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zoonpolitikom I - Page 38

  • Los contribuyentes: solidarios con la nación

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    César Ramírez

     

    @caralvasalvador

     

    Somos contribuyentes desde el momento que realizamos un trabajo asalariado, pero también por cualquier transacción comercial durante nuestra vida social. Un contribuyente es una persona física con derechos y obligaciones frente a un ente público, en general las declaraciones de la renta anual son obligatorias.  El destino de nuestros impuestos es materia política, es un discurso electoral, en muchas ocasiones manipulado hasta el cansancio, no obstante recientemente notamos cierto alivio en las demandas sociales, la inversión en educación, salud, comunicaciones, infraestructura, etc., éstas acciones parecen responder al clamor popular de mejores servicios, al final los impuestos son el financiamiento directo del Estado, con todas sus implicaciones. Los contribuyentes son personas físicas o personas naturales. Todo ciudadano que en alguna ocasión se integró a la economía “formal” conoce el rigor de pagar impuestos, es una condición sistemática que se inicia al momento de registrarse el sistema tributario, así se crea el diálogo fiscal entre Estado, Sociedad (privada, jurídica), ciudadanos, Entidades Comerciales, etc. Ese diálogo impositivo finaliza con la muerte individual, no obstante en ocasiones se prolonga después de la muerte por deudas jamás pagadas al Estado… No obstante existen personas que no pagan impuestos, ahí están las leyes para eximir de cargos a entidades sin fines de lucro, asociaciones humanitarias, asociaciones de voluntariado social, etc. Este caso es contemplado por las leyes. No obstante cuando la evasión fiscal se comete con dolo por personas físicas o jurídicas, empresas comerciales, este acontecimiento tiene otro carácter. Un caso: aquella persona física jamás se inscribió como contribuyente, no tiene por lo tanto antecedentes de ingresos, egresos, transacciones comerciales, está limpio, sin embargo es socio mayoritario de sociedades comerciales por medio de acciones de terceras entidades en una sociedad anónima, en otras palabras de capitales; ausente de la junta directiva los dividendos de la sociedad comercial tiene un destinatario lícito, de ahí salen los bienes inmuebles, propiedades, fortunas financieras, todo el conjunto de acumulación que el sistema permite…no obstante ésta persona “no paga impuestos”… aquellas propiedades simplemente no están a su nombre. ¿Cómo puede suceder esto? Las leyes vigentes son ingenuas en muchos aspectos. Este caso es “normal” en las Sociedades Anónimas, sucesiones, etc., donde existen testaferros ridículos, pero dejan visibles el rastro de fortunas y lujo inexplicable, de esa forma se evaden impuestos hacia el Estado, que dañan a la nación en todo sentido. El caso se parece a las fortunas provenientes del reino de la fantasía, contrabandos de ilícitos, etc., los cuales parecen anónimos, no existen rastros de ilegalidad y sin embargo: “de la nada” disfrutan de lujos que las personas comunes no lograrán jamás.

     

    Debemos modificar las leyes tributarias, si vivimos en capitalismo todos debemos pagar impuestos, no es posible que los trabajadores cumplan mes a mes con sus deudas fiscales, mientras los evasores fiscales se amparen en esa ausencia de regulación tributaria. Debemos ser solidarios con la nación.

     

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  • Consciencia de desarrollo nacional

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    César Ramírez

     

    @caralvasalvador

     

