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Blog - Page 42

  • Ante las extorciones

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    Caralvá

    Las extorsiones son una plaga del siglo XXI, ahora usual en El Salvador.
    A diario los ciudadanos se quejan de robos, pillajes, amenazas, saqueos a residencias o negocios, ventas de estupefacientes en sitios públicos, reclutamiento de menores por coacción, todo bajo las nuevas formas ilegales denominadas: maras.
    Existe un abanico de soluciones, pero las más apropiadas son las relacionadas con la educación de los jóvenes, en la prevención de la violencia.
    Además de comprender el fenómeno social de estas bandas delincuenciales, el estudio y divulgación del fenómeno por medios de comunicación debería ser una constante de campañas ciudadanas, puesto que no existe un día que la ciudadanía viva tranquila sin temer por su vida o sus bienes.
    No es exageración afirmar que muchos puntos de la ciudad viven en acoso permanente de estas bandas delictivas. Estas bandas usan los microbuses para delinquir, se observan microbuses en los alrededores de la Terminal de buses de occidente realizando circuitos extraños hasta el Hospital Roma, interceptando a otros microbuses y amenazando a otros conductores, sus ocupantes se ocultan en el piso del microbús y de nuevo retornan al circuito de maldad, existe temor de la denuncia, algunos denunciantes han sido asesinados, otros han logrado con éxito su cometido descubriendo a “personajes judiciales” que cobran extorsión, en franca complicidad de malos policías.
    Estudiar y divulgar los resultados, campañas mediáticas y de nuevo estudiar la evolución de este fenómeno asociado al narcotráfico debe ser una acción permanente de la sociedad, estas campañas deberían ser predicadas desde los altares de la patria hasta los altares más celestiales de todas las religiones, sin ninguna restricción porque está destruyendo los valores que han originado a la nación: Dios, Unión y Libertad; si piensan que es exagerado, preguntemos a los ciudadanos extorsionados que a diario reniegan de su seguridad y prefieren emigrar a Estados Unidos por el temor de represalias.
    Hace unas semanas la televisión norteamericana reveló un programa sobre este fenómeno social en Los Ángeles, California, donde los jóvenes de 12 años son reclutados y engañados por este sistema delictivo; estos jóvenes obligados a delinquir en poco tiempo no pueden escapar de la red del mal, en San Salvador la situación parece ser un espejo de aquella gran urbe.
    Con satisfacción observamos la veda de armas en lugares públicos y tenemos referencias de ciudades suramericanas donde se establece un Estado de Sitio para Menores de edad, a fin de cuentas los menores de edad ¿qué pueden aprender en las tabernas?.
    Ante las extorsiones lo mejor es la denuncia, la educación corresponde al Estado, a los ciudadanos no les corresponde tomar la justicia en sus manos, porque sería la perfecta excusa para eliminar inocentes a nombre de calumnias.
    La racionalidad pública, elemento olvidado de la nación debe considerar la educación preventiva de la violencia como acción estratégica, al igual que los alimentos y los empleos en esta época de crisis.

