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Books - Page 37

  • La muerte de un visionario

    La muerte de un visionario

    Caralvá

    Nada en este mundo es eterno, ninguna generación humana ha conocido el mismo mundo, ni respirado el mismo aire, todo, excepto el sol que parece vigilante en el cielo aparenta ser inmortal, todo lo humano perece en un momento… incondicionalmente.
    En nuestro pequeño mundo, todos nos conocemos, la vecindad en los pasos de amigos o enemigos es posible escucharla al borde de nuestras puertas, y mucho más cuando nos adelantan cobros de diversa índole, llegan en su momento a pesar de nuestra voluntad.
    Así la vida transcurre bajo diversas condiciones del llamado tiempo histórico, que inmerso en ese criterio crea escenarios donde ejecutamos nuestra propia vida, convencidos de realizar lo mejor, este mundo es un juego de espejos, como las monedas, todo tiene un envés y un revés, incluso la belleza tiene un lado oscuro destructivo, el cual llama a la acción desde su halo de serenidad.
    La muerte no tiene agenda fija, ella solo cobra viejas deudas y ejerce su función con enérgica precisión, después todo termina en silencio.
    Cuando un hombre o una mujer con visión social muere, parte de su discurso vital continúa viviendo en sus amigos, corresponde a la posteridad juzgar su obra, porque aquella visión amada-odiada, es la lectura irrenunciable del juego de espejos que conforma nuestra sociedad.
    Las tradiciones árabes señalan que todos los muertos son buenos, de cierta manera es uno de los mejores criterios democráticos, la igualdad tan soñada en este planeta de vivos, solo la encontramos en la muerte, ahí todos somos iguales, ella nos termina coronando con ese signo irrenunciable y definitivo.
    Algunos pueden juzgar de locos los juicios de estos seres visionarios, algunos pueden alegrarse de su muerte, pueden imaginar festines de comparsas en cortejos de carnaval, pero junto a esos trinos triunfales estarán los que no tiene nada de que festejar, nada que alivie su tristeza, nada que consuele el vacío de un amigo o amiga al cual no verán nunca más.
    Para aquellos que se alegran de la muerte de un ser humano y desean bailar sobre la tumba del feroz oponente, habrá que recordarles que de este mundo nadie sale vivo y entonces la moneda tendrá el mismo revés, para ajustar cuentas de sus delirantes acciones.
    Al final en nuestra patria, proclamar la fe, pregonar otros reinos, trabajar por la justicia, construir un mundo mejor para los pobres, alimentar a los hambrientos, trabajar por la paz, no es patrimonio de ninguna ideología, es continuar quizás a pesar de su diminuta sencillez, una obra de amor, aquella que dice: “amarás a tu prójimo como a ti mismo” que a la luz del Nuevo Testamento incluso se transforma en: “amarás a tus enemigos”..
    Mateo 5,43-48. Cf. Lc 6, 28.
    La muerte no derrota los sueños de nadie, es la vida la que acaba con las pequeñas cosas que dejamos abandonadas: un ideario del mundo, la amistad de todos, la nación que construimos, la realidad insospechada hace 50 años, porque a pesar de todo, en ciertas ocasiones cada quién camina por su lado, incluso con objetivos opuestos, en otros momentos caminamos juntos, hombro a hombro, porque la nación lo demanda y la paz lo requiere.
    Hace 50 años, pensar en la democracia eran sueños imposibles, relatos disparatados, imágenes incoherentes, monólogos de locos, ahora por la contribución de seres visionarios heredamos lo poco que tenemos y nos harán falta otros 50 años para lograr intentar construir un mundo mejor, pero al menos los primeros pasos ya orientan nuestro camino. Nuestra nación ya no será la misma y la historia nos llama a continuar.

