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zoonpolitikom I - Page 54

  • Violencia del narcotráfico en Mesoamérica

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    Caralvá

     

    Los recientes incidentes de violencia en México, cuando el domingo 13 de mayo 2012, 49 cuerpos mutilados fueron encontrados en una carretera aledaña a Monterrey, parece configurar una mapa sangriento que irradia a la zona mesoamericana, esta región parece ahora una geografía de combates que implica a una docena de nuestras naciones, o quizás a toda la región latinoamericana.

     


    Centroamérica, Colombia, Venezuela etc. sufren un fenómeno común cuando se trata de bandas armadas ilegales que cometen atropellos contra civiles desarmados, en esencia son actos terroristas que atentan contra todo orden institucional de nuestras naciones. Las investigaciones aún están en proceso pero con justificados temores Centroamérica sospecha que podría tratarse de inmigrantes de paso hacia los Estados Unidos. La disputa de estas estructuras de crimen organizado no tiene límite, con lujo de barbarie cometieron en abril de 2011 el terrible asesinato de 193 inmigrantes centroamericanos en el Estado de Tamaulipas, situación que podría ser el escenario de este último acontecimiento.

     


    El contexto general de nuestras naciones es dramático, puesto que la emigración de poblaciones económicamente activas sigue sin alteraciones evidentes, porque muchos compatriotas se ven forzados a huir de sus comunidades por la propia violencia que ejercen las bandas criminales locales, ya no solo escapan de la marginación capitalistas absoluta, puesto que ahora huyen por no aceptar la esclavitud de: la extorsión permanente, la amenaza a sus seres queridos, robos o tributos a las bandas armadas que pululan por la ciudad. Estos factores: emigración forzada e incursión a los territorios dominados por bandas criminales parecen ser el caldo de cultivo para estas matanzas que implican a nuestras naciones, parece que las antiguas fronteras pierden sentido para transformarse en corredores de emigrantes hacia Estados Unidos y en determinado momento son trampas fatales que solo conducen a la muerte por la disputa de estos grupos ilegales. El letal cóctel de drogas, armas, tráfico de personas etc. junto a la desesperación de miles de latinoamericanos que aún creen que saliendo de su nación escapan a su destino capitalista para realizar el sueño americano es mortal, desafortunadamente su escape ilusorio es hacia una muerte segura para muchos valientes emigrantes latinoamericanos. Es necesario pronunciarse ante este acto criminal y señalar que las drogas son el motor de este demonio sediento de sangre llamado narcotráfico, indicando que mientras en Estados Unidos se consuman estos productos ninguna norma interna cambiará estos horrendos crímenes, pero no solo esta nación está implicada, lo mismo acontece en los territorios donde es cultivada, transformada, trasladada y de alguna manera permitida, situaciones que incumben a Mesoamérica en general. Si profundizamos llegaremos a las condiciones tan vergonzosas como eventos de instituciones bancarias las cuales no preguntan el origen de enormes capitales de dinero “sucio”, ni “donaciones” a honorables organizaciones, además de la compra de voluntades políticas etc… patético. Estos escenarios deberían ser el detonante que encienda la voluntad de nuestra naciones a favor de soluciones hacia un gobierno transregional, debido a que nuestra legalidad es obsoleta, no tenemos respuestas oportunas y deseamos soluciones globales. El capitalismo debe humanizarse y la democracia debe prevalecer, de lo contrario repetiremos la historia de aquellos territorios de “expansión-dominación” del siglo XIX en Norteamérica sin ley y sin gobierno.

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  • François Hollande horizonte solidario

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    Caralvá

     

