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zoonpolitikom I - Page 68

  • Golpe de Estado en Honduras y el demonio

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    Caralvá

     

    El costo de aquella acción ha dejado grandes enseñanzas para todos, tanto dentro o fuera de la nación centroamericana.

    Hace un año Honduras vivía en una sociedad dividida, asesinatos de jóvenes hondureños, ruptura constitucional y el acto militar se convertía en el mensaje principal para el resto de América Latina: los golpes del Estado no eran cosas del pasado.

    Las generaciones de salvadoreños y latinoamericanos que vivimos aquellos lejanos años setentas y ochentas sabemos perfectamente el significado de los Golpes de Estado y los tristes acontecimientos para grandes sectores de la sociedad; aunque pequeños grupos poderosos aún aplauden tales acciones, la tragedia es inevitable.

    A un año de aquella conjunción siniestra contra la democracia, recordemos que las fuerzas golpistas mintieron en todo, establecieron el Estado de Sitio, el ejército patrulló las calles reprimiendo al pueblo y encarceló a sus ciudadanos;  sus acciones eslabonaron una larga serie de ilícitos.

    Los argumentos divulgados por las fuerzas golpistas se resumían en: “salvar a la patria”, “contener al comunismo internacional”, “ruptura constitucional”, “ilegalidades en el orden institucional” y proclamaron su odio contra los intelectuales que defendían la democracia.

    En pleno desarrollo del acontecimiento golpista el repudio internacional fue unánime:  desde la ONU hasta la OEA, desde la Unión Europea hasta la Organización de Naciones No Alineados, etc., en pocas ocasiones un evento centroamericano ha logrado unir a tantas organizaciones internacionales, en tan poco tiempo.

    También cabe destacar que el clamor de muchas naciones hacia poderosos árbitros internacionales no fue escuchado, tampoco instituciones dentro de la República de Honduras se pronunciaron contra el golpe,  estas acciones se constituyeron en un mal mensaje para la posteridad y la democracia… el modelo educativo de un golpe militar es igual al pasado, la democracia en nuestras naciones es débil y las leyes no defienden a los pueblos de las arbitrariedades de los grupos conspiradores que tienen como primera opción el golpe militar, a pesar que pudieron resolver cualquier problema bajo las mismas leyes de la república, optaron por acciones ilegales.

    El penoso retorno a la democracia, creó un marco de resistencia popular en todas sus formas al estilo de los años setentas en Latinoamérica, a un año de los acontecimientos aún  existen resabios dolorosos de dicho evento.

    Después de la tragedia, un nuevo gobierno fue electo bajo el modelo democrático, el pueblo hondureño se pronunció por sus nuevos gobernantes, la reconstrucción del tejido social será un largo proceso entre hermanos hondureños.

    La restauración de la democracia en Honduras al menos es una buena noticia para todos, no obstante la enseñanza del Golpe de Estado deja latente el temor de una nueva tragedia en toda América Latina y más aún cuando el Señor Roberto Micheletti se pasea por las calles de San Salvador afirmando que en nuestra nación: “no existen condiciones para un Golpe de Estado”… el demonio con buenos consejos y en misa con sus amigos locales.

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  • Asamblea (de Dios) Legislativa

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    Caralvá

     

    Con la aprobación del decreto de fecha 1 de julio de la Asamblea Legislativa,  la lectura obligatoria de la Biblia en todos los centros educativos por lo menos durante siete minutos previos a las actividades académicas, se fragmentan las fronteras de separación entre Estado e Iglesia. Si la Asamblea Legislativa aprueba estas acciones de lectura obligatoria se coloca en la extraña posición que ha sido denunciada históricamente por diversos credos, como bien ha dicho Alí al Fadil en el siglo XII de nuestra era: “cuando un hombre es obligado, su religión (islámica, cristiana, budista, judáica) no es válida jurídicamente”,  de tal forma que los jóvenes estudiantes serán educados en un absurdo que recuerda las persecuciones religiosas de siglos pasados.