    La nación necesita un nuevo modelo de Iniciativa Privada, que considere a los trabajadores su principal activo, además con un sentido fundacional hacia el Siglo XXI orientado en el objetivo estratégico de la inversión nacional. La imagen del sector privado es de confrontación permanente contra el sector gubernamental, específicamente los últimos cinco años sus mensajes son políticos, contrarreformas, crispantes, con una exagerada visón catastrófica donde viajamos hacia el abismo sin ninguna posibilidad, aún están frescas la palabras: “solo un loco puede invertir en El Salvador”, además las declaraciones incendiarias de la última campaña electoral, etc., etc., estamos tan sensibles al tema de la Iniciativa Privada que cualquier crítica hacia esa entidad parece un pecado mortal, como si no viviéramos en una nación plural, tolerante, multicultural y democrática.  Un poco de historia nos haría recordar la confrontación de la Reforma económica de la Democracia Cristiana en los años ochenta, luego la resistencia de un sector conservador que años después ejecutó la contrarreforma del sector financiero, así los bancos regresaron a una verdadera élite de poder y sus huellas aún son visibles en la sociedad, posteriormente así se transfirieron enormes cantidades de dinero a Costa Rica en el caso Finsepro-Insepro y recientemente la historia se repite con un banco salvadoreño en operaciones sospechosas. Si continuamos con los ejemplos la última campaña electoral es significativa, pero si nos proponemos cambiar el lenguaje: amigo-enemigo para eliminar la confrontación permanente, debemos ampliar la visión hacia un concepto nacional de: “conciencia de desarrollo”, aunque esto parece un espectro inmaterial e infantil, si la nación no construye un concepto de unidad y consciencia de trabajo entre los sectores: Gubernamental, Iniciativa Privada, Trabajadores, Comunidades etc., todas las profecías apocalípticas que conocemos serán una realidad. Es usual culpar al Gobierno de todos los males, pero no es usual preguntar sobre la responsabilidad de la Iniciativa Privada en campos como: Seguridad, Desarrollo Local, Educación, Inversión Social, Oportunidades para jóvenes excluidos etc. La ausencia de la consciencia de unidad nacional nos lleva a la confrontación permanente, ésta consciencia debe observarse en temas como: solicitar la inversión internacional norteamericana en muchos niveles. La política fiscal no debe ser es un tema sensible, crispante y explosivo,  de igual forma en: pensiones, sistema tributario, transparencia, inversión local y un largo recuento de intereses compartidos entre gobierno, iniciativa privada, trabajadores, que tienen como denominador común la pérdida de confianza entre unos y otros. Para construir la confianza se necesita “delegar responsabilidades” entre los sectores interesados, pero si no existe ningún modelo de participación, ni siquiera un mínimos concepto de conciencia por el desarrollo, nuestra realidad es muy desalentadora. La iniciativa privada necesita planificar sus proyectos a largo plazo, el gobierno necesita consolidar sus políticas tributarias, los trabajadores necesitan aumentar su nivel académico y humano, esta condición se traduce en una nación competitiva, que necesita demostrar que un producto local tiene calidad demostrable en todo el planeta. Me parece que ese es el camino, pero los sectores nacionales de trabajadores, iniciativa privada y gobierno tienen la palabra.

     

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  • Justicia y democracia ahora

     Imagen tomada del sitio web de la Policía Internacional (Interpol) que difunde en su lista de personas más buscadas al expresidente de El Salvador Francisco Flores.

     

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    César Ramírez


    @caralvasalvador


    La democracia funciona en este momento histórico, nuestro deber es contribuir hacia un nuevo horizonte de paz social. Después del momento electoral aún están presentes las heridas provocadas por la propaganda negra usada furiosamente en la campaña presidencial, ahora se inician los procesos jurídicos contra algunos personajes que confundieron  la difamación con la propaganda política, de tal manera que violaron los derechos civiles del primer ciudadano de la nación. En esencia los procesos jurídicos no son procesos políticos, no son defensas de tesis liberales contra antítesis conservadoras, no es el Estado contra un ciudadano, es un ciudadano en defensa de sus derechos legítimos contra otros ciudadanos, de tal forma que ésta condición no es una persecución política; y se resolverá por las instancias que imparten justicia.


    La famosa tesis fascista: “miente, miente, que algo queda”, fue derrotada, la población no creyó la patraña divulgada por diversos medios de comunicación, ni aceptó como argumento las difamaciones estructuradas por rumores perversos, ahora el ajuste de cuentas se resolverá en los juzgados. La propaganda negra sirve:  “para difamar, avergonzar o tergiversar la naturaleza real del enemigo o el conflicto”, éste viejo método fue usado por Hitler en su libro Mi Lucha (donde implanta la Gran Mentira), pero en nuestra nación en tiempos pasados, era un recurso ordinario, con una breve mirada de calificación de los adversarios del autoritarismo llenaríamos volúmenes, de igual manera durante el conflicto de los años ochenta, esta acción parece que resucitó en el momento electoral y es difícil olvidar los trol informáticos, uso de estadísticas, líderes de opinión etc.


    Es notable el modelo educativo que observamos en este evento, un expresidente procesado judicialmente, dos diputados que podrían perder el fuero político, otro ciudadano procesado por difamación.


