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Books - Page 19

  • Solución Honduras: no ilegalidad golpista

     

    Caralvá

     

    Los golpistas pasaron por alto un principio elemental: la legalidad emana de los ciudadanos, en el caso de Honduras el presidente Manuel Zelaya no fue derrocado por los ciudadanos sino por grupo político-militar admirador de los golpes de estado del siglo pasado.

    Estos señores golpistas se equivocaron en su laboratorio político, consideraron que si la maniobra política no era califica de golpe militar entonces sería: “legal”, lo cual en poco tiempo demostró su grave error de cálculo, porque a pesar de su éxito “parcial” al enviar al presidente a un exilio forzado, la respuesta internacional ha sido de tal magnitud que probablemente retornarán derrotados a sus antiguas posiciones de conspiración y entregarán al presidente constitucional sus poderes legales.

    La solución al complejo escenario de Honduras, pasa al menos por dos momentos: I Desarticulación de la dictadura y II retorno a la democracia.

    El primer caso: desarticulación de la dictadura implica anular todo producto del gobierno de facto (decretos, nombramientos, ordenanzas, etc.), el retorno al escenario anterior al golpe de estado y reinstalo del gobierno legítimo;  el segundo elemento: reconocimiento al presidente constitucional implica la finalización de su período legítimo y la convocatoria a un nuevo proceso electoral.

    Existe una variante que no aparece definida en este complejo panorama, es el factor tiempo, este debería ser proporcional al calendario constitucional. Con el tiempo en contra la dictadura se debate en aceptar las propuestas de las naciones democráticas, cada día su posición de intransigencia deteriora la vida del pueblo hondureño, cada día su posición es más insostenible, su estrategia de ganar tiempo a cualquier costo ha sido puesta en evidencia, por tal razón las naciones democráticas han adelantado que el proceso electoral convocado por la dictadura no será reconocido.

    Es curioso el escenario de una dictadura que negocia su salida y un gobierno legítimo que lucha por su instalación en el poder, parece una ficción, pero en todo caso, el elemento fundamental es un precedente histórico para todos los aspirantes a dictadores: “las naciones democráticas, no reconocerán futuros gobierno golpista en el nuevo orden internacional”.

    Un factor desequilibrante es la Fuerza Armada Hondureña, recordemos que la historia de nuestros pueblos esta plagada de Generales con muy buenas intenciones para sus naciones, con el típico argumento de “restaurar el orden” pueden constituir otro gobierno y proclamar una nueva república desde sus cuarteles; en el presente caso han cumplido la misión de ejecutar el Golpe de Estado.

    El caso de Honduras, muestra la fragilidad de nuestras democracias, desnuda la cultura latente del golpe de estado, desenmascara los apoyos internacionales para el derrocamiento de gobiernos legítimos en América Latina;  muy buena lección para el resto del mundo, afortunadamente también identifica la solidaridad internacional con los pueblos oprimidos.

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  • Solución: Honduras, sin dictaduras

     

     

    Caralvá

     

    La solución política en la República de Honduras se visualiza por los siguientes elementos: la movilización mundial contra el Golpe Militar, el rechazo internacional contra el asalto a la institucionalidad, el retiro de embajadores de naciones democráticas, cese de ayuda internacional, organización de la resistencia interna, condena internacional por cierre de medios de comunicación etc. ante este panorama la salida a pesar de ser difícil,  tiene como requisito indispensable aceptar un proceso de diálogo entre las partes, en este momento la propuesta de Oscar Arias (Costa Rica) es la única en firme,  otras propuestas no tienen base real.

    En el caso de la propuesta de San José, el retorno del presidente Manuel Zelaya al poder  debe ser el primer elemento a considerar dentro del marco institucional, los siguientes puntos pueden ser aceptados con más o menos rigor por las partes, entre estos conceptos tenemos: la formación de un Gobierno Provisional multipartidario, un gabinete de transición, nuevas fechas del proceso electoral, el retorno a la institucionalidad, indemnización por daños a terceras personas, además este período debe estar bajo el mandato del presidente constitucional puesto que de otra forma Honduras no será víctima de una nueva revolución social, sino prisionera de la bancarrota financiera, condición mucho peor que un cambio social violento;  recientes declaraciones de expertos consideran que Honduras ha perdido por la aventura golpista: $400 millones en ingresos en solo 90 días, un promedio aproximado de $4 millones por día.

