César Ramírez
@caralvasalvador
Seguro que recordaremos los meses entre junio 2014- junio 2015 por los esfuerzos en salir adelante de nuestro subdesarrollo histórico, bajo la gestión de la nueva administración por sus resultados visibles.
La democracia es el sometimiento de la minoría a la mayoría al amparo de la Constitución de la República dentro de un proceso legal, de tal forma que todo el ruido mediático negativo parece ser la orquestación de un partido de oposición para intentar cogobernar la nación.
Cuando el esfuerzo principal de la clase política no construye alianzas, es improbable que las metas de la nación prosperen, de ahí la necesidad de abrir espacios al diálogo permanente.
El diálogo entre los sectores nacionales es el instrumento para salir del retraso heredado por décadas de malas administraciones y contribuir significativamente por el cambio social. La herencia negativa es de tal magnitud que dos o tres generaciones no serán suficientes para eliminar el subdesarrollo, si en realidad el proyecto de nación es aceptado por las minorías, no existirá más beligerancia puesto que permitirá escuchar propuestas concretas en realidades verificables.
El diálogo en estos momentos parece una ficción, si la clase política falla en este objetivo, difícilmente saldremos adelante en el proyecto de nación.
Si el objetivo (del principal partido opositor) es un cogobierno, sus mensajes no ayudan en ningún sentido para la creación de alianzas, ni al diálogo político de la nación… En toda democracia el diálogo es el mecanismo idóneo para la gobernabilidad con proyectos de largo plazo como la seguridad nacional… ¿será posible encontrar acuerdos para el control de los grupos irregulares? o ¿éstos grupos solo son mecanismos de presión?, que coincide con la denuncia de calificarles de “mecanismos diabólicos” por la Iglesia Católica. Necesitamos construir una sociedad con nuevos valores, pero los puentes de entendimiento deben combatir a los enemigos de la sociedad como son los grupos irregulares que coaccionan a los sectores más pobres, debemos encontrar respuestas sobre ellos: ¿cómo se financian? ¿cómo se arman? ¿es nuevo el fenómeno o una conveniencia política?, si no existe un acuerdo de diálogo entre partidos políticos, ningún plan concluirá en resultados alentadores; no obstante el control de los grupos irregulares armados es impostergable.
El diálogo entre la clase política es un objetivo estratégico permanente, las alianzas por la seguridad son una obligación histórica, las cuales no se podrán lograr por campañas negativas, la democracia funciona si la minoría se somete a la mayoría, en este caso los últimos tres eventos electorales demuestran la voluntad popular que no desea retornar al pasado oligárquico.
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