    Bajo esa extraña visión de nuestros legisladores ellos como primer órgano del Estado deberían entonces llamar a la Iglesia para regir sus actos políticos y jurar obediencia a quien corresponda según su creencia, inaugurando un Estado Teocrático o Fundamentalista, que parece ser el sueño de algunos señores diputados.

    Desde aquellas lejanas épocas existen indicios de la separación Iglesia-Estado, puesto que el grado de pensamiento social asiste a diversas visiones políticas que favorecen la división entre poder eclesiástico y poder civil, sin que exista dependencia ni superioridad entre las partes.

    En una nación que recién descubre el privilegio de la libertad democrática como conquista social, resulta que la desafortunada iniciativa proclama dar marcha atrás al reloj de la historia, obligando a los jóvenes estudiantes a optar por una lectura sin orientación alguna y no se trata del temor a leer, sino a la imposición que niega que todos somos iguales ante la Ley, pero las religiones nos dividen puesto que la Biblia no es el único libro sagrado entre la sociedad salvadoreña, ¿qué tal con las personas que pertenecen a otros credos:  Mormones, Budistas, Musulmanes, Judíos, etc? entonces resulta que no somos iguales ante Dios, pero esta diferencia no termina ahí, es apenas el inicio de notables diferencias entre grupos ciudadanos, algunos de los cuales se insinúan entre iglesias con diferentes contenidos de la Biblia y diferentes interpretaciones sobre los mismos temas.

    Pero el fondo de la discusión es la privación de conceptos de libertad, puesto que sociedad democrática no es lo mismo que sociedad teocrática, en esta última sociedad los principios religiosos están sobre los derechos ciudadanos, condición que olvida todas las revoluciones de los siglos XVIII, XIX y XX que connotan a la sociedad moderna,  los límites de las religiones y la expansión de las libertades sociales.

    Si en realidad se desea combatir al mal, algunos de estos falsos líderes espirituales deberían de abandonar la idolatría del “oro”, deberían abandonar el culto al “becerro de oro”, esa condición que considera que el dinero puede solucionar todo, deberían ser consecuentes con el mandato de “adorar a Dios sobre todas las cosas” principalmente sobre el dinero, el poder, la ambición de posesiones ilimitadas, etc., ese pecado social que impide reconocer al “otro” como hermano.

    Si las autoridades legislativas desean combatir al mal, construyan una ley financiera que investigue el destino dinerario de todas las extorsiones, del narcotráfico disfrazado inversiones “para perder”.. etc.. Dios se los agradecerá y el pueblo también.

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  • Mesa permanente de Seguridad

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    Caralvá

     

    Al menos en medio de tanta tragedia, la decisión de crear este organismo envía un mensaje correcto al pueblo salvadoreño, manifiesta un magnífico signo de voluntad política en un tema que no puede postergarse más.

    La clase política muestra su altura al coincidir en un tema trascendental para la nación: la seguridad pública.

    Es alentador este encuentro de la clase política y al tema de Seguridad deberá seguir otros de igual magnitud, pero al menos se construye el diálogo con acciones que generan confianza hacia sus partidos, al menos se escuchan las razones de las fuerzas políticas y se valoran acciones que reclama la ciudadanía.

    Es responsabilidad de la clase política contribuir al diálogo con aportes responsables que marquen un alto definitivo a tantos crímenes atribuidos a las asociaciones ilícitas, puesto que cada acción de los delincuentes cobra vidas de inocentes trabajadores.

    En este punto de coincidencias el gran desafío parece ser el marco jurídico de la república, en este punto las reformas deben ser a todo nivel y con la urgencia debida, puesto que cada día que pasa lamentamos la pérdida de valiosas vidas de compatriotas que acuden a sus trabajos y no regresan más.