    Esta pérdida económica tiene por origen el toque de queda, suspensión de garantías ciudadanas, inseguridad comercial, cierre de medios de comunicación, acceso a préstamos internacionales, incertidumbre laboral etc. muy tarde han comprendido los golpistas que la democracia es la mejor respuesta a cualquier crisis y es el mejor camino para resolver las diferencias entre grupos de poder e intereses.

    No obstante en medio del desastre político, la crisis económica y la ruptura del contrato social, la solución política debe comprender el retorno a la institucionalidad en todas sus formas, la renuncia de los golpistas o su inhabilitación política por años, un nuevo acuerdo político entre la sociedad hondureña con objetivos constitucionales más allá de un proceso electoral; recordemos que las elecciones solo son una parte de la institucionalidad democrática, su ejercicio no significa legalidad instantánea, ha acontecido que dictadores realizan elecciones periódicas para justificar sus cargos, como el caso salvadoreño del General Maximiliano Hernández Martínez que gobernó por 14 años y existieron falsos procesos electorales controlados por un Régimen Policial… conste que llegó al poder por un Golpe de Estado en 1931.

    La solución política a la crisis provocada por el Golpe Militar, tiene ahora a sus actores principales en Tegucigalpa: el presidente constitucional  y la legalidad versus los golpistas.

    Existe una gran lección en este Golpe de Estado en Honduras, los grupos de interés y poder que apoyaron el evento ilegal, son los verdaderos artífices del daño a la nación y el costo de esta acción significa la ruina económica;  por supuesto que pueden recuperarse a largo plazo, con el retorno a la democracia y la salida inmediata de los golpistas del poder político.

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  • ¡Viva Honduras sin dictaduras!

     

    Caralvá

     

    De la mentira a la verdad, del Golpe Militar a la lucha por la instauración de la democracia, de la expulsión violenta por las fuerzas militares al retorno del presidente constitucional Manuel Zelaya;  esa parece ser la historia de estos meses en la República de Honduras.

    En juego se encuentra la democracia continental, en discusión la réplica neogolpista en el continente americano y entre otros criterios,  el caso: un grupo de poder rechaza por maquinaciones pseudolegales todos los argumentos de las naciones democráticas del mundo. Pero con el retorno del presidente constitucional y el inmediato apoyo de sectores democráticos, el régimen golpista se ve obligado a reprimir y declarar el toque de queda como medida desesperada para contener el avance de las fuerzas populares.

    Mientras en toda la línea de imagen internacional, en toda la línea diplomática, en todos los foros continentales, los golpistas hondureños palpan su fracaso puesto que son los únicos arquitectos de su desastre.

    Es importante señalar que la movilización internacional a favor de la restauración institucional en Honduras, no es por una persona, ni por un partido político, es por la democracia latinoamericana, que impondrá el precedente para cualquier otro aspirante a dictador en el continente americano.

    La naciente dictadura pretende forzar un proceso electoral ilícito, pero las naciones del mundo han adelantado que no reconocerán al producto de este acto, pero mientras se debaten en su “círculo interior”, la nación padece un autobloqueo comercial, donde los pobres son los que reciben el mayor impacto de esta crisis provocada por los golpistas hondureños.

    El llamado a la insurrección popular emerge del régimen de facto, puesto que los golpistas han violentado el orden constitucional, por ello las fuerzas populares son alentadas a combatir a los opresores; el estado de sitio no tiene resultados porque los ciudadanos pierden el temor y el toque de queda tampoco funciona porque el pueblo desborda la represión.

    Aún es tiempo de aceptar un proceso de salida honorable para ellos, aún tienen a su alcance la mediación propuesta por Costa Rica o un diálogo-negociación interno, donde fijen la fecha de su salida inmediata,  no tienen otra alternativa; en este punto coinciden las naciones en sus recientes declaraciones en la sede de las Naciones Unidas: Brasil, Chile, Argentina.