    La memorable proclama de la declaración Franco-Mexicana que reconocía al FMLN-FDR en un momento crucial en la historia de nuestra nación, aquél 28 de agosto de 1981, retorna con vigencia ante el triunfo del socialismo francés en las recientes elecciones de aquella nación europea. Han pasado más de treinta años de una proclama que significó una bandera de esperanza en la desoladora realidad de represión que vivía nuestra nación, con una feroz persecución a todo sector democrático pero que la lucha del pueblo salvadoreño logró resistir en las peores condiciones a la intemperie autoritaria. Los ministros de relaciones exteriores de México y Francia: Jorge Castaneda y Claude Cheysson se pronunciaron ante los graves acontecimientos de aquella época que ahora son historia, pero fueron un enorme significado para el presente de nuestra vida democrática, puesto que en nuestra nación las instituciones se consolidan día con día. En los años ochenta del siglo pasado, François Mitterrand en su momento logró tender puentes con América Latina bajo un esquema general que algunos autores calificaron de urgentes obligaciones para colaborar por la paz en la región, ahora muchos años después podemos comprender el alcance de esos nobles principios y celebramos que así sucedieran. En la Revista Proceso, México, no. 246, 18 de julio de 1981 Julio Cortázar anotó una cita de François Mitterrand: “América Latina no pertenece a nadie”, “Está buscando su pertenencia propia, y es importante que Francia y Europa la ayuden a realizarla. Los Estados Unidos deben comprender que no les corresponde oponerse a ello y tratar de imponer una presencia que puede ser sentida como ilegítima cuando se lleva a cabo a expensas de la independencia de los pueblos y de los derechos humanos”. En ciertas ocasiones como nuestra lucha en este pequeño país por la supervivencia de las instituciones en este siglo XXI, con un gobierno absolutamente diferente a los 20 años de administración de un partido conservador, aquellas palabras cobran una extraordinaria vigencia, puesto que el nexo histórico con otros pueblos es la solidaridad democrática en sus momentos tan difíciles. Ahora nuestra nación se debate en graves problemas sociales que nos obligan a nuevos urgentes pronunciamientos, la vida democrática tiene desafíos que no tienen solución fácil, debido a que la nación en su conjunto debe asumir responsabilidades como es el caso de la Seguridad Nacional ante el tema del narcotráfico y el crimen organizado, ya no es como en el pasado que la negación de la democracia era el motor del cambio, ahora es la supervivencia del Estado Democrático el que se aferra a una oportunidad para intentar vencer ese cáncer social. De la misma manera que en Europa el tejido de la economía pasa por diversas naciones, en Centroamérica la economía con sus repercusiones sociales, no pueden verse aisladas entre los bloques dominantes como Estados Unidos y Europa, porque las evoluciones del narcotráfico con sus ramas destructivas no podrán vencerse sin el apoyo de terceras naciones. Tarde o temprano apelaremos a la solidaridad de los pueblos ante nuestros limitados recursos económicos, y esperamos como en otros tiempos la ayuda esas naciones amigas. El triunfo de Francoise Holland al menos tiene una visión de esperanza para la nación de América Latina, con la historia de la solidaridad entre los pueblos como su mejor ejemplo.
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  • Desafíos de la Asamblea Legislativa 2012-2015

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    Caralvá

     

    Existen múltiples visiones que podríamos citar para la novel Asamblea Legislativa instalada este primero de mayo, considerando: los planos políticos, la historia, su vida partidaria etc., pero también por el grado que afectan sus decisiones a la familia salvadoreña, donde algunas de sus pasadas decisiones no fueron acertadas.  Desde mi óptica el principal elemento a considerar es la seguridad ciudadana, con asombro observamos la evolución de la contención de las organizaciones ilegales que pueden agruparse en el llamado “crimen organizado”; las instituciones que combaten a la delincuencia deben ser apoyadas en toda la línea legal, puesto que una situación es que se actúe con legítimo apego al derecho y otra es propiciar una ruptura constitucional, si la aplicación de la Ley es genuina, las leyes construirán día con día la anhelada paz social, de lo contrario la visión puede ser letal para nuestra democracia.

     

     Otro elemento que aparece en el horizonte es la estabilidad económica, es oportuno indicar que el privilegio de recibir mes a mes un salario “estatal” no significa que el pueblo ignore que mes a mes se toman de sus salarios los respectivos impuestos, por cierto en sus deducciones no se le pregunta a los trabajadores (estatales o privados) si desean a no pagar estos tributos, simplemente se les descuentan e ipso facto su cheque ya aparece con el valor correspondiente, en otras palabras antes que llegue a manos del trabajador ya se cobró la deuda, de tal forma que los diputados deben estar conscientes que su estabilidad se la deben a la precaria condición asalariada de los trabajadores salvadoreños, así como a todos los funcionarios públicos, pero la estabilidad laboral de miles de trabajadores es frágil, existe mucho desempleo, existe mucha incertidumbre puesto que los salarios no crecen en proporción a la demanda social; además la crisis internacional acecha donde quiera que coloquemos nuestra vista, ese elemento no debe ser enmarcado como argumento político, si a un gobierno le va mal en la economía no son los funcionarios quienes sufren, si un gobierno fracasa en su política económica los primeros afectados son los núcleos familiares, la historia demuestra que estos factores: inseguridad ciudadana y empobrecimiento general llevan a estallidos sociales con resultados graves para el restablecimiento del orden público.  Es necesario comprender que la Iniciativa Privada debe aportar a solucionar estos problemas, puesto que en estos años muchas empresas creyeron que despidiendo a los trabajadores solucionarían  la crisis, se equivocaron porque  enviar al “paro” a los trabajadores no sirve para nada, ¿acaso sus empresas han solucionado la crisis con tanto desempleo forzado?  Claro que no.  La salud, educación,  las pensiones, las reformas constitucionales, debemos observarles para construir gobernabilidad.  La guía del primer órgano del  Estado debe ser la racionalidad pública, ¿qué es posible para la nación en los próximos tres años y la sociedad?  Si piensan como Partido Político veremos la parálisis institucional, si existe voluntad para el cambio en breve tiempo veremos cambios positivos, pero conociendo a nuestra clase política donde priva la obediencia en lugar de la razón, el panorama no puede ser optimista.