    No obstante si nuestra democracia es fuerte, se impondrá la justicia.  Este momento nos invita a la reflexión, debemos trabajar por una nación diferente.  Democracia es dialogar, construir consensos, ejercer la justicia ciudadana, ganar el futuro. Democracia es el sometimiento de la minoría a la mayoría, lo cual implica: tolerancia, pluralidad, reformas constitucionales etc., este momento es crucial debido al avance regional en muchas áreas económicas, aumento del desarrollo humano, integración internacional etc., es notorio el agotamiento de la forma de gobernación oligárquica, ya no es posible que el Estado sirva a intereses particulares,  se necesita un Estado moderno sin peculado, nepotismo, tráfico de influencias, etc. Esencialmente una relación Estado-Sociedad acorde al Siglo XXI. Pensar en la sociedad post-electoral significa abandonar la concepción ideológica en la conducción nacional de los sectores: Productivos, Profesionales, Agrícolas etc., crear una cultura que nos permita liberar a los pobres de su esclavitud estructural, ésta no puede ser de otra manera que creando riqueza, generando una nueva iniciativa privada incluyente. www.cesarramirezcaralva.com  

     

  • 1° de Mayo por la defensa de los trabajadores

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     César Ramírez

     

    @caralvasalvador

     

    En la segunda década del siglo XXI, las amenazas a los trabajadores ya no son las huestes fascistas, ni las dictaduras, ni los esbirros escuadrones de la muerte, sino las nuevas bandas criminales que asesinan a: niños, niñas, padres de familia, maestros, transportistas, taxistas, soldados, policías, oficiales  militares activos o en retiro, profesionales etc.  Tomando en sus manos la vida de ciudadanos valiosos. Los ciudadanos honrados son trabajadores, se ganan el pan a diario con gran esfuerzo, en estos días vivimos el luto de las familias indefensas ante el sicariato de estas bandas criminales. Parece que nos acercamos al agotamiento de las propuestas democráticas, un camino tortuoso conocido en la historia de otras naciones, por ello abogamos por una victoria definitiva contra el mal enquistado en las maras. La defensa de los trabajadores debe partir de sus propias estructuras cuando no tienen otro recurso social, es muy doloroso el cuadro de violencia que refleja el asesinato de honrados trabajadores a manos de asesinos armados.  Es evidente que ningún gobernante quiera homologar a Hitler en su camino represivo, pero debemos preguntarnos sobre las soluciones posibles de los trabajadores.

     

    Colombia respondió en su momento con organizaciones que al nombrarlas provocan horror, en México ahora existen “autodefensas”, en Guatemala se producen linchamientos públicos y en Costa Rica los ciudadanos también han demostrado su enojo contra un bandolero que atacó a una mujer embarazada, no es necesario recorrer los caminos conocidos; para algunas personas la victoria sobre los enemigos de la sociedad (los antisistema, los terroristas, los que no desean la paz bajo ningún argumento), no puede ser otro que los ríos de sangre justamente vengativos, que también llevarán la bendición de Dios y la alegría popular;  pero este camino no debe suceder, no repetiremos el error del Antiguo Testamento: “ojo por ojo”, “diente por diente”,  en otras palabras: “sangre por sangre”…. Ese camino nos conducirá  a la destrucción histórica similar a: Alemania Nazi, Yugoslavia –secesión balcánica-, algunas naciones africanas con sus luchas tribales, nuestra guerra civil con todas sus atrocidades… ya conocemos esos destinos.

     

    No debemos repetir el camino de Caín y Abel, no seremos otro Caín, por lo tanto el mejor camino para combatir: la extorsión, la organización para delinquir, el terrorismo, las drogas, etc.,  es el desarme de los antisistema, un cambio de actitud, una oportunidad de esperanza, un acto de buena voluntad visible y verificable, de otra forma el llamado a la autodefensa civil cobrará fuerza incontrolable, donde al final existirá el reino de la venganza. La autodefensa de los trabajadores está implícita en los artículos constitucionales del 1° al 28  de nuestra Constitución, pero no son válidos para aquellas personas que comente actos terroristas y no tienen calidad ciudadana. El día de los trabajadores salvadoreños recuerda a todos aquellos: hombres y mujeres que ofrendaron sus vidas por una nación diferente: democrática y en paz social, ahora en la segunda década del Siglo XXI, con las banderas de la libertad frente al capitalismo salvaje, también es tiempo de las nuevas batallas contra los antisistema; la autodefensa será innecesaria si todos aquellos que ahora cometen actos contra inocentes, deponen su actitud ante la legalidad de nuestra Constitución.