  • En el tanque… la credibilidad política

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    Caralvá

    Ahora lo primero que hacemos es observar el tanque de la gasolina, esta tan próximo que nuestras respuestas son medidas por cuantos cuartos de gasolina tenemos acumulados en el tanque del auto, pero si lo ampliamos podemos imaginar el tanque de los buses, taxis, motos, tractores, aviones, buques, etc. de esta forma toda operación comercial debe implicar costos sobre nuestros ingresos, en general, al final los pobres terminarán pagando el costo de la crisis, porque es lo más fácil para algunos, para los pobres es la peor de las medicinas.
    El tanque mide el pan, la harina, las medicinas, el salario mínimo, los servicios, hasta los frijoles, porque solo a “pocos” privilegiados les regalan la gasolina, a los demás no nos regalan ni el saludo…
    Es legítimo preguntarse por el futuro: ¿cómo estaremos en abril de 2009? cuando el precio de la gasolina llegue a $5 o $6…espero estar absolutamente equivocado y yo seré el primero en alegrarme, pero hacia allá vamos y sin frenos.
    Algo debemos tener claro, no buscar culpables evidentes, porque solo encontraremos inocentes, toca a cada sector hacer su mejor esfuerzo en la búsqueda de soluciones integrales, como nos repetían algunos maestros en el INCAE: “Duro con los problemas, blando con las personas”.
    El tanque de la gasolina parece que ha movido nuestro sistema de creencias, ahora creemos que las distancias son más largas porque la gasolina dura menos, creemos que el auto consume más cuando en realidad realiza el mismo trabajo con menos combustible, creemos que la aguja del marcador no se mueve cuando en realidad la aguja no miente en su recorrido a “tanque vacío”, creemos pecar por usar vías más largas para evitar el tráfico diario o elegidos de la Divina Providencia al exclamar: “Gracias a Dios tengo para la gasolina”.
    El costo de la gasolina es una magnífica oportunidad para los gobernantes de brindar soluciones y un factor que no distingue de banderas políticas; sobre este tema diversos sectores sociales públicamente han expresado puntos coincidentes: austeridad gubernamental, ejecución de proyectos pendientes, transparencia en el manejo de los dineros del pueblo, aumentos salariales, liberación de impuestos en productos básicos, garantía alimenticia para los más necesitados, defensa de empleos… etc.
    En el tanque también esta la credibilidad política, ahora no bastarán promesas, sino realidades en un mundo ahogado por los precios del petróleo, esta brecha de credibilidad implica muchas variantes, pero una parece indicar el camino de la razón, la nación debe comprometerse en una amplia alianza social para lograr acuerdos entre todos los sectores: gobierno, iniciativa privada, iglesias, partidos políticos, medios de comunicación porque el momento lo exige; ninguna fuerza por si sola puede hacer frente al golpe económico mundial, al menos de esta manera un pacto social podría atenuar este infortunio internacional.
    Es un buen momento para reflexionar que el mundo no llegará a su fin por el aumento del precio de los combustibles fósiles, pero si puede acabar con la credibilidad política de muchos representantes populares.

  • Sin anestesia para el dolor de la gasolina

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    Caralvá
    De pronto el detonante de los conflictos sociales, esta mas cerca de la gasolina que de organizaciones políticas, pero son las organizaciones políticas las llamadas a desactivar estos potenciales conflictos. La gasolina a fin de cuentas nos impone un cambio cultural en el mejor de los términos.
    Deberíamos plantearnos y con gran significado ¿Qué hacer ante la condición económica mundial y las soluciones posibles en la nación?.
    A la nación debemos aportar todos: sociedad política y sociedad civil, nadie debe excluirse, es un buen momento de emplear la palabra Ágape (αγάπη) como los antiguos filósofos griegos, en designio del amor a la verdad y la humanidad, puesto que la fiesta trágica ya se inició y sin invitación, esta fiesta durará al menos los siguientes 3 años… se llama: recesión económica.
    De esta forma las medidas audaces conocidas a la fecha, nos llegan del gobierno de los Estados Unidos de América que reparte dinero a sus ciudadanos… notable…casi llegamos al absurdo del capitalismo, puesto que el valor del dinero es generado por el trabajo, pero si lo regalan, entonces el valor dinerario es cero.
    ¿Por qué no realizar algo similar en la nación?...¡Absurdo!, para Estados Unidos de América no lo es.
    Además la iniciativa privada puede renunciar a ciertos privilegios y otorgar un aumento salarial a sus trabajadores, es más fácil otorgarlo por voluntad propia que aceptarlo como Ley de la República.
    A menos que se logre un acuerdo nacional, sobre la política económica, existen posibilidades que surjan espacios de trueques comerciales en muchos campos sociales, esta situación es propiciada por el desempleo y la pérdida de oportunidades para muchos. Ya existen trabajos físicos a cambio de alimentos, lo cual es aceptado por muchos y muchas.
    El tema no es simple para nadie, siempre que hablamos de renuncias económicas, la primera palabra que surge es de condena: “comunismo”, al igual con la palabra “ventajas económicas”, la palabra favorita es: “capitalismo”.
    Hemos propuesto que no sean los trabajadores, quienes paguen con su despido laboral, la inercia económica en las empresas o instituciones, la realidad nacional impone soluciones de cambio cultural con amplia participación e intersectorial.
    Las soluciones implican garantía de alimentos para las clases populares, como condición ineludible y objetivo nacional prioritario.
    No existe anestesia para el dolor que provoca el aumento de la gasolina y comprendemos los motivos de los aumentos, aunque no los compartimos, pero de sacrificios ya tenemos suficientes, es mejor eliminar impuestos, ampliar los aumentos salariales privados o públicos, pedir disminución de tasas de interés, pago de seguros a tiempo y no fraudes que retrazan el pago de terceras personas, etc., etc., se debe actuar ahora, para aliviar la economía de muchos ciudadanos y no esperar acciones predecibles por incapacidad en la visión social.