     

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  • Tántalo salvadoreño

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    Vivimos en un estado de conmoción que toca nuestras puertas.  Cada día es una sorpresa por  la facilidad que algunos grupos de personas agreden a otras por mínimos motivos, parece que esta enfermedad es masiva y silenciosa, pero con niveles de pandemia en  la República. Salimos de una guerra civil y entramos a otra contra la delincuencia,  ahora es la asociación ilícita contra la sociedad trabajadora, las diferencias de estas guerras son la ausencia de humanismo, de derechos, de límites, es un desastre colectivo sufrir la impotencia de acción ciudadana para contener este flagelo.

     

    El estado de paz ¿será posible un día?... El estado de paz por ahora parece ser el Tántalo salvadoreño, en el tártaro de nuestras áreas habitacionales. No obstante un día podríamos parafrasear a Catón el Viejo: «Ceterum censeo Carthaginem esse delendam» (lo que significa:« ‘Por lo demás, opino que Cartago debe ser destruida’»).[

     

    Hace unos días un vecino fue agredido por adolescentes, el motivo fue una disputa del ofendido para salvar la vida de su esposa porque los adolescentes realizaban “carreras de autos” en las estrechas calles del área residencial, así de un momento a otro, la discusión tomó tintes violentos y tres jóvenes agredieron al  Señor, el cual sufrió fracturas con una conmoción general y fue conducido a un centro asistencial.  La policía realizó la inspección y la acción penal está en curso.

     

    No se tiene aún claridad sobre el caso, excepto que las agresiones son verificables. ¿Pero es justo tanta demostración de violencia? ¿Acaso puede suceder a cualquier otro ciudadano? El problema es tan complejo como fomentar valores de una sociedad en paz ante una mentalidad delictiva, parece que perdemos control en todos los niveles y estos valores de paz son sustituidos por acciones violentas que pretenden revolver cualquier conflicto a patadas, con lujo de violencia indiscriminada. Las bravuconerías de un grupo adolescente que agrede a un hombre desarmado, la matonería en la superioridad numérica que atropella a una persona, con un resultado insultante: la hospitalización de un ciudadano, con fracturas en el rostro y se teme por su vida.  Las autoridades deben proceder de oficio, una familia agredida espera el retorno de su jefe de familia.

     

    Si las condiciones de violencia son extremas, la impunidad es rampante a unas cuantas cuadras de áreas residenciales, ¿Qué podemos hacer como ciudadanos? Por el momento no existe una forma preventiva para impedir estas agresiones, no es posible que estas matonerías se repitan,  mañana puede ser cualquiera, mañana un ciudadano puede morir a manos de estos delincuentes juveniles. No existen soluciones fáciles, al menos dentro de la legalidad existente, parece que desarmados provocamos risa en los jóvenes infractores.  Deseamos soluciones democráticas, las autoridades tienen la palabra.

     

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  • El templo destruido en tres días

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    Caralvá

     