     

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  • No al expansionismo del crimen organizado

     

     

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    César Ramírez

    @caralvasalvador

    Parece que la campaña política (en referencia al tema de seguridad pública) sigue en tiempos postelectorales, aquellas expresiones de diversos tonos, con una divulgación masiva de mensajes partidarios dañaron la credibilidad de muchas personalidades. La seguridad nacional fue lesionada gravemente cuando se removieron a los militares retirados de sus puestos de mandos por un mandato constitucional, este concepto pesa ahora más que antes, por lo menos tenemos a quién atribuir la escalada de violencia que vivimos, al menos ahora observamos severas diferencias: aumento de asesinatos, ataques a miembros de la Policía Nacional Civil, incremento de violencia armada contra ciudadanos indefensos, matanzas de familias, uso de armas de fuego exclusivas del ejército, etc. No obstante, antes de la declaración de inconstitucionalidad existían resultados visibles, había el innegable evento de la disminución de la violencia, desafortunadamente al politizar el tema de seguridad y con el objetivo de ganar votos para un partido en lugar de pensar en la nación, aquella iniciativa culminó en la ruina actual. Ahora podemos discutir con resultados.  La ciudadanía tiene cansancio de lamentarse por tanto luto, mientras el número de víctimas crece, la realidad que vivimos no puede dejarse en manos únicamente de los políticos y personajes dignos de una novela de García Márquez jamás escrita: “de las maras y otros demonios”, después de tantos lamento, ¿por qué no preguntan a las víctimas los procedimientos a seguir?, ¿preguntemos a los familiares qué acciones tomar?, la definición de estos actos tiene nombre: TERRORISMO. Estos señores del mal, son muy afortunados por habitar este territorio centroamericano, imaginemos que tratamiento tendrían en una nación de primer mundo, pero si esto es demasiado, pensemos el tratamiento hacia los terroristas en cualquier nación de Asia, para no ir demasiado lejos, ahí está Sudamérica… el juego político electoral, pre-electoral, postelectoral, pretende ser la moneda de cambio por el ascenso de algunos personajes fracasados hacia el parlamento salvadoreño por el tema de la Seguridad, pero las soluciones han sido escritas hace mucho en naciones como México, Colombia, Estados Unidos que saben muy bien aplicar los procedimientos antiterroristas. Si recordamos la Historia del siglo pasado, llenaríamos páginas de sangre por acusaciones similares, que no vale la pena mencionar.

    Las soluciones deben ser de la misma naturaleza que los delitos contra la población civil, no se puede combatir el terrorismo con campañas electorales, ni promesas, ni relatos de héroes contra dragones, debemos reformar la constitución, defender a la Policía Nacional Civil con leyes que protejan su accionar, aumentar la capacidad de la represión legal, eliminar cualquier defensa jurídica a los sujetos identificados de cometer actos terroristas, nuestra democracia no sobrevivirá a la negligencia jurídica de quienes odian la paz social a nombre de un partido político, cuando la nación somos todos. En democracia podemos encontrar soluciones, pero debemos reaccionar ya, no es posible imitar Arthur Neville Chamberlain, que permitió el expansionismo nazi a nombre de la paz, este podría ser nuestro destino: “permitir la expansión decisiva del crimen organizado y el resultado será la destrucción nacional”.

     

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  • Democracia e Historia

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    César Ramírez

    @caralvasalvador

    Hemos reseñado en un artículo anterior los antejuicios contra expresidentes de la República, procedimientos realizados por la Asamblea Legislativa en el siglo pasado específicamente contra: Don Jorge Meléndez (1919-1923), Dr. Alfonso Quiñonez Molina (1923-1927) y Dr. Pío Romero Bosque (1927-1931), esos casos implican daño al Estado por compra de bonos inservibles y otros delitos económicos… no obstante en meses recientes conocemos otro procedimiento contra el expresidente Francisco Flores, con el mismo tema: “daños  al patrimonio de la nación”, estos casos nos ilustran sobre los procedimientos democráticos, como también en el conocimiento de nuestra Historia. Los recientes acontecimientos en el caso CEL-ENEL con acciones jurídicas contra antiguos funcionarios gubernamentales, confirman un cambio en el modelo de justicia nacional. Los procesos tienen un precedente en el siglo pasado, educan a la población en la defensa del Estado, puesto que el daño patrimonial implica a las futuras generaciones de salvadoreños. Aún frescas las múltiples declaraciones políticas del evento electoral, la perspectiva es alentadora sobre un caso emblemático con procedimientos que riñen con una maquinaria satánica que pretende otorgar los bienes patrimoniales de la nación a una empresa extranjera incondicionalmente, el caso ha dibujado un mapa de aliados hacia ese plan que connota una historia política, con signos ideológicos perversos. No se trata de una persecución política, puesto que ya no se disputa el voto,  el evento electoral finalizó el 9 de marzo, se trata de una generación conceptual de igualdad ante la ley, es muy significativo que la institucionalidad funcione. De la misma manera que se genera una expectación sobre el resultado judicial, también debe ser importante definir hacia donde se dirige la nación en materias tan vitales como los dineros del pueblo, vamos hacia una sociedad democrática… con un sentido de igualdad histórico. Este tema implica una arista filosófica planteada hace mucho por Aurelius Agustinus: “el mal de la política o la política del mal”… condición que refleja un carácter individual y social, individual: puesto que existe un Ser que comete un delito conscientemente;  social: puesto que un grupo de personas le apoyan con toda su inteligencia, es muy similar a Hitler, no estaba solo; en cualquier caso nos obliga a elevar nuestro nivel de ciudadanía. Así la justicia intenta en nuestro Siglo XXI educarnos sobre un caso ejemplar, casi una utopía, “somos iguales ante la ley”, de ser así una ventana parece iluminar nuestra oscuridad, las cárceles tendrán nombres comunes y corrientes, junto a una multitud de apellidos ilustres… porque quizás existen más aspirantes a oligarcas que pobres en El Salvador.