  • Tratado de Libre Migración

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    Caralvá

    Las historias de las tragedias de los emigrantes, se parecen cada vez más a una contabilidad de guerra política, una guerra de emigrantes contra la pobreza en sus naciones de origen, una desesperada lucha contra el destino anunciado a su generación y las realidades de su entorno, versus una leve esperanza de cambio en Estados Unidos de América u otras naciones de primer mundo.
    Son conocidos los motivos migratorios: conflictos sociales, trabajos temporales, residencias permanentes en otra nación, incluso recientemente: las extorsiones, secuestros y accionar de las bandas criminales denominadas “maras”, que obligan a la ciudadanía a emigrar y en esta decisión “forzada” se involucra a terceros países.
    La migración de Centroamérica involucra a México, la emigración de Suramérica y otros continentes involucra a Centroamérica, estos elementos del emigrante no pueden observarse aislados porque deben considerarse el origen, tránsito y destino de miles de personas que huyen de sus naciones.
    La migración es una especie de guerra irregular.
    En cierto momento debemos preguntarnos si existe un Tratado de Libre Comercio: ¿Por qué no realizar un Tratado de Libre Migración?.
    La ausencia de un Tratado Migratorio entre nuestras naciones genera miles de injusticias para los emigrantes, que abandonan sus tierras porque simplemente las políticas estatales no contemplan rubros tradicionales en sus trabajos generacionales.
    Cuando una persona opta por la migración ilegal en Centroamérica y otras regiones del continente, asume una condición de pobreza material, consciente o inconscientemente se ubica en un estado de marginalidad social, además percibe un deterioro en su concepción de justicia, se convierte en una persona desesperada por escapar de la realidad…
    Esta condición de deterioro no termina con sus esperanzas, pero en su afán migratorio a cualquier costo, los emigrante se exponen a vejámenes inhumanos, abandonos en pleno desierto, asfixia en vagones de trenes, muerte en compartimiento de camiones, lanzamientos en alta mar, vejaciones sexuales, físicas, robos, mutilaciones, incluso ahogamiento en represas mexicanas, como el reciente caso: al encontrarse atrapados en pequeños espacios de un camión de electromésticos, un camión de traficantes se hundió 20 metros en aguas de una represa llamada: La Angostura... etc.
    Las frías estadísticas muestran que cada año transitan 500,000 centroamericanos de México hacia Estados Unidos, solo en el año 2007 en la frontera sur de México, fueron detenidas 183,000 emigrantes, 84,000 guatemaltecos, 58,000 hondureños y otros tantos salvadoreños…
    Es previsible que el flujo migratorio aumentará en la misma proporción que la recesión económica, con números de tragedias similares a los anotados, pero ¿qué hacer?, si gran número de nuestra población está condenada a emigrar, lo menos que podemos hacer es solicitar un Tratado Migratorio para potenciales trabajadores temporales, un Tratado que dignifique a los emigrantes y no les condene a la peor condición migratoria: desaparición física, sin rastro alguno.
    Al menos un Tratado Migratorio normará este vacío legal internacional, que solo provoca corrupción, crimen organizado y vergüenza a la humanidad.