    http://www.latribunahispana.com/news/one_news.asp?IDNews=10344

    http://simpatizantesfmln.org/index.php?name=News&file=article&sid=374

  • Una omisión histórica, ausencia del indígena en la Constitución de El Salvador

    Una omisión histórica, ausencia del indígena en la Constitución de El Salvador

    A fray Bernardino de Sahagún

    Caralvá

    Al borde de cualquier pragmatismo, nuestra constitución no menciona ninguna referencia de las etnias izalco y cacaopera, las cuales componen aún, el diez por ciento de la población del país, según investigaciones de la antropóloga norteamericana Virginia Tilley (2005).
    Nuestra Constitución Política tiene en nuestra historia una gran trascendencia social, debido a que refleja el carácter y vocación de la República.
    Esta ausencia de reconocimiento, denota el no reconocimiento de nuestra composición pluricultural, con base fundamental en nuestra etnia. Esta ausencia del sentido de etnia, provoca la desprotección del desarrollo de la lengua, usos, costumbres, recursos, formas de organización social y por lo tanto, no existen garantías que sus integrantes logren un efectivo acceso a la jurisdicción del Estado.
    Parece que vivimos en una nación que posee una sola cultura “española”, que la etnia no existe, ni nunca existió, que “desapareció” o fue simplemente exterminada un 25 de enero de 1932, como ya hemos hablado.
    Es tiempo que nuestras leyes protejan a nuestros indígenas, es tiempo de reconocer “legalmente” el aporte étnico como fundador de pueblos, como miembros legítimos de nuestra República y que tienen un gran aporte en la participación de toda nuestra historia y son parte de nuestros días en el siglo XXI.
    Es notoria la ausencia del concepto étnico, se trata con ello de unificar a la República con una sola clase de cultura, como si Las Ruinas del Tazumal o Joyas del Cerén hubiesen sido importadas de España. El legado indígena no se reduce al pasado. En cambio, este aporte vivo posee una actualidad sin precedente. Su herencia es concederle a nuestro país su verdadero legado pluricultural, plurireligioso y plurilingüistico...de otra manera es avergonzarnos de la existencia del indio, de su tipicidad social y concepción del universo.
    Nuestra nación esta colmada de hallazgos arqueológicos, una visita al Museo de Antropología puede ilustrar a cualquiera de nuestra riqueza étnica, en realidad son siglos de cultura mucho antes que la colonia española, existen piedras labradas, glifos, templos, ciudades completas, que nuestra constitución parece ignorar.
    Podrán explicar los doctos que al garantizar los derechos individuales está implícita la mención indígena, no es correcto, puesto que una constitución refleja al pueblo que va a regir, de este modo como documento formador debe incluir el respeto por los pueblos inmersos en nuestro territorio ¿podrán decir que no existen? y esa en realidad es una forma de negación e injusticia para la etnia que ha formado a nuestra nación.
    Otras grandes naciones del continente han reconocido este concepto y lo incluyen en sus constituciones: México a partir de 1992, Bolivia 1947, Perú 1933 ¿no existe etnia en nuestra nación para reconocerla?.
    El reconocimiento étnico al final nos conducirá al encuentro de nuestra sociedad con la historia, al reconocimiento de nuestra sociedad plurietnica, que somos mestizos y no tenemos vergüenza de ello, como otros pueblos, somos productos de muchas culturas y que somos parte de la humanidad.
    ¿Podremos eliminar esta omisión histórica en nuestra constitución?

    http://archive.laprensa.com.sv/20060228/nacion/431190.asp

    ONU pide 28FEB006


    http://www.diariocolatino.com/nacionales/detalles.asp?NewsID=11603

    ONU pide 10MAR006




    http://www.laprensagrafica.com/lodeldia/156.asp







    USA 08MAR006

  • No es el comunismo o el anticomunismo nuestra razón de ser en la República

    No es el comunismo o el anticomunismo nuestra razón de ser en la República

    A Rafael Lara-Martínez

    Caralvá

    Primero fue un Golpe de Estado que rompió con el orden institucional y democrático, entre el 2 y 4 de diciembre de 1931.
    Luego el mayor invento político del siglo XX en El Salvador, la creación de la confabulación comunista, para justificar el Golpe de Estado y tratar de ganar el reconocimiento nacional e internacional.
    Bajo ese sustrato, se cometió el mayor genocidio en la historia republicana de la nación el 25 de enero de 1932.
    Un 25 de enero celebramos la conversión de Pablo al cristianismo, hace muchos siglos sucedió aquél acontecimiento celestial, lo cual no fue suficiente para evitar que se cometiera el mayor genocidio contra la etnia nahua de El Salvador. Aquél día se aniquiló sin piedad, a miles de pobladores de Izalco, Sonzacate, Nahuizalco y Juayua, en este último fueron quemadas las biblias protestantes y mataron a los recién convertidos por ser comunistas.
    La estela de muerte no fue denunciada por nadie, ni la Iglesia Católica, ni la inicial iglesia protestante, no defendieron el quinto mandamiento de la Ley de Dios: No Matarás. Tampoco hubo defensa de las iglesias o los gobiernos de Honduras, ni Guatemala, los únicos que dudaron de aquella barbarie fueron los costarricenses, condición que ahora agradecemos incondicionalmente.
    Se afirma que las tropas extranjeras no desembarcaron en la nación, la realidad es otra, podemos leerlo en: Reporte confidencial del V. G. Comandante Brodeur que desembarcó con tropas canadienses en Acajutla el 23 de enero de 1932 y recorrió las zonas afectadas por indios con el General Dn. José Tomás Calderón.
    La causa de aquella acción catastrófica, fue el levantamiento de la etnia nahua por: “fraude electoral, exclusión de sus tierras comunales (hasta 1879, un cuarto de tierra de El Salvador era de las comunidades indígenas), depresión económica”, recordemos que incidentes similares (saqueos) han ocurrido en Nueva Orleáns, Buenos Aires, Brasil, sin que los saqueadores sean acusados de “comunistas”.
    En El Salvador la solución fue tildarles a todos, sin excepciones de comunistas, aquella patraña fue inventada por los golpistas y su grupo de poder. Una supuesta invasión soviética fue el fantasma y la feroz mentira, pero la realidad era otra. El Partido Comunista de El Salvador, era apenas conformado por unos cuantos jóvenes entusiastas, sin capacidad orgánica, sin fuerza militar, solo tenían una valentía de nombrarse comunistas, que marginalmente actuaron por su cuenta.
    De esta falsedad se derivan muchos males actuales, la izquierda hace el juego a la derecha al continuar con esa dualidad estéril. No es el comunismo o el anticomunismo nuestra razón de ser en la República. Nuestra razón de ser en la República es la democracia. Ese lenguaje de armas, de gatilleros militares, de grupos clandestinos, de criminales asueldo, ha sido derrotado por la nueva realidad de Acuerdo de Paz y Derechos Humanos. Es hora de cerrar el ciclo histórico de calificar a cualquier opositor demócrata de comunista, porque es un invento del célebre militar golpista que fusiló a su propio Estado Mayor, cuando aquellos valientes militares trataron de restablecer el orden constitucional, el 2 abril de 1944.
    Ya es tiempo de pensar en una sola Paz para la Patria de Todos, fortalecer la democracia, impulsar la razón, el debate nacional por el futuro social, el recurso de la conciliación por métodos pacíficos. Cuando leo: "Yo no creo en la historia, porque la historia la escriben los hombres apasionados. Y mi conciencia me dice que he cumplido con mi deber" General Martínez… a nombre de todos aquellos nahua, civiles y miembros del Estado Mayor, que fueron fusilados, puedo afirmar: “la historia te condenará siempre” General Martínez.