    Es muy sintomático este evento, puesto que explica el perverso modelo que produce miles de pobres al robar el dinero del pueblo, el producto final es una nación con sed de justicia, por ello cuando veo la realidad nacional veo en los pobres la verdad, ellos no mienten con su despojo, en ellos reside la injusticia estructural, son la verdad viviente. En consecuencia debemos avanzar en la democracia y que la justicia funcione.

     

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  • Después de las elecciones, vamos hacia…

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    César Ramírez

     

    @caralvasalvador

     

    Una sociedad más justa. Una sociedad solidaria. Es la mejor respuesta del presente.

     

     La democracia fue sometida a una consulta institucional, donde por momentos creímos regresar al pasado con llamados: a la violencia, sedición, proclamas de fraudes, la justicia como testigo de pruebas históricas, la crispación de los “generales en retiro”, clamando por el retorno al autoritarismo etc… el momento electoral conjugó el pasado, presente y el futuro en ese momento estelar de consulta a la voluntad popular, existían varios tiempos simultáneos: “presente del pasado”, presente del presente” y “presente del futuro” como los enunciados de Aurelius Agustinus, aquella antigua y despreciada dialéctica griega, al final, la democracia sobrevive y con buena salud… la vida es un acto filosófico porque siempre estamos determinando nuestro destino en este momento. ¿Hacia dónde vamos?... la sencilla respuesta de una sociedad más justa, encierra un signo de esperanza y una realidad que soportamos como nación por la herencia histórica que nos atrapa; sabemos que venimos de un época colonial, con pueblos originarios olvidados, de guerras federales en una frustrada nación centroamericana, dinastías civiles, el autoritarismo rampante, la negación de los procesos electorales del siglo XX y una dolorosa guerra civil, eso lo conocemos, la historia tiene en cada uno pedazos de tiempo sin tiempo, porque es el presente de muchos. Nuestro presente a partir de la guerra civil es una construcción democrática, con veinte años de un gobierno conservador que tiene profundas huellas en la realidad nacional, a la vista la desigualdad de “oportunidades” y las diferencias con  la movilidad social, con el lastre cultural de la exclusión como insignia política, porque muchos aún en su condición desamparada, postrados en sus límites laborales rinden culto histérico a la violencia profascista disfrazada de odio al comunismo… en realidad el comunismo no existe, ni tampoco el “socialismo del siglo XXI”, solo existe esta sociedad salvadoreña fragmentada artificialmente por la ideología que no sirve para alimentar a nadie, solo para movilizar pasiones, de tal forma que un nuevo Gobierno Justo, sin “viñetas” artificiales producto del marketing político, un “Buen Gobierno” podrá en la realidad orientarse hacia la eficiencia social y la gobernabilidad. Se imponen cambios de paradigmas en la sociedad salvadoreña, no es posible que en cada proceso electoral la “guerra fría” esté entre nosotros cuando ese concepto murió en 1989… ya es tiempo de salir del pasado. Una sociedad justa podrá profundizar en su historia, el pensamiento social, las libertades, los derechos, la defensa del trabajo, sus instituciones, la Cultura Democrática, conformando una estabilidad democrática “envidiable” como otras naciones… no todo corresponde al Estado, los ciudadanos debemos ser parte de esta realidad, participando con nuevas iniciativas.

     

    Hacia dónde vamos como sociedad salvadoreña, es una pregunta compleja, pero en pocas palabras me parece que hacia una sociedad justa y solidaria, un camino posible del ideal que las mayorías desean.

     

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