  • La transparencia en la crisis

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    Caralvá

    Varios factores moldearán la opinión pública en los siguientes años, porque el centro de gravedad comercial tendrá por nombre: recesión económica.
    Diversos estudios coinciden que Estados Unidos irradiará para el resto del mundo disminuciones en las inversiones internacionales, retroceso en envío de remesas y contracción financiera.
    Ante este panorama desalentador, la administración gubernamental deberá responder con la mayor transparencia posible, puesto que la crisis exigirá una severa austeridad y ahorro de los dineros del pueblo, junto a un trabajo demostrable a favor de la ciudadanía. Trabajos visibles en: agua potable, vivienda, seguridad, austeridad y control de la corrupción.
    Como si fuera poco, la crisis incluye a toda la ciudadanía, pero en la transparencia el factor principal es gubernamental; también exigirá a la clase política austeridad en el manejo de los fondos institucionales al igual que los poderes locales, porque ahora la palabra ahorro es una palabra muy usada, pero en breve será superada por: “estamos jodidos”.
    Tendremos panoramas difíciles para escoger entre: gasolina y pan, pago de las deudas y gastos “obligados”, ahorro en los servicios o renunciar al entretenimiento familiar… etc. Todo esto con el “ojo avizor” hacia los administradores del gasto público y la clase política, que son los destinatarios de nuestros impuestos.
    Si los despidos están a la vuelta de la esquina y por todos lados escuchamos tristes historias de incertidumbres laborales, en mucho agradeceremos como ciudadanos, acciones gubernamentales que compensen esta situación, puesto que los intereses nacionales estarán a prueba en muchas áreas, pero nunca es mala la ponderación, puesto que este imprevisto colapso internacional debe catalizar un encuentro entre la iniciativa privada y la iniciativa social.
    No esperamos “discursos para las masas” cargados de conceptos que generan odio, ni culpas para todos menos para el partido, ni chantajes políticos a cambio de votos electorales; la crisis es un magnífico momento para un encuentro nacional que no identifique ideologías, por que la crisis vive ahora en los precios de los productos básicos y desempleados.
    Durante estos años, el conflicto entre: presidente del partido y presidente de la nación, no ha permitido una administración transparente, ya es tiempo de romper ese conflicto por la elección del nuevo candidato, es un buen momento para que el Presidente de la República esté liberado de su partido y lidere a la nación en sus intereses, lástima que solo queden unos cuantos meses de su gestión.
    La transparencia puede ser un punto de encuentro para todos, incluyendo a la oposición política, al aceptar que la crisis mundial esta en la agenda política, no como un bastión de votos, sino como un elemento ineludible, que incluye el tiempo de administración en un posible triunfo electoral.
    Si la crisis capitalista se politiza, nos irá peor a todos, pero con la transparencia en la información de temas sensibles (evasión de impuestos, acuerdos con transnacionales, dispendios secretos, gastos de representación, “imprevistos”…) al menos tendremos un bálsamo para calmar tanto malestar nacional.

  • Quieren incendiar nuestros bolsillos

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    Caralvá
    En Suramérica, la paz continental puede destruirse si los gobernantes no reflexionan y no escuchan a sus pueblos que desean la paz. El costo económico directo por cualquier aventura militar, será pagado por los pueblos en las siguientes tres generaciones. El incidente que ha originado el conflicto diplomático entre Colombia, Ecuador y Venezuela, es la conocida incursión militar colombiana en territorio ecuatoriano y donde falleció un líder de las FARC. La movilización de tropas hacia las fronteras comunes de dos de las naciones involucradas no presagia buenos tiempos para la paz.
    Las FARC que sostiene una lucha interminable con los gobiernos colombianos, han enviado señales de graves desviaciones y descomposición de sus principios (si es que alguna vez tuvieron un ideal socialista o revolucionario), porque ningún grupo guerrillero clásico de los años sesentas o setentas en América Latina actuó con tal descrédito internacional al secuestrar masivamente a civiles e ignorar toda asistencia humanitaria. Los ciudadanos fugados narran dolorosas experiencias: secuestro de ciudadanos extranjeros, negación de auxilios médicos, encadenamiento permanente, incomunicación e indiferencia ante los prisioneros enemigos. Tal es la desnaturalización de las FARC que ningún Estado del mundo les reconoce el Status de Beligerancia, ni los foros de las Naciones Unidas, a pesar de permanecer en su lucha armada más de 40 años.
    Su contraparte, las Fuerzas Armadas de Colombia realiza acciones tan grotescas que no distinguen entre campesinos y grupos armados en las zonas de combate, han realizado fumigaciones masivas contra la cocaína, sin distinguir legítimos cultivos alimenticios de campesinos, además de matanzas registradas en el amplio historial de esa guerra absurda. Debe mencionarse que los desarticulados grupos paramilitares cometieron tantos atropellos y crímenes en complicidad de los líderes políticos de turno, que su espectro llega al presente.
    La guerra en Colombia se desarrolla en una vasta región selvática despoblada, mucho más grande que Centroamérica, florecen zonas sin control gubernamental, territorios con ejércitos privados, narcotraficantes, zonas de control guerrillero, delincuentes comunes-exparamilitares, un mosaico de bandas armadas que ejercen poder local sin ninguna ley más que sus armas.
    Cabe mencionar que Estados Unidos durante años ha intervenido directa e indirectamente en esta nación, principalmente por el factor de las drogas, que a pesar de las fumigaciones y acciones especiales durante décadas, no logra quebrar la producción masiva; el drama de Estados Unidos es el monstruo bicéfalo: Consumidor-Productor, una cabeza reside en las calles norteamericanas y la otra en la selva suramericana, este factor desestabilizador toca a Centroamérica y no dudamos que ese ilícito llegue hasta nuestra calles. La reciente noticia de la captura de una banda de traficantes y distribuidores de cocaína en San Miguel no debe pasar desapercibida, puesto que esa sustancia se produce a escala en Suramérica.
    La razón escapa de las naciones como la verdad a los políticos, es más fácil mentir con objetivos de guerra que proclamar la paz ante los fusiles. De acontecer ese evento maléfico, el fuego bélico de Suramérica terminará incendiando nuestros bolsillos en Centroamérica, por la chispa de la gasolina. Solo la paz puede apagar ese conato de incendio.