    Al menos con tanto rechazo mundial, los golpistas y todos sus secuaces nacionales e internacionales, deben entender que  el diálogo negocia la rendición de los neogolpistas, que es ineludible el retorno a la democracia en Honduras y que todos los planes para interrumpir la democracia continental serán un fracaso absoluto.

    ¡Viva Hondura sin dictaduras! resume la aspiración popular contra el golpe militar, este concepto une las aspiraciones democráticas latinoamericanas  y aquellos que se oponen,  son los nostálgicos de los dictadores del siglo pasado, afortunadamente han llegado tarde a la historia del siglo XXI.

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  • El camino de Moisés en El Salvador

     

     

    Caralvá

     

    Con la nueva administración gubernamental, el antiguo sistema de creencias políticas día con día cae a pedazos, principalmente en aquellos que consideraron imposible que la izquierda llegara a gobernar “un día” en El Salvador, bien,  estos son los días posibles negados por muchos años y que ahora se iluminan bajo la democracia.

    Pero en todo modelo democrático, un gobernante no puede estar solo, porque la nación tiene ese carácter plural en su tejido social, de tal forma que el presidente la República es el llamado a aglutinar el consenso nacional y construir una visión estructural incluyente para los ciudadanos.

    Nuestra nación en momentos tan difíciles de crisis económica requiere de elegir un camino como el de Moisés al dividirse las aguas (Éxodo 14:19-31), el pueblo pasó en seco, por medio del mar, mientras las aguas convertidas en murallas de izquierda y derecha, dejan el paso libre; me parece que  ahora, la mejor respuesta podría ser algo similar, separar los criterios de las fuerzas políticas y encontrar un camino que haga posible el camino del pueblo hacia la solución de los principales conflictos.

    Durante muchos años el carácter ideológico ha dominado nuestro panorama social, muchas generaciones han sido juzgadas por este estigma, es tiempo de enterrarlo, al igual que en su momento terminó la guerra fría entre Estados Unidos y la antigua Unión Soviética.

    Bajo una nueva democracia “posible” en El Salvador, bajo la misma figura de Moisés y la división del mar rojo –conste no es una connotación política-, vivimos la construcción de la unidad nacional, pero es desalentador observar que a cada paso, grupos de interés divulgan falsedades y tratan de satanizar lo poco que es posible realizar en 100 días de la nueva administración.

    No es posible la óptica de lucha por el poder en cada paso institucional, porque en ese caso la unidad no será posible y menos una estrategia de solución.

    La intervención del Estado en áreas económicas, la iniciativa privada con sus inversiones, el carácter de la reforma del Estado, etc,  son dimensiones dinámicas, que tienen diversas modalidades en espacio y tiempo,  la historia demuestra que en el mismo seno del capitalismo, es necesario el carácter de la reforma para ajustar el modelo a las nuevas realidades sociales y económicas, mucho más en tiempos de crisis.

    El caso de las nuevas propuestas sobre el modelo democrático, poco a poco se abrirán camino sobre las supersticiones, mitos o fábulas  que por generaciones han prevalecido en nuestra sociedad y la realidad comenzará a cambiar.

    En la nueva sociedad salvadoreña al menos, el llamado a la unidad implica que muchas de las reformas o iniciativas institucionales, serán productos del diálogo entre los sectores involucrados, puesto que en tiempos de crisis y en realidades tan difíciles es necesario concertar con todos los grupos de poder e incluso algunos no tradicionales; muchos de los cuales por generaciones han permanecido al margen de las grandes reformas institucionales.

    Los partidos políticos son los instrumentos intermediarios de los sectores sociales, intervienen con iniciativas a las demandas sociales y cuando cometen el error de convertirse en gobierno-partido entonces la administración de turno se convierte en excluyente, al menos la historia así lo demuestra.

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  • Balance negativo para golpistas hondureños

     

    Caralvá

     

    Un pequeño balance de los acontecimientos  es indicador del grave error político de los golpistas hondureños. 