    Nuestra sociedad no tiene el hábito de la reflexión sobre su futuro, no existe ese ejercicio social que incluya los intereses nacionales con elementos propositivos, todo es cuestión de proyectos que terminan usualmente en nada, eso se debe a diversos cambios gubernamentales (o políticos), de esta forma cuando llegan los nuevos administradores parece que el templo es destruido en tres días y reconstruido en los siguientes tres años para iniciar de nuevo otro ciclo. De esa forma una y otra vez repetimos la historia conocida; la reflexión sobre logros, avances o retrocesos no existe, excepto en los hallazgos contables, pero en el desarrollo humano como educación, salud, integración económica, movilidad social, seguridad,  el panorama se torna nebuloso.  Si reflexionamos sobre nuestro futuro, deberíamos estar muy preocupados por el nivel de participación en los acontecimientos que nos agobian, entre estos aspectos: la administración de justicia, el uso de armas de fuego, la migración, la multiplicación de asociaciones ilícitas, etc. que nos perjudican a todos. El llamado natural a solucionar estos problemas es la clase política, pero ¿qué sucede si esta no responde?, al menos en nuestra nación no existe un mecanismo que demande nuestros intereses, vivimos en ese vacío marginal que puede catalogarse como:  “abandono a nuestra suerte”, después del momento electoral. Durante los años del autoritarismo la sociedad evolucionó en algunos niveles populares hacia la “auto-organización”, pero con un sentido ideológico, los resultados fueron los actuales partidos políticos, pero en tiempos de posguerra, en tiempos de paz ¿Cómo nos defendemos ante la mala administración de justicia? ¿Cómo creamos un mecanismo civil que demande acciones acertadas a la clase política? ¿Cómo actuamos ante la corrupción de algunas autoridades? No existe ese derecho ciudadano, quizás sea el momento de crearlo, un derecho que nos proteja de algunas estafas políticas que sucedieron en el pasado, promesas incumplidas, enriquecimiento inexplicable. Vivimos la fragmentación de sectores sociales: los que viven en zonas con influencia de asociaciones ilegales y quienes están fuera, antes eran fenómenos focalizados, ahora son visibles por muchos puntos de la ciudad, ¿Cuántos lugares de la ciudad están libres de grafitis? Eso nos plantea la ausencia de un derecho ciudadano, porque parece que en los muros no hay gobernabilidad, ni control, ni siquiera protestas por la multitud de signos agresivos y territoriales. Debemos reflexionar y actuar, esto no solo refleja la debilidad institucional en muchas áreas y también la débil capacidad de respuesta de la sociedad civil, quizás porque durante décadas la ciudadanía fue educada para obedecer sin cuestionar nada, la represión era absoluta, pero ahora en tiempos democráticos la asociación civil debe imponerse más allá de un partido político, ¿acaso no podemos construir asociaciones civiles por la paz?.

     

    Me parece que en algunas situaciones somos rehenes legales ante los acontecimientos políticos, donde solo la clase política tiene garantías, mientras los ciudadanos comunes no tenemos defensa ante la violencia ciega de los delincuentes; de ahí que nuevas formas asociativas defensivas deben considerarse porque la debilidad del Estado es notable, de ahí que tratar de impulsar nuevas organizaciones civiles más allá de una campaña electoral debe ser tomada en consideración por todos, antes que sea demasiado tarde. 

     

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  • Del temor al cinismo

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    Caralvá

     

    Aquella extrema crueldad de cientos de asesinatos a lo largo de la nación nos hizo reflexionar sobre el destino del pueblo salvadoreño, aún poseemos ese criterio intacto ante tanta maldad de estos años, pero recién unas semanas un acuerdo entre las pandillas ha dejado una sensación de cierto sentido de “paz” accesible, ¿pero qué sostiene esta plataforma entre facciones ilegales? En realidad no lo sabemos. Un documento que circula por diversas redes sociales no es suficiente, pero observamos acciones que van conformando un mapa de movimientos singulares: la movilización de líderes de estas bandas hacia penales de menor seguridad, un acuerdo entre ellos divulgado por diversos medios, el retiro del ejército de ciertas funciones de primera línea en los centros penales, mientras es notable la disminución el número de crímenes contra ciudadanos a nivel nacional; este escenario al menos comunica cierto optimismo puesto que un “alto” a los asesinatos es buena noticia, pero tiene un lado oscuro, la misma mano que ha dejado de apuntar hacia un sitio puede disparar hacia otro, del tiempo que dure este cese de fuego interpandillas no lo sabemos, pero la sociedad reclama conocer más, puesto que con la misma voluntad que se detuvo,  un día puede iniciar de nuevo. Nuestra sociedad no puede moverse del temor al cinismo, como si nuestra nación aceptara unas reglas impuestas fuera del contexto constitucional. En realidad como ciudadanos debemos apoyar las grandes iniciativas hacia la unidad nacional para derrotar a la delincuencia,  esa es la mejor bandera ahora y para la posteridad, en una palabra: las pandillas no deben existir más.