  • El pastor y el financiamiento extranjero

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    Caralvá

    Vivimos una realidad de imágenes, en ocasiones vivimos más de imágenes. La realidad se convierte en percepciones. En pocas palabras: “imágenes y apariencias”, pero con una potenciación instantánea: los medios de comunicación.
    Cada historia en una precampaña política, implica la creación y recreación de personas dedicadas a reproducir esquemas de comunicación que alimentan las percepciones de las multitudes, alimentan euforias y tristezas, crean héroes y demonios; condiciones nada nuevas en los esquemas mediáticos, pero estas figuras se acrecientan en los tiempos de precampañas o campañas electorales.
    Los receptores adoptan patrones generales de estas especies divulgadas sin prueba alguna, pero tras este telón artificial, algunas instituciones conservadoras no actúan como pasivos divulgadores de infundios sino en plena complicidad política.
    Muchas de estas acciones son el preludio de otros planes mejor articulados que muy pronto comenzarán a divulgarse, en el marco general de ganar la campaña presidencial, siembran infamias. Este marco de comunicación tiene por objetivo la destrucción de la confianza política y un valor que entrará en crisis es la “paz social” puesto que existe violencia de imágenes que orientan la conducta de las multitudes, el resultado no puede ser más que odio contra los adversarios políticos.
    Pero todo el esquema mediático busca a un héroe salvador de todos los males, un héroe que permitirá la construcción o en su caso la continuidad de “su bien social”.
    Extraño escenario, así viviremos los próximos meses, donde la imagen y la palabra trabajan a favor de un solo señor: el poder político.
    ¿Qué valores pueden ser la guía para entender el entramado mediático?
    Primero nuestro trabajo. Esta palabra define la relación de nuestras familias y las condiciones sociales donde pasamos día con día. Ante la imaginaria explosión negativa de los mensajes mediáticos cabe afirmar que difícilmente podemos descender más en la precariedad de los empleos actuales, excepto las empresas que reportan ganancias superiores al EBITDA de 51% sobre el ejercicio del año anterior, las demás, no tienen buen pronóstico, ante la recesión económica y los pronósticos de los siguientes meses. El trabajo y los valores sociales que aún conservamos nos hacen prever que aunque nos afirmen que seremos más pobres por un esquema social, no tenemos más alternativa que continuar trabajando como hasta el día de hoy, sin temor alguno.
    Otro valor que nos orienta ante esta situación es la Historia y aunque para muchos, la Historia sea lo mismo que papeles muertos, la historia personal es la que acompaña a los ciudadanos en estos tiempos, esa historia que optó por una nación en democracia.
    Existe otro parámetro que nos puede orientar en estas condiciones, es la cultura popular, la misma que ante la intoxicación mediática que nos habla del paraíso social que vivimos, el clima de inseguridad e inestabilidad laboral acecha nuestros hogares y la familia.
    Si nos hablan de financiamiento extranjero para campañas políticas y nos piden creer este cuento, en realidad es la misma fábula de Esopo: El pastor y el lobo…se repiten tantas mentiras que nadie las cree, incluso si lo hacen de rodillas… y eso fue escrito hace miles de años.