    La enumeración del repudio es abrumador, pero podemos repasar algunos: retiro de los embajadores de la Unión Europea, suspensión de apoyo financiero de entidades internacionales, rechazo de los organismos internacionales: SIECA, OEA, ONU, Organización de países no alineados, retiro de visado diplomático a funcionarios golpistas por el gobierno de los Estados Unidos, acción que continuarán otras naciones europeas; como si fuera poco la opinión pública internacional no les favorece e incluso empresas norteamericanas piden el reestablecimiento de la democracia en Honduras, en el  documento: Letter to Secretary Clinton Regarding Honduras, firmado por las empresas NIKE, Inc. The adidas Group Gap Inc. Knights Apparel.

     Pero los golpistas tienen toda su apuesta política en el próximo proceso electoral, consideran que la paz retornará por “arte de magia”, pero ni las naciones olvidarán el proceso de violencia inaugurado por el Golpe de Estado, ni retornará la paz súbitamente, debido a que el mundo no reconocerá al gobierno producto de un golpe de estado, ni la ruptura constitucional se reparará sin voluntad política.

    Los esfuerzos de la comunidad internacional no han sido suficientes para los golpistas, pero esta condición intransigente envía una señal para los ciudadanos hondureños que consideran a Manuel Zelaya el legítimo presidente,  simplemente les invita a la insurrección.

    No se debe pensar que un proceso insurreccional terminará de la noche a la mañana, este puede durar años y no los 6 meses que los golpistas fijan como su objetivo de consolidación. No es fantástico el escenario de formación de grupos irregulares armados, guerra de guerrillas, zonas liberadas, combates en las ciudades o luchas populares en todo nivel,  un panorama muy conocido en Centroamérica,  ese puede ser el destino para quienes alientan y sostienen a la dictadura hondureña, que provocará un terrible costo para las fuerzas que luchan por la democracia.

    Las fuerzas conservadoras hondureñas deben considerar que el daño político en este momento es menor, al desastroso panorama de una guerra civil en los siguientes años si continúan  el  rumbo de la ilegalidad y la represión; no deben pensar que el presidente Manuel Zelaya se rendirá simplemente porque pasaron 7 u 8 meses después de haber vencido su período presidencial, debido a que el antecedente permanecerá y la restauración de la democracia puede durar años.

    Es un buen momento de reflexión, los golpistas pueden haber ganado un poco de tiempo este mes de julio, pero no ganarán la guerra que aún pueden evitar.

    El escenario no es simple, pero quienes saben mejor esta lección no son los militares,  sino los empresarios y la clase política, porque pueden enviar a su ejército al sacrificio, pero el daño será al pueblo hondureño y al final perderán la guerra.

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  • Honduras: democracia agotada

     

    Caralvá

     

    La diferencia de este neogolpismo y los tradicionales cuartelazos es la evolución democrática en muchas partes del mundo, esa diferencia impide la consolidación de un régimen repudiado mundialmente.

    El ejemplo hondureño esta fuera de lugar en nuestro continente, pero a pesar de nuestra visión democrática, la fuerza militar y sus aliados no cederán simplemente con nuestras voces, esto demuestra que observaremos el viejo camino de la violencia generalizada contra todo opositor a la dictadura.

    Nuevas sanciones internacionales se anuncian, pero el régimen se aferra como: “burro con garras” al poder, a pesar de todos los pesares.

    ¿Nos encontramos en el agotamiento de la democracia en Honduras o es el inicio de una nueva relación continental para la defensa de los gobiernos legítimos?.

    Si los golpistas se consolidan, el derrocamiento de Manuel Zelaya significa contemplar el nacimiento del neogolpismo legal  y los pueblos latinoamericanos saben que su respuesta es la desobediencia civil y las luchas populares en todas sus expresiones.

    Parece que esta lección no ha sido aprendida,  ni tampoco las consecuencias de esta barbarie.

    En momentos como este es bueno recordar a Alberto O. Hirschman: “Retóricas de la intransigencia”, en su libro dice: dentro de la democracia: ¿qué podemos hacer?: “cambiarla, perfeccionarla, destruirla, revolucionarla”… desafortunadamente en Honduras la democracia parece estar agotada, simplemente porque la perversidad de grupos de poder y el ejército se unieron para terminar con el gobierno constitucional, de esta forma han repetido los vicios del pasado.