    http://archive.laprensa.com.sv/20060228/nacion/431190.asp

    ONU pide 28FEB006


    http://www.diariocolatino.com/nacionales/detalles.asp?NewsID=11603


    ONU pide 10MAR006




    http://www.laprensagrafica.com/lodeldia/156.asp







    USA 08MAR006

  • Asesinato de un joven religioso llamado César

    Asesinato de un joven religioso llamado César

    Caralvá

    Hemos terminado nuestro noviazgo, la vida parece que asfixia mi destino. El recuerdo hiere y me encadena a su nombre.
    Me aferro al buen Jesús en este sufrimiento y por eso me acerco a las iglesias, por las noches me consuela el recuerdo de muchas reuniones. Jesús debe estar por algún lugar de las iglesias, en los silencios de los templos y los sitios de oración, no puede estar lejos, yo recorro esos caminos porque un día seré predicador de su palabra.
    Durante estos años he impulsado el albergue de San Vicente, visitado cárceles, promovido el apadrinamiento de los niños con la ayuda de amigos de otras naciones.
    Pero ahora combate en mi corazón, el recuerdo de ella y mi fe, estos últimos 5 años he estado a su lado y no puedo olvidar su sonrisa… ella vive en mí.
    A pesar de nuestras diferencias, no puedo soportar su ausencia.
    Hago mi mejor esfuerzo por olvidarla, realizó con mi entera voluntad el ejercicio de entregar mi alma al Creador y no supero su ausencia, las fuerzas me abandonan.
    Este sábado 3 de diciembre ella tiene la cena anual de la empresa, un lugar cercano a la exdiscotec Luceiro. Ese es un momento propicio para verla, me impulsa el recuerdo de su sonrisa. Decido ir por ella. La distingo entre la multitud.
    Hablé con ella, me escuchó con la paciencia transparente que la acompaña, se preocupó por mi salida nocturna y recomendó mi regreso a casa, era media noche. Su distancia me aleja de la felicidad.
    Decido entonces caminar por la ciudad de San Salvador, este día sábado 3 de diciembre de 2005, a lo mejor ya es 4 de diciembre y no me entero. La felicidad invade la ciudad, al caminar oro por todos, mi silencio interior pronuncia el nombre del buen Jesús, decido ir a la Iglesia de Cristo, que está sobre la 75 avenida sur, a un costado de la calle nueva No. 1, de la Colonia Escalón, acá existe otra iglesia, la del Corazón de María. Sobre el horizonte nocturno está la plaza de Bernardo O´Higgins, en su placa podemos leer: “en el año de la paz 1992”, con un mensaje del pueblo chileno...
    César caminó hacia su punto de congregación, pero sus pasos fueron interrumpidos por un par de jóvenes que sin mediar palabra le dispararon en 5 ocasiones, sobre la 75 Avenida Sur frente a la cancha, un pick-up abandonó el lugar, mientras César mortalmente herido fallecería minutos después.
    Tenía 24 años, estudiante universitario aspiraba a ser pastor de su Iglesia Bautista.
    No le conocí.
    Le vi respetuosamente a través de la ventanilla de su ataúd en la funeraria.
    Aquél día, una amiga nos comunicó la noticia.
    Ella nos relató esta historia. Mencionó que tenía un hermano gemelo, destacando el sentido de iniciativa de César. Sus compañeros de oración se consolaban afirmando: “así lo quiere Dios”. El dolor a pesar de todo, invadía muchos rostros en la funeraria. Al final, cuando nos despedíamos, llegó el hermano gemelo: Carlos, entonces tienes una sensación de conflicto instantáneo entre la vida y la muerte, era él en otro, eran dos polos de un mismo drama.
    Un joven fue asesinado la madrugada del 4 de diciembre de 2005, en su memoria anotamos estas breves palabras.