     

    Junto al tema de la seguridad, existe el llamado del Primer Ciudadano de la República para unir a la nación contra la delincuencia, una acción oportuna, puesto que un solo sector no puede resolver esta problemática compleja, como lo es: el tejido del crimen organizado, narcotráfico, organizaciones de pandillas, asociaciones ilícitas etc. el resultado de ese llamado aún espera respuestas constructivas hacia la nación, de lo contrario si la iniciativa se convierte en banderas partidarias el resultado es tan pronosticable como la realidad que hemos vivido las últimas décadas, donde de la mano de la tristeza observamos el luto en la familia salvadoreña. ¿Por dónde empezar? la mejor respuesta es por la Clase Política Criolla, son ellos los llamado a mostrar el mejor signo ciudadano, de tal forma que después de las elecciones del 11 marzo de  2012, el escenario aritmético no es una figura determinante para encontrar las mejores soluciones entre los partidos políticos, puesto que se impone un acuerdo entre ARENA y FMLN para la elección de la futura Junta Directiva de la Asamblea Legislativa, además de la elección de personalidades para otras instancias. El llamado a la unión pasa por la Clase Política Criolla, debe demostrarnos su disposición a contribuir a la paz social, todo lo demás es adhesión de estos líderes sociales, ya veremos si nuestros votos cumplen su misión constitucional y ellos construyen “confianza” en nuestro futuro.

     

    Construir confianza es compartir el liderazgo y la conducción en un proyecto, en nuestro caso de seguridad nacional.

     

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  • "Ni Dios lo quiera" la paz de una dictadura

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    Caralvá

     

     

     

    Existen diferentes conceptos de Paz,  estas refieren criterios de individuos, comunidades, sociedades, instituciones, naciones etc. bajo formas elementales puede referir “ausencia de la guerra”, pero esta no es suficiente, puesto que a la paz se asocia usualmente la violencia. La violencia puede ser legal o ilegal, la primera es aquella que se esgrime como derecho, la otra es para luchar contra ese derecho, paradójico pero la violencia se transforma históricamente.         

     

    De esta manera podemos continuar agregando conceptos asociados a tan importante condición humana.

     

    Para no reconstruir la historia en general fijemos algunos puntos trascendentales, uno de ellos es la Revolución Francesa al proclamar los Derechos del Hombre, que cambió la concepción de las antiguas sociedades absolutas al proclamar estos derechos también se recuerda a las personas que no tienen derechos, los pierden, el Estado los suprime y las instituciones también niegan a ciertos individuos esta calidad.

     

    En nuestra nación la democracia tiene un largo camino que recorrer en el respeto a la vida humana, para no ir muy lejos la contabilidad de las muertes de ciudadanos a manos de los delincuentes es una estadística que mide la paz de la nación y además es un argumento político para alimentar la desinformación cotidiana de adversarios políticos.

     

    En días recientes se informa a la población por medio de voceros de la Iglesia Católica de una tregua entre las principales pandillas de la nación, en otras palabras se inicia la otra paz que se concibe más o menos como el respeto a la vida entre ellos. Los alcances de este pacto son difusos, pero con resultados visibles, existe una dramática caída en las estadísticas de las muertes violentas, es un acontecimiento para reflexionar y proponer caminos a seguir, no para “legalizar” a organizaciones criminales sino para continuar en este esfuerzo que al menos proclama el respeto a la vida. El complejo surgimiento de las bandas criminales y sus ramificaciones en los últimos veinte años,  no puede solucionarse de un día para otro; unido al surgimiento de estas estructuras está la violencia indiscriminada en todos los niveles, al igual que la corrupción de menores, inducción a cometer ilícitos, coacción, extorsiones y un rosario de actos que destruyen la paz democrática de la nación. Este infortunado evento no tiene solución fácil, ni siquiera en Estados Unidos de América, ni en México, ni en ningún otro país existe un antecedente donde una tregua entre pandillas elimine la violencia generada por intereses antagónicos entre sus miembros, usualmente por dominio de territorios para favorecer ilícitos de diversa naturaleza. Pero quizás nuestra incomprensión del alcance de este evento este propiciado por que desconocemos todo el árbol que une este tejido de acuerdos entre pandillas, así como desconocemos implicaciones que nos involucran como ciudadanos, sociedad o Estado.

     

    La Paz  de nuestra sociedad democrática es un acuerdo de nación, de historia, de cultura entre ciudadanos, esta paz se ilumina bajo los conceptos constitucionales. Acaso debemos ser prudentes ante esta iniciativa de la  Iglesia Católica, pero eso es todo, la Iglesia asumirá compromisos bajo su jurisdicción que no implican compromisos con la sociedad salvadoreña en absoluto. Ni Dios lo quiera la paz de una dictadura,  como en 1932, que por cierto también recibió la bendición a sus armas de la Iglesia Católica.

     

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