    En el momento actual los anuncios desafiantes del gobierno golpista serán escuchados por  algunos sectores fanáticos, pero quienes mejor lo entenderán son los empresarios, porque a ellos se refiere la palabra: “sanciones comerciales” que anuncia la Unión Europea y entidades multinacionales.

    En el caso de Honduras, el grave acontecimiento del Golpe Estado inicia la autodestrucción de todo concepto legal, de la vida civil, del reconocimiento institucional  etc., en general de la paz social.

    Sin democracia en Honduras y en cualquier nación que acontezcan estos atropellos, todo es posible, sin democracia no existe freno a la violencia con enormes consecuencias para los derechos humanos.

    Si la democracia esta agotada en Honduras, el camino de la lucha popular clama por restaurarla con el llamado a la insurrección, condición extrema que el pueblo esta dispuesto a pagar como tributo a su libertad.

    El golpe de estado  ha llegado en el peor momento de crisis económica, donde el desempleo, las enfermedades y la pobreza catalizan el descontento hacia la naciente dictadura hondureña, los resultados son previsibles, la gran perdedora es la democracia y los pobres terminarán pagando con su sangre la lucha contra la dictadura militar.

    En la distancia nos unimos por una solución política y en solidaridad con el pueblo hondureño.

     

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  • Las naciones repudian el golpe militar

     

    Caralvá

     

    Desesperados por la falta de reconocimiento internacional, la dictadura hondureña acude a las mentiras;  mientras jura que ha levantado el estado de sitio, el ejército patrullas las calles y encarcela a sus ciudadanos; es una larga cadena de ilícitos desde el momento del Golpe de Estado… nada bueno puede surgir de sus entrañas.

    El ejemplo del mal reside en el actual gobierno hondureño, sus acciones son el precedente de fuerza para Latinoamérica, desafortunadamente para las nacientes democracias continentales los mismos pretextos de los golpistas hondureños, pueden ser argumentados por los siguientes golpistas: “salvar a la patria”, “contener al comunismo internacional”, “ruptura constitucional”, “ilegalidades en el orden institucional”, etc.

    Las declaraciones del gobierno de facto son una falsificación de la democracia desde su origen, no son sostenibles sus tesis, ni sus acciones.

    Atentos al desarrollo del golpe militar, parece que algunos sectores retrógrados latinoamericanos toman el pulso al desarrollo de los acontecimientos, es casi un ejercicio de guerra-política, pero los resultados son tan desastrosos para la dictadura que este ejemplo desalienta a muchos homólogos.

    La dictadura no termina de comprender que solo tienen el camino del abandono de sus ambiciones de poder, porque sus falsas apreciaciones victoriosas no son escuchadas por nadie; pero en su soledad y desesperación aún sueñan con generar procesos electorales, se olvidan que pasaron sobre todo derecho constitucional.

    La dictadura armada recurrirá a todo, no dudamos que profundizará la represión.

    Es palpable el repudio internacional en el concierto internacional:  desde la ONU hasta la OEA, desde la Unión Europea hasta la Organización de Naciones No Alineados todos tienen en su garganta la condena hacia los golpistas.

    El golpe militar hondureño desnuda a una sociedad en descomposición, los polos de renovación y cambio versus la intransigencia y la perpetuidad de privilegios antidemocráticos, esta acción pasará la factura a muchos “intocables”, por su ignominioso apoyo a la represión.

    Existen árbitros internacionales que pueden definir este acontecimiento, uno de ellos es Estados Unidos que puede pronunciarse definitivamente sobre el caso, mientras el Ejército hondureño, la Iglesia y los políticos conservadores pueden conciliar su futuro con el retorno del presidente legítimo; este podría ser el escenario más benigno para ellos, pero si se niega la solución pacífica, se marcará el llamado a la resistencia popular en todas sus formas, al estilo de los años setentas en Latinoamérica, con la saga desastrosa para todos.

    El resultado no lo sabemos, pero si conocemos la Historia, si los golpistas se consolidan y logran sus objetivos, el secuestro de la democracia en América Latina será posible desde cualquier institución instrumentalizando al ejército,  para vergüenza de todas las naciones democráticas del mundo.

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