    La mesa permanente de seguridad al coincidir en este tema crucial fortalecerá el sistema de partidos políticos y  con las reformas propuestas modernizará en su conjunto a las instituciones que velan por este decisivo rubro social.

    La inseguridad provocada por las asociaciones ilícitas con distintas denominaciones, ha demostrado en otras naciones como México su poder desestabilizador en diversas regiones de esa nación; en nuestro caso no dudamos que estos elementos sean réplicas del mismo fenómeno, lo cual nos indica el carácter complejo de una solución local, que por el momento impulsará reformas jurídicas, modernización de instituciones de seguridad y a futuro la cooperación internacional para el tratamiento de estos ilícitos.

    Existe otro elemento unido a este tema de las asociaciones ilícitas: el narcotráfico, que provoca la adicción de los jóvenes a estos químicos. Es alarmante el crecimiento de las drogas en diversos sectores sociales, principalmente en los colegios de secundaria.

    Por las razones anteriores es acertado iniciar un diálogo permanente con las fuerzas políticas, puesto que el complejo problema de las asociaciones ilícitas es proporcional al número de  asesinatos que a diario se cometen contra los trabajadores y la mayoría quedan en la impunidad.

    La Mesa permanente de Seguridad es un prometedor inicio para enfrentar un conjunto de problemas,  entre estas soluciones se encuentran: leyes drásticas contra acciones terroristas,  propuestas de la sociedad civil para la rehabilitación de los menores, acciones para la prevención de la violencia y las drogas, modelos educativos hacia la excelencia.. etc.

    Este grave problema no tiene soluciones fáciles, apenas es el inicio de un largo proceso de reforma que llevará años de trabajo y esfuerzo ciudadano, incluyendo una férrea unidad nacional con los gobernantes,  el tiempo aproximado quizás una  generación de salvadoreños.

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  • Unidad ante el crimen organizado

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    Caralvá

     

    ¿Qué pretenden los criminales que ejecutan a  ciudadanos indefensos? Acaso enviar el mensaje que tienen el poder en sus manos, que pueden hacer lo que deseen impunemente o son dueños de las ciudades y todas las personas, pues de ser así están equivocados. 

    Si su objetivo es demostrar que no existe gobernabilidad y sus fechorías quedarán impunes están  totalmente errados, lo único que propiciarán será elevar la gobernabilidad porque la república concentrará las decisiones bajo niveles superiores de seguridad nacional y en ese momento no existirán leyes que cubran delitos de sospechosos.

    Tal vez el estado conservador de nuestra sociedad se deba a los niveles de horror presenciados durante la guerra civil, pero de la misma manera la república en conjunto puede reaccionar reclamando justicia y aplicándola a su favor, al elevar los niveles de Seguridad Pública se eliminarán algunos derechos ciudadanos por mucho tiempo, el tiempo suficiente para controlar la violencia.

    Las acciones terroristas pueden contrarrestarse bajo diversos mecanismos democráticos, si estos fallan, la historia demuestra los niveles de algunos Estados que no les tiembla la mano para demostrar su poder con toda la crudeza necesaria para disuadir a los opositores, pero eso no es deseable.

    En nuestro caso, luego de los sucesos de mejicanos del pasado domingo 20 y superado el estado de estupor por la matanza, recobramos conceptos que pueden salvar a nuestra nación de esta agresión del crimen organizado, primero: la unidad nacional en identificar un enemigo común, esos enemigos son los que se amparan en las asociaciones ilícitas; un segundo punto a impulsar debe ser el abandono de banderas ideológicas ante tan grave amenaza; tercero calificar estos horrendos crímenes como terroristas de igual forma que sus organizaciones, iniciando un largo proceso de conjugación con fuerzas nacionales e internacionales  para impedir el avance de estos delitos terroristas.

    La unidad Nacional debe dar muestras visibles en la clase política, eso constituirá las bases de la nueva estabilidad indispensable en momentos tan trascendentales, donde la seguridad nacional esta a prueba. 

