jardines es un trabajo aceptable…

    Ahora escribe desde Europa y cuenta que allá tampoco tiene empleo, por el momento.

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  • Intelectuales en la democracia salvadoreña

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    Caralvá

     

    A propósito del momento que vive nuestra estructura cultural.

    Las discusiones no son nada nuevo, desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX, las funciones de los intelectuales son una alternancia entre posibilidades y límites tanto en Europa como América Latina; pero ahora es el turno de la democracia, tan esperado  acontecimiento que llama a la reevaluación de los valores del arte y la cultura, el cual esperamos promueva el enorme caudal de creación en diversas esferas. 

    Para Bertolt Brecht, el rol histórico de los intelectuales significa: “La inteligencia flota libremente por encima, en si, no se decide, adopta la tercera posición, no recibe influencias de nadie, pero sin embargo desea ejercer influencia e intenta reunir los opuestos. Eso es lo que da la pretensión de dominio, es imparcial”.

    La dinámica de la democracia implica la participación, la inclusión, el amplio debate sobre temas de historia que otorgan un sentido de nación al presente.

    Del  libro Benjamin y Brecht : historia de una amistad / Wizisla, Erdmunt.

    “La palabra “intelectual” nunca ha podido liberarse de los componentes semánticos contradictorios que se le asignaron durante su difusión pública con el caso Dreyfus. Mientras que Zola y sus partidarios argumentaban a favor de la inevitable politización esgrimiendo razones de conciencia y se veían a sí mismos actuando con un respaldo democrático y científico, sus adversarios acusaban a los intelectuales de faltos de instinto, antinacionales, judíos, decadentes e incompetentes.” 

    En algunas naciones, la palabra “intelectual” tiene connotaciones negativas, calificativos de tan amplio espectro que satisface a todos los gustos.

    Si deseamos aportar a la cultura nacional, debemos preguntarnos al menos que hemos hecho por esta nación los últimos años y someter este trabajo a la opinión pública, este parámetro diferencial, puede identificar al menos muchos esfuerzos individuales legítimos que nunca recibieron el apoyo estatal y no obstante tienen valiosos resultados. De la misma forma, es necesario preguntarnos si el apoyo estatal en los últimos 20 años produjo resultados objetivos en algunas ramas del arte.

    No obstante en nuestra realidad salvadoreña, la cultura padece de grandes deficiencias. En el siglo XX la herencia militar dejó una profunda huella contracultural, no solo intervino la Universidad Nacional en varias ocasiones, sino que se quemó la biblioteca y el Consejo Superior fue expulsado de la nación, otro Consejo Superior de la Universidad Centroamericana fue asesinado en pleno. Los Acuerdos de Paz forjan un renacimiento cultural en diversos niveles, con insospechados avances acompañados de grandes esfuerzos individuales, pero aún insuficientes.

    La definición de una política cultural democrática, es el rubro principal a defender.

    La cultura debe tener la capacidad de renovarse con una nueva visión diferente a los últimos 20 años.

    No olvidemos la historia, los procesos culturales no necesariamente evolucionan hasta el infinito, también involución, pero en nuestro caso la democracia es la mejor respuesta para el futuro.

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  • El Salvador cultura en el siglo XXI

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    Caralvá

    Al observar las discusiones sobre las diversas propuestas intelectuales para nuestra nación, parece que es más fácil llegar a Marte y pasar por la revolución de la historia, que encontrar una propuesta cultural de consenso al momento democrático que vivimos.

    Leyendo algunos artículos sobre investigaciones de los años treinta en El Salvador, específicamente “Martínez masferreriano, 1933” del antropólogo Rafael Lara, me sorprendía encontrar la extraña cohesión que logró el general Maximiliano Hernández Martínez a partir del Golpe de Estado de 1931 con un conjunto de intelectuales que apoyaron su gestión, nombres de la talla de Salarrué, Mejía Vides, María Baratta, Francisco Gavidia, Grupo Masferrer y otros, coincidiendo en la visión cultural, histórica, teosófica y su realización personal de Libertad.

    Si definimos  la Cultura como un conjunto de interacción humana con su entorno,  donde actúa la historia, no cabe duda que debió coincidir la política gubernamental del General Martínez, los intelectuales y la sociedad.

    Casi 70 años después, el primer gobierno democrático del siglo XXI, no logra estructurar una cohesión entre amplios sectores del movimiento cultural, con fisuras visibles ante la opinión pública.

    La cultura debe impulsar el mayor sentido de libertad ciudadana en democracia, promoviendo la autorrealización de las diversas ramas de creación, participación, etc, para impulsar la democracia en todos los niveles y teóricamente no debería de existir contradicción entre democracia, cultura, libertad e historia en este momento, pero la realidad nos demuestra otro panorama.

    Cada administración gubernamental define el sentido de libertades y los compromisos sociales que se cumplirán con los sectores involucrados, de esta forma la cultura no es solo una entidad estatal, también involucra a fuerzas sociales, iglesias, sectores políticos, grupos ciudadanos que asumen su carácter participativo durante un quinquenio.

    El Estado a fin de cuentas debe propiciar las libertades culturales, creativas, ciudadanas etc. con justicia social, favoreciendo las oportunidades individuales o de las diversas entidades, vertebrando la cohesión democrática y respetando la autonomía de grupos.

    Es posible que cada entidad ciudadana posea una propuesta para el actual momento, pero ¿qué puede unir a la cultura nacional?, desde mi punto de vista una visión de nación en paz y democracia, una sociedad pluricultural y pluriétnica con: tolerancia, igualdad, legalidad, imparcialidad,  libertades políticas, etc.

    La pregunta inicial sigue vigente, ¿es posible la unión de intelectuales para apoyar una política cultural en democracia? o ¿solo la dictadura puede unir a los intelectuales en torno a valores autoritarios?.

    Es necesario fortalecer la democracia y los valores del sistema, en este punto se encuentran nuestros esfuerzos individuales junto a entidades que aspiran a consolidar este valioso momento.

    La cultura nacional de perder este momento, no volverá a poseer otra oportunidad tan extraordinaria, quizás hasta la siguiente generación.

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