    Es sorprendente  y patético que en medio de la tragedia algunos políticos acusen a los adversarios de la tragedia, ya sabemos a que sitio conducen las interminables discusiones, solo nos llevan a la parálisis de acción hacia los intereses nacionales, por esta razón al menos en este caso de terrorismo,  la unidad nacional debe ser manifiesta.

    Finalmente las acciones terroristas deben ser perseguidas hasta los autores intelectuales, se debe llegar a los principales responsables de esta barbarie.

    No podemos cambiar la tragedia, quizás solo alentar la esperanza ciudadana que no vuelva a suceder, si la unidad nacional se concreta de inmediato.

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  • Diálogo permanente, para el cambio social

     

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    Caralvá

     

    Aunque suene anacrónico, el diálogo debería ser el verdadero logro de nuestra sociedad después del Acuerdo de Paz de 1992. Este ejercicio vital para finalizar la guerra, dio paso a la consolidación del proceso democrático con los mecanismos institucionales, pero el espíritu del diálogo desapareció al instaurar los eventos tradicionales de la democracia formal, el ejercicio del diálogo se disolvió y se colgó en un pergamino como un buen recuerdo del pasado.

    Sucesivas administraciones no usaron este instrumento, porque no lo consideraron decisivo o han limitado su accionar solo a eventos cruciales dentro de la Asamblea Legislativa, no obstante nuestra sociedad requiere de nuevos instrumentos que incluya a los sectores de trabajadores y asociaciones legales para que el diálogo se convierta  en una acción política y construya una cultura política de negociación.

    La cultura política de negociación es un proceso educativo donde se aprende a valorar las razones del otro, con criterios constructivos y propuestas nacionales.

    Ahora nuestra sociedad se enfrenta a desafíos que ponen en peligro tanto a trabajadores como a empresarios y todas las clases sociales.  El ascenso de las acciones delincuenciales y las violaciones a los derechos humanos de los grupo ilegales es tan grotesco que la ciudadanía clama por soluciones.

    Corresponde a la clase política contribuir con el diálogo en busca de soluciones posibles con responsabilidad. 

    Hace unos días dos honradas ciudadanas fueron acribilladas por sicarios, en otro sitio un policía y su familia corrió la misma suerte y esta saga de acciones no puede tener otro calificativo que terrorismo.

    El asesinato de los trabajadores del transporte colectivo, taxistas, vendedores informales, artesanos, etc., sin ninguna oportunidad de defensa, parece una práctica de violencia indiscriminada, que debe ser calificada como terrorismo.

    El mecanismo de diálogo para  buscar soluciones a estas acciones debería unir a la clase política y a todos los sectores sociales hacia las soluciones nacionales.

    Las asociaciones ilícitas denominadas maras son una severa amenaza nacional, que requieren de un instrumento estratégico de diálogo permanente entre la clase política y sectores nacionales  que proponga acciones a corto plazo, puesto que cada día lamentamos la pérdida de valiosos y honrados ciudadanos ¿Por cuánto tiempo?.

    La cultura política del diálogo debe construirse a partir de estos elementos, facilitando la participación y la información, contribuyendo al ejercicio de los derechos ciudadanos y participando en las soluciones correspondientes.

    No debemos pensar que los mecanismos democráticos están agotados ante este problema, porque es mejor recuperar este instrumento que nos permita avanzar hacia consensos y convergencias para optar por las mejores decisiones que favorezcan a los más afectados por la violencia: el pueblo trabajador.

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  • Escritores de El Salvador: César Ramírez, Carmen González, Abigail Suncin

    Escritores de El Salvador: César Ramírez, Carmen González, Agail Suncin

     

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  • Escritores de El Salvador, Feria del libro, Librería La CAsita

    Escritores nacionales: Carmen González, César Ramírez (Caralvá)

     

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